sábado, 31 de mayo de 2008

Alas de concreto, alas cortadas


Y golpea y golpea, y me siento en tranquilidad, y camino en medio de un caos organizado, un caos autoprovocado y poco deseado, y mi camino se ve borroso, lo obstaculizan quienes deberían aclararlo, me impiden llegar a donde debo llegar, y duele de a poquitos, y golpea y golpea y me tranquiliza.

El metal golpea mi cuerpo con tal ferocidad que mis entrañas gritan de la emoción, y mi cabeza da vueltas y el frenesí es demasiado, demasiado para mí, para cualquiera, pero no duele, se saborea, uno, dos, tres, y caigo, y me contorsiono, y es tranquilidad en su estado menos puro y para nada latente.

Aunque los pensamientos, más temprano que tarde, se hacen sentir con esa intensidad que nos hace escucharlos atentamente, muy atentamente, a pesar de que no siempre nos digan la verdad, a pesar de que nos hundan más con ideas que no necesariamente son ciertas; pero la duda queda plantada, y ya no sé.

viernes, 30 de mayo de 2008

Sembrando estrellas



Porque lo que para algunos es una cosa, para otros es una cosa distinta, y todo depende de las perspectivas, y del conocimiento, y de la cercanía y de otros tantos factores que afectan nuestro pensar. Es como las mentiras, que en esencia son lo mismo, pero cada tipo varía en intención y en propósito; conseguir algún beneficio es lo que prevalece, pero puedo equivocarme.

El mundo, el maldito, injusto, grandioso, extraño y placentero mundo, lugar de nacimiento de cada cosa. Pero apenas conozco una pequeña parte de él, apenas sé de una mínima parte de sus incontables escondrijos; quiero saberlo todo, tarea imposible pero combustible para mis metas.

Es que los sentimientos pueden llegar a dominarnos tan sutilmente que no somos capaces de notarlo y evitarlo, o cuando sí lo somos no siempre queremos evitarlo; es una vaina. ¿Por qué nos gusta esto que nos hace tanto mal? O ¿por qué descuidamos aquello que nos procura tanto bien? ¿Notan la diferencia, la cercanía, la oposición siempre prevalente? Es una vaina.

jueves, 29 de mayo de 2008

Y te quiero a ti



Tengo miedo, en eso no hay dudas ni omisiones, como cualquiera podría tenerlo, pero cuando de temores se trata lo más conveniente no es esconderse, sino encarar aquello que nos hace temblar y encontrarle solución con el fin de mejorarnos a nosotros mismos como personas. Tengo miedo, y valoro lo que ya tengo, lo valoro tanto que podría atreverme a afirmar que es lo único cierto en mi vida, lo único que realmente me hace despertar con ganas de vivir, y es por eso que el arriesgarlo, a pesar de ocasionarme temor, será la mejor manera de elevarlo a la categoría de “especial”.


No podemos andar por la vida temiendo perder lo que ya tenemos y amamos, debemos vivir seguros de nuestras decisiones y con plena confianza de que seremos felices. Nada garantiza que lo seamos, pero no lo sabremos si no lo intentamos; no debemos dejar de hacer las cosas por miedo a las posibilidades que están en nuestra contra, debemos arriesgarnos sensatamente a todo, debemos probarlo todo, debemos dejarnos llevar por lo que nuestros corazones dictan como verdadero, necesario y correcto. Lo peor tal vez se presente, pero si valoramos lo que ya tenemos desde un principio, entonces será tan especial que nada podrá quebrantarlo, nada logrará quitárnoslo.


Es una idea soñadora, pero vivo de los sueños y de ellos me nutro, son la fuerza que me empuja a mejorar y a decir “no descansaré hasta conseguir lo que quiero y que aún no tengo”. Y te quiero a ti.

miércoles, 28 de mayo de 2008

En los albores del pensamiento...



En este momento apenas logro pensar en irme, no escapar y olvidar, sino mantenerme al margen y mirar desde fuera. El peso de las responsabilidades comienza a debilitar mi espalda y cada paso se hace más y más pesado, sin olvidar que el poder de los sentimientos es tan fuerte que apenas y logro mantenerme en pie. “Admiro que, a pesar de haber vivido tantas cosas, sigas bien parado”, se dijo alguna vez, no exactamente de esa manera, y no exacta ni completamente conciente, pero es una idea que ayuda a seguir no por uno mismo sino también por los demás, por aquellos que nos toman como ejemplo, por aquellos que dependen de nosotros.


Pero, repito, solo puedo pensar en irme, alejarme de lo conocido y darle un probada a ese otro lado que mi cabeza ansía pensar. Lo quiero todo y de a pocos no voy queriendo nada; y no sin razón, pues ¿cómo se ha de reaccionar si lo que quieres se va de tu lado sin ningún motivo aparente? Las personas solo buscan ser entendidas y, en sus enormes ganas, olvidan entender a los demás; solo somos humanos, es por eso que la meta es sobrepasar este defecto y alcanzar la supra-humanidad, o dejar de ser humanos si lo anterior resulta muy complicado. Supongo que es cuestión de perspectivas, pero como alguien una vez dijo, “no importa cómo lo veas, siempre sonríe”. Y sonrío, in spite of all.

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