miércoles, 28 de mayo de 2008

En los albores del pensamiento...



En este momento apenas logro pensar en irme, no escapar y olvidar, sino mantenerme al margen y mirar desde fuera. El peso de las responsabilidades comienza a debilitar mi espalda y cada paso se hace más y más pesado, sin olvidar que el poder de los sentimientos es tan fuerte que apenas y logro mantenerme en pie. “Admiro que, a pesar de haber vivido tantas cosas, sigas bien parado”, se dijo alguna vez, no exactamente de esa manera, y no exacta ni completamente conciente, pero es una idea que ayuda a seguir no por uno mismo sino también por los demás, por aquellos que nos toman como ejemplo, por aquellos que dependen de nosotros.


Pero, repito, solo puedo pensar en irme, alejarme de lo conocido y darle un probada a ese otro lado que mi cabeza ansía pensar. Lo quiero todo y de a pocos no voy queriendo nada; y no sin razón, pues ¿cómo se ha de reaccionar si lo que quieres se va de tu lado sin ningún motivo aparente? Las personas solo buscan ser entendidas y, en sus enormes ganas, olvidan entender a los demás; solo somos humanos, es por eso que la meta es sobrepasar este defecto y alcanzar la supra-humanidad, o dejar de ser humanos si lo anterior resulta muy complicado. Supongo que es cuestión de perspectivas, pero como alguien una vez dijo, “no importa cómo lo veas, siempre sonríe”. Y sonrío, in spite of all.

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