viernes, 26 de junio de 2009

Algunos lo conocen como "Señor Pérez"


Now allow yourself to

Slide into a world
As real as you want it to be

--Actual fantasy, de Ayreon


La semana pasada una de mis hermanas perdió otro de sus dientes de leche, y con una enorme sonrisa me dijo que esperaba que el ratón le dejara no menos de treinta soles debajo de la almohada. No solo me hizo reír, sino que empecé a recordar la última vez que creí en la existencia de este ratón de los dientes, quien de seguro tiene su súper negocio odontológico.

Recuerdo haber sido invitado por unos tíos a su casa de playa. Una de las cosas que más me llamó la atención del lugar fue que tenían un gusto bastante peculiar por la cinta adhesiva negra, la cual utilizaban para reparar cualquier cosa que se rompiera.

El mismo día que llegué, uno de mis últimos dientes de leche se me salió. Aquella noche, emocionado, dejé el diente a un lado de la cama camarote en donde dormía, muy cerca del borde. Y a la mañana siguiente, no me sorprendió encontrar una moneda de cinco soles, cosa que estaba seguro pasaría, sino ver el dinero sujeto por cinta adhesiva negra para evitar que cayera del borde. Ese día entendí que me habían tomado el pelo por mucho tiempo, igual que con Papa Noel y todo ese tema tan truculento. El problema de descubrir la verdad, lamentablemente, era que no seguiría recibiendo dinero.

De esto me queda la siguiente pregunta: ¿Por qué los adultos dejan creer a los niños que existe la fantasía en el mundo, que la magia y lo sobrenatural no es extraño, si al final descubrirán tarde o temprano que han sido engañados? Investigaré al respecto.

jueves, 25 de junio de 2009

Me enseñaron a decir la verdad


Time goes so slow
Days come and go
But I know, yes I know

--I have seen, de Zero 7


Yo: De nuevo te guías por aquello que no es real.
Yo: Antes habría que definir el término, ¿no crees? ¿Qué es real para ti?
Yo: Lo que puedo tocar, lo que veo, lo que en definitiva captan mis sentidos. Nada más, nada menos.
Yo: Ahí está tu problema, adjudicas la realidad a tu propia persona, conviertes la existencia en un tema de egoísmo.
Yo: Evidentemente. Si no lo siento, para mí no existe.
Yo: Imagina si el mundo entero viviera según tu filosofía, quedarían espacios en blanco sin rellenar a lo largo de la fibra que compone la realidad.
Yo: Dime, entonces, lo que tú consideras real.
Yo: Todo.
Yo: Eso es absurdo.
Yo: Dentro del plano de las posibilidades, todo es potencialmente existente. Los actos, hechos o por hacer; las emociones, vividas o por sentir; los objetos, materiales o imaginados.
Yo: Ese razonamiento no tiene sentido, es como si afirmaras que un óvulo particular será un recién nacido en el futuro; no se puede asegurar hasta que es, no hay existencia hasta que se da. Pero perdemos la ilación. Lo repito, de nuevo te guías por aquello que no es real.
Yo: Y te doy una misma respuesta: todo es potencialidad, desde que es potencia se considera existente. Así que me guío por algo que, si bien no es verdadero en este momento, eventualmente lo será.
Yo: ¡Eso no puedes saberlo!
Yo: Pero, querido amigo, yo en ningún momento hablé de saber nada. No es que lo sepa, sino que lo siento. Al diablo con el razonamiento si no puedes sentir las cosas.
Yo: Seguiremos sin entendernos.
Yo: Hasta que nos entendamos.

