Una habitación con finas líneas negras que le dan un estado de tranquilidad, casi como decir que la neutralidad se ha apoderado del cuarto, pero de pronto se pierde el equilibrio, ya no más horizontalidad o paralelismo, solo trazos al azar que tendrían que dar un aire de libertad, desenfreno deseado desde mucho, pero es caos, un mundo sin control, un mundo a la deriva y perdido ante fuerzas más poderosas que uno mismo, por lo que nada permanece mas que la soledad, el sentimiento de estar perdido y una agonía que no deja respirar.
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