There it is now
The course for me to take
--Roads of thunder, de Shadow Gallery
Hoy recordé la primera clase que tuve de Ética y pensé particularmente en una pregunta sobre la que se nos pidió reflexionar: ¿Por qué estudiamos Psicología?
La razón que di dentro de mi grupo fue la verdadera, pero no es la única. Quizás por querer crear un ambiente agradable y a la vez buscar congraciarme con las chicas de mi grupo, conté la experiencia que me hizo considerar a la Psicología como carrera por primera vez (aunque no elegirla de por sí). Durante mi último año escolar tuve muchas dudas con respecto a lo que quería estudiar, tenía demasiados intereses y muchos caminos posible por tomar, pero estaba muy inclinado por la Literatura y el Periodismo. Sin embargo, añadí falsamente a esa lista la carrera que estudio actualmente debido a que la chica que me gustaba comentaba que ella la estudiaría; pensé que si simulaba tener gustos en común podría usarlos para hablar con ella y conocernos mejor. De cierta manera funcionó, pero lo que gané a cambio fue más de lo que esperaba. Al buscar temas de conversación recurrí a investigar sobre la Psicología y así descubrí que quizás no era una mala opción realmente considerarla una posible carrera. Entonces, si bien mi camino fue trazado por gustarme una chica, la decisión final de optar por Psicología nació de un auténtico interés por la carrera.
Como dije, esto fue lo que conté sólo a las chicas de mi grupo, y luego, desgraciadamente, el profesor pidió que cada agrupación diese un resumen de lo que cada integrante había dado como respuesta. Si bien la chica que habló por nosotros no lo hizo con mala intención, el mencionar pequeños detalles de mi historia desencadenó en, quizás, uno de los momentos más bochornosos por los que he pasado, pues toda la clase explotó de la risa, y el profesor no desaprovechó la oportunidad para hacer leves bromas a mis expensas. Terminada dicha clase comencé a pensar en una de las otras razones que ayudó en mi decisión sobre mi carrera, y me arrepentí de no haberla dicho. Por eso lo hago ahora.
Aquéllo que me empujó a estudiar Psicología (al menos una de las varias razones más) fue el querer ser un buen padre. Primero comenzó como un pensamiento nacido de la rebeldía, de querer ser mejor que mis propios padres, de no exponer a mis futuros hijos a las cosas por las que yo he pasado y que podrían haberse evitado. Pero tras años de reflexión, comprendí tres cosas. La primera, que justamente ese pensamiento, el querer algo mejor para otros, no se habría dado de no tener los padres que tuve y de no haber recibido el tipo de crianza por el que pasé. Tanto mi papá como mi mamá han tenido su cuota de equivocaciones, lo que me lleva a lo segundo que entendí: por más buenas que sean mis intenciones con respecto a la crianza de mis hijos, sé que también cometeré errores; tal vez no los mismos que mis padres, pero siempre habrá algo que no podré ver, algo que pasará desapercibido y que, posiblemente ante los ojos de mis hijos, será un desacierto.
Ambas ideas me llevan al tercer punto. Después de todo lo que llevo aprendiendo acerca de las personas, del desarrollo humano y, hasta cierto punto, de la crianza de niños y adolescentes, entiendo que con la Psicología las cosas serán aún más difíciles. Ser un padre ignorante no es perdón, pero el dejar de saber ciertas cosas hace que, precisamente, no se las tome en cuenta. Saber tanto, tener toda esta información, hace que me ponga a pensar que tal vez ponerla en práctica será bastante complicado; sé lo que pasará si tengo determinada postura con mis futuros hijos, sé lo que actuar de cierta forma puede ocasionarles; conozco acerca de los procesos por los que pasarán y por los que yo mismo pasaré. Así, de cierto modo, tengo una mejor visión de los posibles errores a cometer, pero el verlos no hace la tarea más fácil. En todo caso, me pone más nervioso.
Creo que es una reflexión mucho más profunda que "elegí Psicología por una chica". Esto último sólo demuestra cuán susceptible puedo llegar a ser cuando se trata de mujeres. Y existen varias otras razones que ayudaron en mi elección, como el deseo de ayudar a otros, la ambición de conocer mejor al ser humano y la intención de siempre mejorar como persona. Estoy seguro que el camino que transito es el mejor que pude haber elegido, y no tengo duda alguna de que seguiré encontrando razones ya no sólo para haber optado por él, sino también para seguir en él.
1 comentario:
Muchas gracias, Irene :)
La verdad no suelo escribir muy seguido sobre amor, pero creo que no haría mal un post sobre el tema. Y haré lo posible por seguir tu sugerencia.
un abrazo!
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