viernes, 30 de octubre de 2009

Hace diecisiete años


But after a while
You realize time flies
And the best thing that you can do
Is take whatever comes to you
'Cuz time flies

--Time flies, de Porcupine Tree


Unas semanas atrás, en medio de un afán por conseguir películas animadas que vi durante mi niñez, recordé una en particular. No sabía ni el nombre, ni quién la hizo, ni la trama. Solo tenía en mi cabeza una escena específica en la que los personajes salían de una casa inundada, e incluso estoy seguro de que no la estoy recordando muy al pie de la letra.

Lo primero que hice fue entrar a Wikipedia, donde pude encontrar un listado de todas las películas de dibujos animados que se han creado. Luego repasé la lista unas tres o cuatro veces leyendo cada título con la esperanza de que alguno me pareciese conocido, pero no pude conectar ninguno con la escena en mi cabeza. Finalmente, decidí revisar minuciosamente cada película, filtrando mis elecciones de acuerdo al país de origen y al año en que fue filmada, lo que llevó tanto tiempo que hubo un momento crítico en la búsqueda en el que casi desisto por falta de resultados.

Estuve así cerca de dos horas. Temía que al no tener ningún dato concreto sobre el dibujo podría haberlo pasado por alto, pero cuando vi una portada en la que salía un gallo vestido como Elvis Presley supe que había encontrado mi película. Aún con título ("Rock-a-Doodle") y con la imagen del protagonista no puedo recordar nada más de la película además de esa dudosa escena, lo que incrementa mi sorpresa inicial, pues sé que era una de mis favoritas y que, por lo menos, la vi unas diez veces de chico.

Buscando este dibujo me topé con otros que no veía en años, y lo que surgió como la idea de conseguir una sola película ha escalado hasta el punto de, ahora, querer ver casi cincuenta. Y hoy comienzo al ver la primera, la que inició todo.

sábado, 24 de octubre de 2009

Dos y quizás más


Sit back and relax
Crawl into the maze
Within your mind
Leave it all behind
Now allow yourself to
Slide into a world
As real as you want it to be
Actual fantasy

--Actual fantasy, de Ayreon


Después del percance pasado, esta semana tuve las dos clases del curso de narrativa que me correspondían. Hasta el momento he descubierto dos cosas, una más importante que la otra.

La primera resultó ser un problema al principio. Resulta que este taller no está enfocado a la redacción de novelas, sino a la de cuentos cortos. Nunca he sido muy bueno para condensar una historia en pocas páginas ni, además de eso, en mantener una estructura acorde con los cánones de este estilo de narración, por eso siempre me enfoqué en lo que estoy más familiarizado y en donde me siento un poco más libre, en las novelas. Al descubrir la verdad de este taller (que ya sospechaba, pero que ingenuamente esperaba contraria) pensé que no me adecuaría las lecciones, pero luego de pensarlo me dije que eso depende enteramente de mí y de cómo quiero asimilar lo aprendido, por lo que me he propuesto darle una oportunidad a este estilo literario y adentrarme en sus misterios, quizás hasta descubra más de lo que pienso.

La segunda, y más importante, es lo profundas que son las clases. Si bien la lección se basa en leer un par de lecturas antes de la clase en sí, en la inicial discusión de un tema principal presentado por el profesor, en la comparación entre el tema y las ideas de lo leído, y en el gradual desarrollo individual de un cuento corto por parte de cada alumno con comentarios o críticas del resto, siento que estoy aprendiendo mucho de mí mismo con respecto a lo literario. La diferencia entre este taller y otros en los que he estado antes es el enfoque que el maestro toma, al parecer uno más profundo en tanto impulsa al alumno a verse reflejado en lo que escribe y detalla el proceso por el que se da esto. Podría decirse que todo este asunto es bastante psicológico.

