domingo, 6 de diciembre de 2009

Sin ti otra vez


Hark me now and let me go
To far away lands and distant shores
An angel at my side

--Magic ride, de Ayreon


Un par de días atrás me despedí de mi bicicleta una vez más, y ya voy sintiendo el peso de querer pedalear por la calles y no poder hacerlo. La última vez que sucedió esto fue hace unos meses, cuando la llanta trasera murió después de recibir mil pinchaduras y sobrevivir a todas excepto a la última. Antes de eso, un año atrás, fue el timón que se rompió sorpresivamente mientras iba por una avenida congestionada. Y mucho antes fueron los pedales, aunque estoy seguro que estos se rompieron por capricho.

Felizmente, esta vez no hay nada roto, solo unas pequeñas fallas con los cambios. Así que aproveché para mandarla a que le hagan un mantenimiento general, le cambien el aceite y le afinen el motor (que no tiene). Siempre me quejo de lo mala que es esa bicicleta, cómo luego de solo un año y medio (y de repente dos) la he tenido que reparar tantas veces, pero también he pensado que parte de la culpa debe ser mía, ya que a veces suelo forzarla tanto como fuerzo a mí mismo por pedalear unos kilómetros más.

Hasta que no tenga el dinero suficiente, seguiré con esta bicicleta, seguiré mejorándola, añadiéndole nuevos implementos y cuidándola. Después de todo, en momentos como estos es cuando me doy cuenta de que sin ella la paso bastante mal.

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