Early morning, and I'm on the go!
Here I'm finally on the road...
On the road!
--Traveller, de Devin Townsend
Casi un año atrás nació la idea de hacer un viaje en bicicleta por la costa peruana, un viaje que probaría mucho más que mi capacidad de resistencia física o mi pasión por el ciclismo. Por una serie de cosas, como ya he detallado en algún post anterior, dejé de lado esta aventura sin siquiera comenzarla. Sin embargo, existe un alternativo, el que meses atrás no tenía y que tampoco esperaba tener, y que ahora es prácticamente un hecho.
Hace dos meses Charlie se ofreció a acompañarme en un viaje en bicicleta, aunque no uno tan largo como el que yo tenía en mente. Desde ese momento quisimos irnos a Canta, que si bien está en el departamento de Lima, se encuentra en la parte andina del Perú. Por semanas estábamos decididos a ir ahí, pero cuando comenzamos a planear la ruta, notamos que nos tomaría más tiempo del que teníamos planeado utilizar, así que optamos por otra opción, Lurín.
Una vez que elegimos este nuevo lugar, me detuve a pensar. En comparación a mi primer proyecto, es extremadamente más simple llegar a Lurín, toma muchísimo menos tiempo recorrer la ruta, y, a pesar de ser una aventura a fin de cuentas, no se acerca en lo más mínimo a lo que yo quiero. Esto me quitó un poco la ganas de hacer el viaje, pero con los días comprendí una serie de cosas que ayudaron a que recobre y aumente el ánimo. Ya no se trata de la idea inicial, de darle una probada a lo que quiero que sea mi vida en el futuro, sino de algo completamente diferente pero aún así estrechamente ligado con lo anterior. No puedo hacer un viaje de miles de kilómetros por un territorio desconocido sin antes haber experimentado algo de un magnitud menor y por lugares más familiares, sin olvidar que esta vez no estaré solo, pues contaré con la compañía de Charlie y de las demás personas que se animen a venir con nosotros. Por esto y por mucho más entendí que no puedo presionar las cosas, que el apurarme solo entorpecerá mis pasos. Además, todavía tengo tiempo, aún me queda toda la vida para realizar mis sueños. Y creo que la mejor manera de poder conseguirlos es con un poco de práctica de por medio.
Hoy terminamos de hacer los planes con respecto a la ruta, los descansos, la distancia, los lugares para comer, el posible hospedaje y cuánto tiempo nos tomará realizar la excursión. Lo siguiente es hacer un listado de lo necesario por llevar, conseguir que nos acompañen dos o tres amigos que se sientan igual de aventureros que nosotros y conseguir un poco más de físico. La fecha ya está puesta, así que solo es cuestión de esperar.
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