En estas dos clases se ha hablado de las razones por las que una persona escribe y qué de sí hay dentro del escrito que cada uno de nosotros se ha propuesto redactar. Sin duda me alegra saber que elegí bien al participar de este taller, pero el pequeño problema (que nunca falta) es el tiempo que me distancia de la siguiente clase, momento en el que debo tener lista una historia, su estructura y los primeros párrafos ya escritos. Tengo algunas ideas, pero como mi sentido de la perfección suele aparecerse en los momentos menos esperados, temo que tardaré un poco más de lo previsto en tener algo que acepte como decente.

viernes, 23 de octubre de 2009

Medio tiempo


Just let me catch my breath
I've heard the promises
I've seen the mistakes
I've had my fair share of tough breaks
I need a new voice, a new law, a new way
Take the time, reevaluate
It's time to pick up the pieces
Go back to square one
I think it's time for a change

--Take the time, de Dream Theater



Tal y como me lo temía, mis días de fútbol han encontrado un obstáculo inevitable: la rutina.


La semana pasada lo sentí por primera vez, esa sensación de ir al partido del miércoles no tanto por realmente quererlo sino por tener que hacerlo. Pensé que solo era cansancio de la salida en bicicleta que había hecho el día anterior y que la semana que vendría las cosas sería diferentes, pero otras cosas se sumaron a esta pequeña excusa.

Al finalizar tanto el partido de esa semana como el de esta me quedé con la sensación de que no me había divertido lo suficiente, como si hubiese faltado algo o hubiera habido mucho de otra cosa. En ambos empatamos después de un reñido encuentro, y en ambos logré anotar un par de goles, pero mi desempeño en general no fue muy bueno y el hecho de estar ahí por necesidad antes que por placer le quitó un poco el sabor a satisfacción.

Como mencioné antes, no suelo tomarme la competencia deportiva muy en serio, busco divertirme sin que esto dependa del desenlace, el ganar o perder al final no se comparan con todo el resto de tiempo que estuve jugando. El caso puede ser un tanto distinto para algunos de mis amigos, quienes llegan a molestarse durante el partido y pierden noción de lo que verdaderamente estamos haciendo en la cancha, pasando un buen rato. A veces pueden criticar mi experimental estilo de juego por la gran cantidad de desaciertos que consigo y que para mí es lo más divertido del fútbol, pero no les hago demasiado caso a menos que lo que digan tenga sentido.

Sin embargo, creo que la mezcla de todas estas cosas ha conseguido desanimarme hasta el punto de tomar la decisión de dejar de jugar por dos o tres semanas, alejarme un poco de este deporte y volver solo cuando de verdad quiera hacerlo, cuando el espíritu futbolístico sea incontenible y no ir porque se espera que vaya. Lo mismo me sucedió en algún momento con la bicicleta y al tomar este mismo camino volví a enamorarme del ciclismo, por lo que no dudo que este actuar funcionará. Además, ahora podré bicicletear en esos ratos libres que antes no lo hacía por lo cansado que terminaba después de cada partido, así que todo calza a la perfección.

sábado, 17 de octubre de 2009

Uno de Neftalí


An open mind
An attitude
Of learning about something new
There's always another way
When clouds break and dissipate

--Above the grass (Part II), de Frameshift



Hoy encontré en el escritorio un poema que mi abuela dejó para mí y que, luego de leerlo y releerlo, tomé como un reflejo casi exacto de mis ideas y de mí mismo. De ahora en adelante planeo tenerlo conmigo todo el tiempo.



Queda prohibido

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber qué hacer,
tener miedo a tus recuerdos...

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños...

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen menos que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha...

Queda prohibido no crear tu historia,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da
también te lo quita...

Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti este mundo no sería igual...

--Pablo Neruda


viernes, 16 de octubre de 2009

La suerte no tiene favoritos



Proclaim eternal victory
Come on and change the course of history

--Apocalypse please, de Muse


El miércoles tendría que haber sido mi primer día de clases en el taller de narrativa que me propuse llevar, pero una serie de infortunios consiguió que no fuese así.

Las clases empezaban a las seis y media de la tarde, y como no estaba seguro de cuánto me tomaría llegar hasta el lugar donde se impartirían las clases decidí salir de mi casa a las cinco en punto. Tomé un micro que me dejó a una seis cuadras del establecimiento en cuarenta minutos de viaje, y mientras caminaba hacia él recordé que había olvidado un documento que debía presentar para poder participar del taller, así que no quise arriesgarme a llegar tarde y tomé un taxi al notar que el tráfico vehicular iba en aumento con el paso de los minutos.

