lunes, 25 de mayo de 2009

Géminis en cada uno




I stand in the distance
I view from a far
Should I offer some assistance
Should it matter who you are?

--Confide in me, de Angtoria


Muchas veces en mi vida me he topado con una característica particular en varios de mis amigos, y admito haberla hallado en mí también, y aunque nunca he hecho una reflexión exhaustiva con respecto a ella, sí tengo mi pequeña explicación, y hasta tal vez un remedio (para aquellos de nosotros que podríamos considerarla negativa hasta cierto punto).


Desde que era un pequeñuelo de no más de nueve años notaba en mis compañeros que su forma de actuar cambiaba mucho dependiendo de las situaciones, como ahora sé que es completamente normal. Pero había algo que siempre me llamaba la atención y hasta me molestaba mucho, y eso era la diferencia en su desenvolvimiento entre los momentos en los que nos encontrábamos solos y los que estábamos con más personas. Podían ser muy amigables, confiables y tranquilos estando solos conmigo, pero cuando llegaba un tercero o más gente se transformaban en estos mocosos desinteresados que buscaban verse bien ante los ojos de los demás, a veces a costa de mí.

Con el pasar de los años fui notando que esta actitud no cambiaba en ellos, e incluso hoy conozco gente que mantiene este viejo hábito, ya no solo amigos de mi edad sino también amigos de mis familiares. Me puse a pensar si esto era propio solo de ellos o de todo ser humano, y fue así como descubrí que yo también podía actuar de esa manera de vez en cuando. Una vez que encontré este aspecto negativo en mí, me decidí a cambiar, a no dejarme llevar por lo que otros pudiesen pensar de mi forma de ser, a no inferiorizar a otros con bromas solo para sentirme o verme mejor, a no actuar de manera confiable con una persona para luego contar sus secretos a diestra y siniestra si ello me propiciase un asiento más alto dentro de lo que podría llamarse notoriedad entre los amigos. Dejé de ser así hace años.

Pero mucha gente sigue igual. En algunos se nota más que en otros, esa búsqueda de probar a los demás que son mejores que el resto, de verse inteligentes, de competir en todo momento. No estoy en contra de la competitividad, pero sí de la compulsiva. Esta actitud que tienen algunos de mis amigos no hace que deje de considerarlos como tales, pero muchas veces ha puesto trabas en nuestras relaciones, por lo que me es imposible decir que no he dejado de hablarme o verme con algunos de ellos por culpa de su actitud, que en todos los casos iba dirigida negativamente hacia mí. Siendo más específico, dando un ejemplo, le confíe a un viejo amigo un secreto bastante personal y descubrí que a los dos días el resto de compañeros del grupo se había enterado de él debido a este dizque amigo confiable.

Noto, también, que este tipo de actitudes de sobresalir suelen verse en aquellos que se sienten menos y que, justamente, desean brillar en el grupo. No creo que sea buena idea asociar el tema con todo lo relacionado al "bullying", pero sí fue este asunto el que me hizo prestarle más atención a lo que digo. Todavía no sé si existe algún tipo de investigación psicológica al respecto, pero anoto este interés en la lista de cosas que iré preguntando a mis profesores una vez que regrese a la universidad, así podré nutrirme con un poco más de conocimientos y de repente ayudarme a entender mejor a estos amigos y aprender a aceptarlos.

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