domingo, 21 de junio de 2009

Peloteando



Hoy te he vuelto a recordar

venías hacia mí

--Hoy te he vuelto a recordar, de Avalanch


Ayer, después de casi un año, volví a jugar fútbol. Había olvidado lo divertido que es la simpleza de patear un balón hacia una portería, pasar un buen rato con los patas y terminar sudoroso y adolorido. No es como el ciclismo, definitivamente, pero no deja de gustarme, aunque siempre le encuentro críticas y razones para no considerarlo mi deporte favorito. Usualmente tomo este juego tal y como lo que es, un juego, y no dejo que el perder por diez o más goles me desanime como a algunos de mis amigos, no me molesto si yo o alguien más hace una jugada estúpida que nos cueste el partido; voy a divertirme, hacer tonterías, a tirarme al suelo con mis peculiares jugadas que, asombrosamente, no siempre fallan, y básicamente a vivir una experiencia que sé que me encanta. Ya está dicho, el martes regreso a la cancha.

jueves, 18 de junio de 2009

El camino que no se ve



Tell me how high
Do you think you'll go
Before you start falling

--Up in the sky, de Oasis


Ayer terminé lo que comencé hace casi diez años, y solo al acabarlo descubrí una pequeña curiosidad.


No pude aguantar las ganas y le di una leída al último libro de Harry Potter, el mismo que dije que no leería hasta que faltase poco para que salieran las dos últimas películas en los próximos años. Después de varios días leyéndolo, por fin pude terminarlo ayer. Lo curioso viene a continuación. El primer libro de la saga lo empecé a leer hace casi diez años atrás en la casa de playa de un amigo de mi papá a quien solo veía de cuando en cuando, el mismo amigo en cuya oficina trabajo actualmente, lugar donde he terminado de leer la última novela. Cuando dejé el libro luego de acabarlo, pensé en este peculiar hecho que me sorprendió tanto y que tomo como una señal, no necesariamente vinculada a este señor, pero sí relacionada con el camino que debo seguir.

Cosas como esta suelen pasarme bastante seguido, especialmente estas últimas semanas, y gracias a ellas es que puedo asegurar que estoy donde debo estar, que mis decisiones, así me digan que son las equivocadas, no podrían ser más correctas. ¿Juego de palabras, mera casualidad, pensamiento infantil? Todo eso y más, si quieren, pero para mí tiene sentido, y eso me basta.

martes, 16 de junio de 2009

Encerrado mirando hacia afuera



The plans already in motion,
It happens whether we say
The old world order is over,
Intelligence and love win the day.
I won't regret one moment
Life is too short for that, bring it on

--Falling behind, de Queensryche


La respuesta vino volando sin alas, llegó en el momento preciso, cuando la pregunta apenas y comenzaba a hacerse: ¡Aventura! Sí, eso es, eso exactamente. Desbordantes ganas de dar el primer paso hacia la aventura, dondequiera que esté escondida. Mirar desde lejos y ver lo que se deja atrás una vez que se ha emprendido el viaje, y hablo de un viaje porque ninguna aventura lo sería sin uno. La vida está llena de aventuras, pueden decir, pero no se trata de pequeños fragmentos, no se trata de las partes de un todo incompleto, sino de un algo que pueda extenderse y abarcar cada ámbito posible, tocar cada extremo y proclamar que no existe nada más grande. Es difícil de explicar, pero no difícil de iniciar. ¿Cuál era la pregunta?

lunes, 15 de junio de 2009

Adiós al descanso


It seems to me
I could live my life
A lot better than I think I am

--Working man, de Rush


Primer día en el trabajo y no puedo esperar por el último. Si bien mis labores como nuevo empleado en la compañía de mi tío no han sido para nada demandantes esta primera jornada, temo que las cosas se pongan demasiado pesadas en los días y semanas por venir. Lo más difícil de hoy, por así decirlo, no fue cobrar cheques ni hacer pagos ni ayudar en algunos trámites municipales, sino tratar de ser amigable con quienes lo fueron conmigo, los otros empleados.

