jueves, 1 de diciembre de 2011

Disipando ilusiones


Step out of line and
I'll teach you how to fly

--Fly, de Blind Guardian


Muchas veces me he encontrado en situaciones que no he podido creer, no tanto por ser inverosímiles, sino porque no podía imaginarme siendo parte de ellas. Es curioso, pues casi siempre las he rehuido; pero cuando no ha sido este el caso, las veces que he decidido encararlas probablemente hayan sido las mejores y más provechosas experiencias que haya tenido. Me explico.

Movido por la timidez y el miedo, de chico me negaba a ponerme en circunstancias nuevas o que supusiesen cierta incomodidad; prefería lo cotidiano, lo conocido y a veces también hasta lo aburrido con tal de no enfrentar situaciones diferentes. Con los años esta actitud no cambió mucho, tan sólo pasé a agregar más razones para no lidiar con aquéllas, aunque nada de esto evitó que ocasionalmente me viese expuesto a ellas. Un recurso que utilizaba muy a menudo era imaginarme a mí mismo siendo parte de aquello de lo que buscaba huir, intentaba verme en la situación, pensar en qué acciones llevaría a cabo y con quiénes interactuaría; si no tenía la más leve sensación de que encajaría, de que me desenvolvería adecuadamente, simplemente descartaba la noción de asistir adonde fuese que debía ir o de realizar lo que tenía que hacer.

Mi forma de ver las cosas cambió muchísimo (aunque no del todo) gracias al ejemplo que fue una gran amiga que conocí durante mi primer año en la universidad, quien sin intención me ayudó a encontrarle el lado dulce a lo desconocido y a lo incómodo. Recuerdo un acontecimiento en especial, quizás el más significativo. Decidimos (y con esto me refiero a que ella decidió y yo acaté) comer y beber algo que ninguno de los dos hubiese probado antes. Fue una experiencia relativamente simple a primera vista, pero me hizo comenzar a notar que no hay nada de malo en arriesgarse de vez en cuando. Hubo muchas otras situaciones como esta, unas más osadas y otras no tanto, pero en definitiva todas llevaban el mismo mensaje: a veces un poco de espontaneidad y cero planificación pueden crear la atmósfera perfecta para pasar un buen momento.

Mi error parece haber recaído en tratar de obtener control por medio de una imagen a futuro, imagen que no necesariamente era real. Y en base a ésta es que tomaba la decisión de hacer o no algo; en base a una ilusión determinaba el camino que seguiría, por ello siento que me he perdido de muchas vivencias valiosas. Incluso hoy me veo cometiendo errores de similar naturaleza, tal vez en menor medida, pero errores al fin y al cabo, a pesar de ya haberme encontrado en situaciones que en un inició preví como inverosímiles y que luego describí como enriquecedoras. Es un hecho un tanto contradictorio el temer algo que reconozco como positivo, pero creo que cada día me voy acercando más a resolver esta paradoja. Después de todo, este blog no sería lo que es sin nuevas experiencias.

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