Fuente: http://pre04.deviantart.net/790a/th/pre/i/2012/333/4/5/faceless_by_nomenondisponibile-d5mj6n9.jpg
'Cause I would sell my dreams
If I could be awake
--Stranger in your soul, de Transatlantic
Varios años atrás escribí sobre el fenómeno del "extraño familiar", esa persona que podemos reconocer pero con quien no entablamos comunicación u otro tipo de interacción debido a una falta de relación directa. Esta vez me animé a hablar un poco más del tema.
Hace poco oí decir que aquellos con quienes soñamos, todas esas personas sin papel protagónico o secundario en nuestros sueños, no son más que los extraños con quienes nos hemos cruzado al estar despiertos. Es como si llenáramos nuestros sueños con rostros invisibles, rostros que durante el día no llegarían a significarnos gran cosa. Vale decir que, aunque no pueda asegurar la veracidad de esta idea, me parece fascinante y de cierta forma poética.
Soñar con desconocidos; esa es la idea. Soñar con gente con la que nunca hemos hablado, gente que comparte nuestra ruta en el micro, que hace cola detrás de nosotros en el supermercado, que alguna vez pasó en frente nuestro por la calle. Hasta cierto punto, soñar con esas personas es otorgarles significado. De poder recordar el sueño en el que aparecieron, o siquiera reconocer sus rostros en aquél, dejarían de ser extraños (familiares o no) y pasarían a tener otro tipo de valor.
El pensamiento con el que me quedo, la razón que me impulsó a escribir este post es la siguiente: ¿Cuánto más increíble sería llegar a soñar con alguien que eventualmente conoceremos? ¿Cuánto más cargado de valor estaría ese nuevo vínculo? ¿Cómo sería una relación en la que pudieras decirle a la otra persona "antes de conocerte ya aparecías en mis sueños"? Mágica, probablemente.
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