No sé si sea el volver a una rutina, el presentarse nuevas responsabilidades o el tiempo que pienso que pierdo trabajando, pero siento una necesidad muy grande de decir "renuncio". Varias cosas me detienen, siendo la más importante una voz en mi cabeza que me hace entender que este es un nuevo reto, una nueva meta en potencia, y no puedo luchar contra mis deseos de superar las ganas de rendirme, simplemente no puedo. Nuevas experiencias me aguardan, tal vez duras, pero el aprendizaje está a la vuelta de la esquina, sea cual sea éste.

sábado, 13 de junio de 2009

El cielo no es el límite



It shouldn't hurt me to be free
It's what I really need

--To be free, de Emiliana Torrini


Anoche pensaba sobre algo en particular y llegué a una conclusión loca: La verdadera libertad solo puede ser impedida por nuestros propios sueños, de lo contrario es solo una libertad artificial que creamos para sentirnos a gusto con nuestra situación actual. Es decir, nunca se es realmente libre hasta que las decisiones que tomemos no estén limitadas por un rango de opciones A B C D, sino por lo que deseamos. Básicamente, somos esclavos de las circunstancias, incluso si parece no ser así, y la libertad absoluta no llegará hasta que nos demos cuenta de esto.

viernes, 12 de junio de 2009

Todavía nadando contra la corriente


The rest of my life I'll take these chances
Time goes by so very fast
I'll share my fortune and my failure
'til there's nothing left

--My life, de Anouk



Y me vuelvo a convertir en presa de aquello contra lo que lucho.


Recuerdo que mi segundo post desde que me convertí en blogger hablé de uno de los asuntos más importantes de mi vida, y en realidad de la vida de todos. Comenté que existe una especie de de círculo vicioso que "comienza" cuando se nace. Después se pasa a los estudios, el nido, el colegio, el instituto, la universidad, etc, y se llega a la etapa que tendría que ser la más larga y, digamos, significativa de nuestra existencia, en la que comúnmente se dan el matrimonio, el nacimiento de los hijos y el constante trabajo, la etapa que podría llamar (no sé si acertadamente) de independencia.

Lo llamo círculo vicioso porque no acaba con la muerte, sino porque se perpetúa con los hijos. Estos deben pasar por lo mismo, educación y trabajo, aunque sé que no todos pasan por lo mismo y que no todo el mundo tiene las facilidades para ser educado ni las oportunidades para conseguir un trabajo, así como hay quienes toman rumbos completamente diferentes. Por mi parte, busco con todas mis fuerzas ser parte de este último grupo, salir del círculo y encontrar la muy elusiva felicidad en lugares y de maneras distintas a como lo hace la gente que conozco, a como viven las personas de la sociedad en la que me desenvuelvo.

Mi problema reside en que me veo en la parte más "peligrosa" del camino, a punto de entrar a la independencia, que si bien la quiero muchísimo, implica un cambio radical en mi vida que todavía no consigo planear, y muero de miedo al pensar que la espontaneidad podría traerme mejores resultados. Lo peor es que vuelvo a ser presa del estilo de vida contra el que lucho, pues mi papá me consiguió un trabajo en la oficina de uno de sus amigos, cansado de no ver resultados de mi parte. Si bien es justo lo que quería, la fuente de dinero moderamente estable, llega un poco tarde y en un momento en el que soy víctima de otro mal, el de la indecisión.

El punto de hacer el viaje en bicicleta era probarme a mí mismo que no caería en el conformismo y me adecuaría a la vida que veo que otros tienen y que no quiero para mí. No me canso de decir esto porque, como lo veo, es el punto más importante de mi vida, el momento que decidirá un esquema masomenos general de cómo será mi futuro. Faltan cerca de cuatro años para terminar mis estudios universitarios (que, luego de meditarlo por suficiente tiempo, me ayudarán muchísimo en el desenvolvimiento de la vida que imagino teniendo justamente porque estoy aprendiendo sobre el pensamiento humano, y de eso se trata mi idea de existir en este mundo, de prestar ayuda con lo que sé).

