All for freedom and for pleasure
--Everybody wants to rule the world, de Tears for Fears
Nunca he creído en el destino como tal, en esa fuerza que dicta el porvenir de las personas y que crea conexiones invisibles entre las experiencias individuales y colectivas. Pero tampoco creo en las coincidencias; cuando las cosas se dan de una manera determinada y "coinciden" significativamente con otras, realmente pienso que hay algo detrás de ello y no una mera casualidad. Pienso esto porque mi vida se ha visto llena de momentos "coincidentes" de esta clase (gratos y no tan gratos), tanto así que me cuesta pensar (y creer) lo contrario.
Hace un tiempo tomé la decisión de participar en un importante concurso de cuentos cortos, animado por el premio (dinero, mucho dinero) y por la idea de crear una historia, lo cual me apasiona. Pero dejé los días pasar, y también las semanas, hasta el día de ayer, cuando me topé con un cuento a medio terminar que empecé el año pasado. Este cuento inconcluso nació producto de una historia que escribí nueve años atrás en otro blog (aquí), que quise desarrollar más, pero que nunca logré aterrizar. Hasta el día de ayer.
La historia, el mensaje, aquello que quiero expresar por debajo de la narración propiamente dicha, es sobre la avidez humana. Sobre cómo el ser humano puede llegar a extremos, cómo deja a un lado todo rastro de civilidad, moral y racionalidad, cómo destruye relaciones, cómo se deja llevar por sus instintos más primitivos y violentos, más pasionales y salvajes, por conseguir algo que desea con todo su corazón. Ese algo está aún por ser decidido, por ser concretizado, pero tengo muchas opciones, y en todo caso estaría develando el final y quitándoles el gusto de leer la historia y descubrirla por sí mismos si tomo la decisión mientras escribo esto.
Hoy, nueve años más tarde, me siento mucho más capaz de escribir al respecto, con mucha más experiencia de por medio como para entender esa avidez que intento transmitir. El presente se agrega de cierta manera, claro, de lo contrario no habría empezado hablando del destino y la significancia de las no-coincidencias. La historia se encuentra a medio terminar en el mejor momento posible, por decirlo de alguna manera, así que es casi una necesidad darle una conclusión, tanto a la ficcional como a la que vivo en este momento. Sólo espero que el final no sea el mismo para ambas.
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