-- Aún respiro, de Avalanch
Cuando la botella de vidrio y el alfiler se conocieron por primera vez ninguno de los dos tenía mucho que decirle al otro, solo se hacían las usuales preguntas con las que das inicio a una conversación que, sabes, no llevará a ninguna parte, y a pesar de que ambos lo sabían, continuaban haciéndolo, por horas lo hicieron sin reparo. Días más tarde, cuando se encontraron sobre la mesa, el alfiler no consiguió ocultar el desagrado que le ocasionaba volver a ver a la botella de vidrio, así que esta, quizás empujada por un sentimiento parecido o tal vez queriendo iniciar otra nueva conversación con una pequeña broma para ponerlo de buen humor (que no surtió el efecto querido), cayó sobre aquel y quebró su punta, aunque no sin antes recibir una herida ella misma. Cuando la botella de vidrio (ahora rota) y el alfiler (ahora de punta roma) se conocieron por primera vez ninguno de los dos sabía que de por vida quedarían marcados debido al otro, y que días más tarde ambos encontrarían descanso en la basura.
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