El peor

Fate 

Up against your will

Through the thick and thin

He will wait until

You give yourself to him

-- The killing moon, de Echo and the Bunnymen

Caminaba por una ciudad infestada por edificios, concreto adondequiera que sus ojos se dirigiesen, pero ello no fue excusa para evitar que viese un pequeño verde en medio de un gigantesco gris. Encontró un trébol, el único rezago de vida en ese lugar que solo le traía a la mente la palabra 'dureza', pero no un espécimen común y corriente, sino un trébol de cuatro hojas, de esos que solo en sueños esperamos encontrar.

Al principio solo pensaba en admirarlo desde su posición sin atreverse a acercarse ni a recogerlo, pues lo veía como un símbolo de resistencia, como enseñanza para los hombres de que siempre existe esperanza. Pero su impulso de egoísmo humano pudo más y terminó arrancándolo del suelo con la finalidad de convertirse en su único poseedor y obtener esas cuatro cosas que un trébol de cuatro hojas suele otorgar.

Esperanza para sentirse seguro de que desde ese momento en adelante conseguirá todo lo que desea, de que todo saldrá como mejor se pueda. Fe en que sus ideales son los correctos, en que sus creencias son las verdaderas. Amor necesario para no sentirse solo y tener a alguien con quien compartir sus riquezas por venir. Y suerte, la poderosa suerte, para no volver a temerle a las malas decisiones, la suprema suerte para volverse invulnerable.

Acercó el trébol a su pecho, ahora dueño de sus sueños, regaló una sonrisa a los cielos y miró su más preciada posesión una vez más, tan feliz como nunca antes se había sentido. Pero no tan feliz como otros también se sintieron cuando encontraron sus propios tréboles, personas como él que ahora salían a las calles aferrados de sus pequeños verdes en medio de gigantescos grises, cada uno con un trébol de cinco, seis, diez, quince y hasta más de veinte hojas. Ahora entendía por qué solo había encontrado uno. El único. El último. El peor.