Llegué a mi casa en media hora, tomé el documento y partí de vuelta al lugar en el mismo taxi. Pasé corriendo por la puerta principal del instituto exactamente a las seis y cuarenta y subí por el ascensor molesto conmigo mismo por llegar tarde, incluso si solo eran diez minutos. Cuando llegué al salón vi en la puerta un anuncio señalando que las clases se iniciarían un cuarto para las siete, así que dejé de aguantar la respiración y suspiré tranquilizado.

Probé abrir la puerta, pero al encontrarla cerrada asumí que el mismo profesor la abriría al llegar. Esperé afuera cinco minutos, y no me llamó la atención que no hubiese llegado nadie para entonces, considerando la poca puntualidad que solemos tener los peruanos en general, pero tras quince minutos de espera sin ver que alguien apareciese decidí acercarme a la oficina de informaciones. Allí me dijeron que las clases no eran ese día, sino el día siguiente, el jueves, y que la próxima semana el horario sería como estaba planificado anteriormente. Como no vi a ningún otro alumno por las inmediaciones asumí que yo era el único despistado que no había sabido de esto al revisar la página web que mencionaba este curso. Tuve que volver a mi casa con veinte soles menos en el bolsillo por dos viajes innecesarios en taxi. Sin embargo, mi mala suerte no se detuvo con todo esto.

Al día siguiente recibí un correo electrónico un par de horas antes de la hora que debía empezar el taller en el que se decía que podríamos recoger el material "indicado en clase" el día viernes. Esto me sonó un poco sospechoso, puesto que podía tomarlo como la clase que se dio el día anterior (y que me dijeron que no habría) o como la clase de hoy en la que se hablaría de dicho material, por lo que decidí llamar al instituto y aclarar mis dudas. Resultó que sí se impartieron lecciones el día miércoles como se tenía planeado, pero el profesor había llegado tarde y, para entonces, ya se me había indicado del cambio de fecha que al final tuvo que volverse a cambiar, así que no habría clases el jueves.

Hoy tuve que recoger el material y aproveché para quejarme, aunque en el fondo ya sabía que solo serviría para desahogarme y no para devolverme ese primer día de clases. Honestamente no me causa ningún daño haberlo perdido, solo es un pequeño atraso y el tener que ponerme a la par con los demás. Más que nada me resulta muy gracioso cómo la suerte puede ser mi aliada la mayor parte del tiempo y yo, confiado al verlo así, no espero este tipo de situaciones en las que parece tornarse totalmente en mi contra. Creo que la vida no sería divertida de otra manera.

sábado, 10 de octubre de 2009

Ego y ego



And as I draw near
The scene becomes clear
Like watching my life on a screen

--Scene one: Regression, de Dream Theater


Un plan que dejé de lado más por problemas técnicos que por olvido fue el grabar mi vida. Esta idea nació de una revelación que tuve hace unos tres años, justo después de encontrarme con mi "yo" del pasado (literalmente). Lo explicaré a continuación.

Hace tres años mi tía me mostró unos videos que grabó antes, durante y poco después de su embarazo en los que yo aparecía a la tierna edad de ocho. El verme a mí mismo con diez años de diferencia tuvo un efecto muy fuerte, no solo por el tiempo transcurrido ni por la sensación que tuve al evocar aquella edad, sino también por descubrir cuánto había cambiado. Físicamente no había mucha diferencia, quizás unos centímetros más alto, un poco más ancho en la zona media, rasgos faciales más duros y adultos, y prácticamente el mismo peinado, pero en lo que pude notar de mi antigua personalidad me había convertido en una persona bastante distinta. Sin duda al dejar de ser niño tuve que añadir responsabilidades a mi vida, pero me asusta pensar que estas pudieran haberme hecho cambiar tanto, pues ya no era el chico espontáneo, hablador y divertido que era antes, sino un adolescente altamente tímido, callado la mayor parte del tiempo y aburrido.

