The way back home always is the same
--Big jumps, de Emiliana Torrini
Me considero una persona aventurera, que toma riesgos calculados antes que lanzarse sin pensar, pero muy dispuesto a nuevos descubrimientos y experiencias. Mi familia y muchos de mis amigos no me ven así, justamente porque la imagen que muestro de mí mismo es una bastante diferente cuando estoy con ellos; no se trata de engañarlos, sino de mantener ese lado mío un tanto más resguardado; más mío, valga la redundancia.
Definitivamente los riesgos más grandes los tomo al montar bicicleta. Desde hacer una pequeña pirueta o bajar escaleras, hasta meterme al tráfico y pedalear a velocidades altas, bicicletear es mi principal fuente de adrenalina y endorfinas. Es algo que hago bien y que me satisface más que cualquier otra actividad; creo haberlo dicho incontables veces.
También me gusta perderme, literalmente. Varios años atrás comencé a conocer buena parte de Lima caminando y pedaleando por lugares desconocidos, tomando rutas que pensaba podrían llevarme a mis destinos, pero siempre algo ignorante de adónde iría a parar. Siempre por zonas tranquilas o medianamente seguras, claro; de lo contrario ya me habrían asaltado mil veces.
Esto último lo he practicado en cada nueva ciudad que he visitado. Si bien empiezo viendo mapas de los lugares a los que iré y las posibles rutas que puedo tomar, el resto del camino lo hago "a ciegas". Así conocí Pittsburgh y sus afueras, en mis días libres yendo primero por las cercanías de mi hotel hasta donde mis pies soportasen y luego tomando buses a otras docenas de lugares. Así conocí, también, otras ciudades estadounidenses y latinoamericanas, y di con lugares maravillosos a los que nunca planeé llegar y que ahora son como paraísos que descubrí de casualidad. Todo esto, valga decir, lo hago solo. Aún no encuentro a alguien que ame perderse tanto como yo o que no se preocupe de conocer el camino de regreso.
Son, como puede verse, riesgos calculados. Sí, hay potenciales peligros, pero trato de minimizarlos estando preparado, sea viendo la ruta previamente en un mapa, llevando dicho mapa conmigo en caso realmente lo necesite, teniendo el celular a la mano y un poco de dinero de emergencia. Tampoco es que busque problemas.
Estos son solo algunos ejemplos, obviamente. Cuando se trata de tomar decisiones importantes tampoco dejo de arriesgarme, pero nunca sin un plan B. Y ser así, valiente, curioso y atrevido, es algo muy propio que no busco compartir con nadie; porque les cuesta entenderlo, aceptarlo o creerlo. Con nadie que no sea como yo, claro está. Y sé que no estoy solo en ese aspecto.
Imagen: https://pixabay.com/en/girl-view-courageous-height-2047482/
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