El lunes creí que pasaría el día metido en la casa, sin contar la salida a almorzar con mi tía, pero mi tío me sorprendió a las cinco con una salida en bicicleta rumbo al centro de la ciudad. Para ser honesto, la falta de práctica de “bicicleteo” me había afectado el día anterior, pues apenas monté una hora y ya me dolían las piernas, además de que últimamente he estado comiendo demasiado y tomando gaseosa (rompí mi promesa de no tomarla por un año; no duré ni una semana), por lo que el peso extra es un problema. Sin embargo, no dudé en aceptar esta bicicleteada, lo que me otorgó una perspectiva diferente de la ciudad, tanto en visión como en olor, como diría mi tío. Pude aguantar su paso ligeramente más acelerado que el mío (el que solía tener) y mi tía y mi prima nos dieron el alcance con la camioneta, una vez que estuvimos allá, y fuimos a comer una bien merecida pizza.
La Experiencia Dirole
Un espacio de reflexión y divagaciones sobre las personas, el mundo y la vida en general.
Un inventario de vivencias y pensamientos que tienen como fin darle un sentido diferente a lo cotidiano.
Un gran conjunto de enseñanzas, nacidas de mis experiencias, al alcance de aquellos que gusten conocerlas y hacer uso de ellas.
miércoles, 18 de febrero de 2009
Dos ruedas y el mundo
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