El ver estos videos me hizo tomar conciencia de qué rumbo había tomado mi vida, y ese fue el punto clave que me hizo tomar la decisión de cambiar para bien, de salvar ciertos aspectos de cómo era antes, sacarlos a la superficie y hacerlos parte de mí nuevamente. Toda la experiencia la tomé como si el niño que fui hubiera visto directamente a la cámara y hubiese dicho "mírame, recuérdame, úsame de ejemplo" con la intención de que lo viese en ese momento, como si supiera que lo vería en el futuro y que, efectivamente, lo tendría en cuenta.

Esta fue la idea que nació ese día, grabar el ahora y usarlo para el mañana. Compré una videograbadora con la intención de poner en marcha mi plan, y así lo hice por meses, grabé variados episodios de mi vida por un poco más de un año, hasta que descubrí que mi cámara era algo deficiente al almacenar la información en el cassette y luego pasarlo a la computadora, por lo que poco a poco fui dejando la iniciativa de lado.

Hoy veo esto como una especie de rendición exageradamente tonta y floja. Puedo verlo justamente porque acabo de encontrar los discos en los que puse algunas de las grabaciones, así que de cierta forma cumplieron su propósito, recordarme el pasado y tenerlo en cuenta este momento. Es por ello que me he propuesto retomar la idea de grabar mi vida, poner un poco más de esfuerzo en encontrar maneras de transferir y guardar mejor la información, y seguir aprendiendo del pasado, siempre con la intención de mejorar mi futuro.

miércoles, 7 de octubre de 2009

De a pocos y por partes



Live for today
Don't wait till tomorrow
Why spend your time bein' somewhere you don't wanna be
Rely on faith to get you through your sorrow
Nothing can stand in your way
So live for today

--Live for today, de Ratt


Esta última semana y media ha estado un poco entreverada, con nuevas situaciones con las que lidiar, con la consumación de metas y con una nueva perspectiva respecto a lo que vendrá más adelante.

Por un lado, como acordé con mi tío, di por concluido mi tiempo de trabajo en su oficina luego de tres meses. El plan inicial era quedarme ahí hasta el inicio del siguiente ciclo universitario, es decir hasta marzo del próximo año, pero surgió una oportunidad que me hizo replantear la idea de trabajar siete meses, por lo que acepté de buen humor que solo fuesen tres.

Por otro, esta oportunidad de la que hablo llegó. Mi papá me ofreció dejar de trabajar e invertir mi tiempo en otro tipo de actividades, como talleres o cursos, lo que tomo como una especie de tregua. El problema es que esto llega con una carga que con el pasar de los días y las semanas tendré que ir resolviendo, nada menos que la inconformidad familiar, la misma que me ha seguido silenciosa y sutilmente desde que ingresé a la universidad. Resulta que de nuevo mi familia quiere que me cambie de carrera , solo que esta vez llega por consejo del psicólogo al que estuve obligado a ir durante un par de semanas y que utilizan como último recurso para hacerme cambiar de opinión respecto a lo que quiero estudiar. El punto, básicamente y bastante resumido, es que quieren que estudie otra cosa, al parecer literatura. Yo, sin embargo, no estoy considerando rendir mis intereses.

Por último, resalto un cambio de perspectiva que he estado teniendo. Conversando con un par de amigos recordé una vieja y fuerte idea que mantuve durante mucho tiempo y que olvidé seguir poniendo en práctica por culpa de la presencia de unos problemas recientemente resueltos. La conversación se inició con la aprehensión de oportunidades en oposición a dejarlas pasar y con el surgimiento de una nueva mentalidad que uno de estos amigos experimentó, lo cual me hizo recordar mi idea, que siempre se debe aprovechar cada oportunidad, puesto que nunca llega de la misma manera (si es que vuelve a llegar), y con ello mis ganas de atreverme a todo, de probar cosas nuevas y de arriesgarme sensatamente sin importar la dificultad. Hace un año disminuyó la fuerza que le ponía a los actos que llevaba a cabo teniendo este pensamiento en mente, pero este fin de semana me decidí a hacerla volver.

No sé qué vaya a venir en el futuro próximo, qué problemas deba resolver o qué nuevas alegrías consiga, pero al menos ya tengo las cosas un poco más claras y ya sé adónde quiero llegar.

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