A sin for him
Desire within
--She is my sin, de Nightwish
Hace poco menos de una semana compré mi combo favorito de Bembos, una hamburguesa con queso, papas medianas, una Inka Kola helada y un sundae de fresa. Por lo general me rehuso a comer tanto a menos que me encuentre realmente deprimido o con muchísima hambre, y las circunstancias de aquel día en particular concordaban con lo segundo, puesto que pasé más de una semana comiendo solo verduras (y raras veces el ocasional plato de carne) y a veces sin comer en absoluto.
El problema de hoy: todavía guardo la cuponera con ofertas de suculentas hamburguesas a bajo precio, me sonríe desde mi escritorio cada día y en este preciso momento la tengo a mi lado. Por ratos considero dejarme llevar por la tentación y darme un gusto a pesar de ya haber cenado y de que ya es muy tarde para pensar en comer. No tengo hambre, solo ganas de comer. Y esta frase, que casi y hasta podría tomarla como una metáfora, me hace pensar en tantas otras cosas, como el tener por tener y no tanto por necesitar. ¡Que no se diga que la comida rápida nunca fue benigna para el pensamiento!
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