El lunes comienzo a trabajar. Solo será hasta que inicie las clases de nuevo, y eso me calma un poco, pero temo que la tranquilidad me dé una falsa sensación de seguridad. Falta poco para conseguir la independencia que tanto quiero y poder tomar la decisión, con una verdadera y consciente seguridad, de ser libre. Pongo todo esto en palabras por muchas razones, siendo una de ellas el recordarme dónde estoy parado, hacia adónde estoy mirando y qué camino debo transitar.

martes, 9 de junio de 2009

La fiebre



Then all at once the chaos ceased
A stillness fell, a sudden peace

--Cygnus X-1 - Book II: Hemispheres, de Rush


No sé qué hace a la historia de Harry Potter tan interesante, ¿el sumergido deseo de querer un mundo con magia, el querer saber cómo terminará la enorme saga que comencé a leer y ver hace años, el haberme encariñado con los personajes, o alguna otra cosa? He pasado los últimos días leyendo el penúltimo libro y viendo todas las películas nuevamente a la espera de la que saldrá dentro de poco más de un mes. He conseguido la última novela con audio incluído, pero sé que si comienzo a leerla/escucharla volveré a hacerlo semanas antes del séptimo filme (que tengo entendido será dividido en dos partes), así que contengo mis ganas. Pero no creo soportar por mucho. Espero no suceda lo mismo con la trilogía de El Señor de los Anillos que acabo de conseguir.

lunes, 8 de junio de 2009

Miedo a (lo que hay en) la oscuridad


Trapped in a hellish dream
Spinning past worlds unseen
And frightfully vanishing
Into the dark eternal night

--The dark eternal night, de Dream Theater



Estaba pensando que lo peor no es un apagón general, sino un apagón general durante la noche. Y, aún peor, un apagón general durante la noche y estando completamente solo. Incluso peor es un apagón general durante la noche, estando completamente solo y siendo ignorante de dónde están guardadas las linternas. Pero lo peor de todo es un apagón general con todas las características anteriores y, como añadido, sonidos extraños dentro de la casa. Mejor irse a la cama de inmediato, ponerle seguro a la puerta y tratar de quedarse dormido cuanto antes. Espero que el apagón de hace dos noches no se repita.

domingo, 7 de junio de 2009

Se me ocurrió de repente



With the words staying me slow
The verbs that just don't flow
Confusing use of time
Partial stoning of the heart
Waiting for something to start
Confusing use of time

--Use of time, de 311


Anoche se me ocurrió una idea que tal vez suene descabellada. Pensé en el protagonista de la película "El efecto mariposa" y en una de las últimas cosas antes del final. Si alguno no ha visto el filme, mejor dejar de leer.


Se supone que hay dos finales, uno en el que Evan, el protagonista, se suicida estando en el útero de su madre; y otro en el que evita hacerse amigo de Kayleigh diciéndole algo al oído. Después de darle sus bien necesitadas vueltas, llegué a la conclusión de que ambos finales son defectuosos, el primero por falta de lógica (¿por qué suicidarse antes de nacer y no alterar el estilo de vida una vez nacido?) y el segundo por una irresponsabilidad que pasa desapercibida. Mis ideas van de la mano con esto último.

A primera vista podría entenderse que el acto de no entablar una amistad con la niña es la mejor manera que el protagonista encuentra para no arruinarle la vida. Sin duda es romático pensar en salvarle la vida a quien uno ama, especialmente sacrificándose hasta el punto de eliminar cualquier posibilidad de que estén juntos, y aunque este haya sido el motivo de Evan, pienso que pudo haberla luchado un poco más. La irresponsabilidad de la que hablo es que se desliga por completo de Kayleigh, y la somete al pasado en el que se ve viviendo con el padre abusivo (es en el otro final en el que la chica se muda con la madre y crece aparentemente feliz).

