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First time you feel it it might make you sad
Next time you feel it it might make you mad
--The power of love, de Huey Lewis & The News
Un par de meses
atrás se me ocurrió preguntarle a una amiga si alguna vez se había
enamorado. La respuesta que me dio fue un tanto evasiva y terminó hablándome sobre "la química" en el amor, específicamente sobre la activación neuronal y las investigaciones
que rodean aquella teoría. No sé hasta qué punto realmente piensa de esa manera o si intentaba cambiar el tema, pero me pareció una respuesta bastante anti-romántica (a pesar de coincidir con ella en algunos puntos), muy probablemente
porque reducir la interacción entre personas a su más mínima
expresión, al menos fuera de un ámbito científico, puede llevarnos
a perder esa calidad de estupefacción característica de las
relaciones humanas, especialmente si hablamos de amor.
La pregunta nació luego de que me pusiese a pensar en mis propias experiencias y de que me preguntase exactamente lo mismo: ¿Alguna vez me he enamorado? Desde chico siempre fui muy enamoradizo, me atraían mucho las chicas y buscaba su compañía a pesar de mostrarme demasiado tímido en su presencia. A los nueve años ya creía haberme enamorado, no podía dejar de pensar en una niña que iba conmigo y con otros compañeros en la camioneta que nos llevaba al colegio; la verdad es que nunca le hablé, hasta que me atreví a escribirle y darle un poema. Y es muy probable que debido a las consecuencias positivas de aquella acción, le haya escrito y regalado un poema a casi cada chica que alguna vez me ha gustado, claro que no siempre con los resultados esperados. Con la adolescencia llegaron los primeros rechazos y más adelante los mejores aciertos, hasta llegar al día de hoy y no poder dar respuesta a mi pregunta.
Tal vez deba responder primero qué considero que es el amor, pero ya antes intenté hacerlo y en lugar de hallar una conclusión olvidé por completo el asunto, además de que sé muy bien que no me haría las cosas más fáciles. Años antes puedo haber dicho "me he enamorado", pero pienso que decía la palabra muy libremente, sin haberle dado las vueltas suficientes; meses antes habría respondido que jamás me he enamorado, no por dejar de creer en la existencia del Amor (con mayúscula), sino por pensar que nunca lo había encontrado; y desde algunas semanas atrás comienzo a pensar que pude haber estado equivocado en ambos casos.
Mi primer error recaía en el hecho de obtener una mirada racional acerca de algo que pertenece al ámbito emocional (muy a pesar de que la razón también gobierne sobre los sentimientos). Pensar demasiado en las cosas es arriesgarse a perder la oportunidad de experimentarlas en su totalidad. Y el segundo error estaba en dejar pasar la oportunidad de conseguir el Amor al pensar que podría hallarlo en otro lugar. Es decir, el Amor pudo haber estado a pocos centímetros de mí y yo, por buscar con binoculares algo "mejor", pude haberlo ignorado o pasado por alto. Así, gracias a estos errores es que creo estar más cerca de poder responder a mi pregunta.