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Glancing at beauty's brightness
Dancing until you're whole
Breaking light waves on the surface
reaching your deeper soul
--The size of light on Earth, de Subsignal
Desde hace ya un tiempo estoy involucrado en el proyecto fotográfico Verte MirArte, el cual ya lleva más de un año introduciendo a chicas y chicos del distrito de Villa María del Triunfo en el concepto y la práctica de la fotografía pinhole. La creadora de este proyecto, la fotógrafa Pilar Pedraza, busca transmitir a través de aquél la idea de que los materiales para expresarnos y desarrollarnos se encuentran a nuestro alrededor, y que en ese sentido todos somos capaces de sacar un enorme provecho de lo que tenemos, por más poco que pueda parecernos.
Lo que me agrada muchísimo del proyecto, en primera instancia, es la combinación de dos de mis más grandes intereses: el arte y la psicología. Si bien no soy yo quien toma las fotos, he aprendido bastante sobre las cámaras pinhole y sobre el relevado, pues los mismos chicos me enseñan sus propias técnicas de fotografiado y me cuentan sobre el proceso; luego de un año de iniciados en la fotografía, muchos de ellos son realmente unos expertos. Por momentos tengo la oportunidad de asesorarlos sobre cómo obtener las mejores tomas posibles, pero por lo general me guío mucho de una de las ideas principales del proyecto: dejar que ellos tomen sus propias decisiones, que tengan completo control creativo, y que así puedan sentirse orgullosos al ver que son realmente capaces de obtener resultados impresionantes.
El factor psicológico recae en el trabajo con los chicos y chicas en sí. Mientras los veo tomar fotos me acerco a conversar con ellos, pregunto por sus gustos y disgustos, e intento pensar en formas de mantenerlos motivados. Después de todo, lo que se busca con el proyecto no es hacer de ellos unos fotógrafos profesionales (aunque, dadas sus capacidades, pueden serlo si así lo quieren), sino que a través de este arte puedan sentirse dueños de sí mismos; que desarrollen diferentes competencias, como lo son la paciencia y el poder trabajar en equipo. Además, el proyecto funciona también como un grupo de apoyo social donde los chicos se hacen amigos unos con otros, se sienten parte de algo más grande y los ayuda a definirse a sí mismos.
Varios de ellos ya gozan de becas en institutos de arte e idiomas, o se encuentran en medio de la grabación de un disco musical; y todos comienzan a recibir cada vez mayor reconocimiento en Lima (y pronto internacionalmente) gracias a su participación en concursos (algunos de los cuales han ganado) y exposiciones. Ayudarlos a descubrir que son capaces de alcanzar tales metas y muchas otras más es lo que hace del proyecto todo un éxito. Por mi parte, encuentro muy gratificante poder ser parte de todo esto, pues cada semana se reafirma la sensación de que la ayuda que brindo es importante, y que estoy exactamente donde debería estar.
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