No creo que sea un punto muy importante ni un tema que merezca discutirse demasiado a fondo, es solo que me causa gracia las cosas que pienso antes de dormir. No estoy seguro de haberlo mencionado antes, pero es justo cuando me acuesto en la cama y me preparo para cerrar los ojos que me vienen a la cabeza las ideas más extrañas y, a veces, chispazos de inspiración que no consigo en ningún otro momento del día. A la mañana siguiente no suelo recordar lo que pasó por mi mente la noche anterior, pero esta vez tuve suerte de encontrar una libreta a la mano.

sábado, 6 de junio de 2009

Mejor prevenir



I aint got a fever got a permanent disease
And it'll take more than a doctor to prescribe a remedy

--Bad medicine, de Bon Jovi


Siguiendo el consejo que en un principio desestimé insensatamente, he averiguado el nivel promedio de colesterol de acuerdo a mi edad. El siguiente paso es hacerme un chequeo médico, aunque estoy casi seguro de que, en mi caso, no es necesario. Sin embargo, como mi buen amigo Carlos comentó, la medicina no es útil solo para curar los males, sino también para prevenirlos, así que continuaré con su ahora bien recibido aviso.

viernes, 5 de junio de 2009

Salsero sobre ruedas


I'll sit and spin for a little while
If it's the end of days
I'm goin out in style

--Too much, too young, too fast, de Airbourne



Ayer recordé lo que es subir a una montaña rusa. Masomenos.


Si existieran estadísticas sobre esto, tal vez mostrarían algo como "dos de cada cinco taxistas limeños escuchan salsa mientras trabajan". No es la primera vez que subo a un taxi con un salsero de corazón, pero resulta que ayer subí en un taxi con uno bastante peculiar y especialmente amante de esta música, puesto que me llevó de Surco a Miraflores no solo moviendo el carro sino moviéndose él mismo.

Tampoco es inusual tener como taxista a un hombre que piensa que es dueño de las calles o que ama la velocidad y el riesgo de tal forma que no se contenta con vencer a otros conductores sino también a la luz roja. A veces son malos perdedores. Pues justo me tocó un taxista salsero y, tal vez en otra vida, conductor de autos de carrera. Con el volúmen al máximo y el pie casi anclado al pedal, llegué a mi destino un poco asustado y bastante entretenido.

Toda la experiencia de ver cómo el taxista buscaba sobrepasar la velocidad del sonido y a la vez bailaba mientras en la radio pasan una salsa tras otra me pareció completamente surreal. Me hizo recordar, como dije, a una montaña rusa, pero sin las peligrosas subidas, bajadas y divertidas volteretas. Incluso me sentía seguro, como si el cinturón de seguridad me asegurara que no chocaríamos, que los cálculos del conductor al doblar esquinas o adelantar carros eran tan precisos como las fórmulas matemáticas empleadas en los juegos mecánicos. La música "rompe-tímpanos" fue un agregado especial, pues parecía darle ímpetu, era la energía con la que se alimentaba y que le daba fuerzas para evitar el tráfico y seguir bailando como si no existiera un mañana.

Bajé del carro aliviado de estar vivo y en una pieza, pero con ganas de subir de nuevo y experimentar el recorrido de vuelta con ese mismo conductor. Siempre que tomo un taxi trato de recordar la cara del taxista y siempre descubro que nunca es el mismo, que siempre subo a un carro diferente. Y el saber esto, después de la alocada vivencia de ayer, me decepciona un poco. Aunque aquella también me demuestra que todo es posible. Algún día volveré a subir.

miércoles, 3 de junio de 2009

Moisés y los virus



I see a race that pays the price
for everything it's done

--Computer-reign (Game over), de Ayreon


Si en el Egipto del Antiguo Testamento hubiesen existido computadoras, no me cabe duda alguna de que el formateado masivo, y la consecuente pérdida de archivos con valiosa información, habría sido una de las diez plagas. ¡Qué tragedia sería esa!

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