Empecé a pensar nuevamente en uno de mis mayores intereses desde que tengo memoria, en el tiempo. Con el paso de los años le he ido dando más y más valor, y es por ello que todo lo que se relaciona con él suele llamarme la atención, especialmente aquello referido al pasado. Fue justamente esta última idea, la del pasado, la que me hizo retomar el tema del tiempo, pues siempre he querido retrocederlo y cambiar todo lo que he hecho mal o vivir los buenos momentos otra vez; básicamente tener una segunda oportunidad.
También he pensado mucho en la muerte o, específicamente, en el tiempo que queda antes de la muerte, esa distancia temporal que va acortándose segundo a segundo, tiempo que puede ser corto o largo, pero que inevitablemente tiene un final. Pero no veo todo esto de una forma negativa o tenebrosa, sino que me hago la siguiente pregunta: ¿cuánto podemos hacer, de cuánto somos capaces, con el tiempo que tenemos? Cualquier podría tirar la toalla y esperar el momento de su muerte, pero muchos de nosotros solo vivimos incluso sabiendo que un día ya no estaremos aquí.
Este tema me vincula con los estudios y la universidad en concreto, pero no quiero discutirlo en este momento. Lo que quiero mencionar es algo más importante, algo que (por más absurdo que pueda sonar) hasta Gandalf (de El señor de los anillos) dijo, aunque lo saco un poco de su contexto y lo aplico al mío: "All we have to decide is what to do with the time that is given to us". Traducción "diroliana": el punto no es pensar en cuánto tiempo nos queda, sino qué vamos a hacer con cualquiera sea el tiempo que tengamos. No creo que nada sea un desperdicio de tiempo, pero definitivamente el valor que cada uno le otorga es relativo. Es algo que tengo mucho en mente, algo que todavía seguiré redondeando para poder explicar mejor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario