martes, 31 de mayo de 2011

dIROLE vuelve a celebrar

¡La Experiencia Dirole cumple un año más!

La verdad lo cumplió unos días atrás, pero he estado tan ocupado las últimas semanas, y más aún estos días, que no he tenido el tiempo de hacer el anuncio.

Este año, como el anterior, no se compara cuantitativamente al primero, pero sin duda mantiene (o así lo intento) la idea principal, que es tener un espacio donde pueda archivar el conjunto de experiencias que vaya teniendo, ya sea por conseguir una catarsis, por compartir mis vivencias o por ambas cosas.

Agradezco a todos mis lectores por sus visitas y por otorgar al blog parte de su tiempo, espero que mis palabras logren darles el disfrute que buscan. Y yo sé que a veces puede ser difícil, pero los invito a compartir sus propias experiencias e ideas, y también a discutir las mías si en algún momento piensan que lo que digo no se acerca lo que ustedes sienten o conocen, o si tienen una perspectiva diferente.

La distancia temporal entre posts se ha ido acrecentando, y admito que he ido dejando un poco de lado el blog, pero prometo seguir escribiendo aquí tan seguido como me sea posible, siempre con algo interesante por contar o con algún sinsentido que sirva de transición entre temas. Sigo sin ver un fin definible para La Experiencia.

Sin más que decir (por ahora), es hora de dar inicio al nuevo capítulo, ¡y a nuevas experiencias!

dIROLE

viernes, 27 de mayo de 2011

Óculo mudo


Build a stronghold
Of keepsakes and air
And dreams you can cling to
After the magic has all gone

--Eyes wide open, de Sieges Even


A: Vivo en los ojos de la gente, y desde ella soy. Parido en la tierra entre parpadeos de un observador inexperto, fui asimilado a la visión del mundo.
B: (Silencio).
A: Como una minúscula mancha en el rabillo del ojo me sostengo ignorado por tu conciencia, pero presente en el revés de tus pensares, donde he diseñado el último cobijo al que me arrimaré antes de ser barrido por tus lágrimas.
B: (Silencio).
A: Soy lo que se espera de mí, lo que se quiere ver.
B: (Silencio).
A: Soy tal cual me perciben, no como me siento ni como respiro. Vivo en los ojos de la gente; vivo y sin vida propia.
B: (Silencio).
A: Que cierren sus ojos y me dejes ser libre, al fin libre para ser, sólo ser, y no dejar de serlo. Un descanso, un respiro, un cese parcial siquiera, o la promesa de uno.
B: (Silencio).
A: O dame tu silencio, otra vez otro silencio, y ahoguemos las memorias en él. Hasta ver mi nacimiento en otra mirada. Hasta ver...
B: (Silencio).

martes, 24 de mayo de 2011

Vida sin luz


It feels like the end of the world,
It seems like nobody cares

--March out of darkness, de Papa Roach


Como parte de un curso de la universidad, hace poco tuve que realizar una entrevista a un adulto sobre un tema en particular, analizar su desarrollo cognitivo y moral y evaluarlo en base a lo que implica ser un adulto en términos psicológicos. Mi tema era la creatividad, pero lo que dio un giro a mi asignación fue la elección de la persona en sí, de quien recibí información que trascendió por creces el trabajo planeado.

Gracias a la ayuda de mi abuela, pude acercarme a un centro de rehabilitación para ciegos, donde una de estas personas se ofreció a contestar mis preguntas. Nunca antes había tenido un trato tan cercano con alguien sin el sentido de la vista, y fue por ello que en un principio me costó comunicarme con él en tanto no podía registrar mi lenguaje no verbal; mis asentimientos con la cabeza, mis gestos, los movimientos de mis manos, mis sonrisas y miradas pasaban desapercibidas, y lo único que quedaba era el volumen y tono de mi voz. El señor al que entrevisté llevaba dos años sin poder ver, tal vez por ello mantenía los ojos abiertos y los movía constantemente mientras hablaba, cosa que me llamaba la atención y hasta inquietaba por momentos, pues nuestras miradas se cruzaban y realmente sentía que podía verme, de alguna manera más allá de la visión como normalmente la entendemos.

Hace algunos años atrás, cuando todavía estaba en el colegio, me interesó mucho el tema de la ceguera. Desde entonces consideraba el sentido de la vista como más importante, así que perderlo era, para mí, una noción aterradora. Muchas veces hice (y ocasionalmente sigo haciendo) pequeños experimentos en los que cerraba los ojos y trataba de desenvolverme lo mejor que podía, intentaba realizar tareas simples como amarrar los cordones de mis zapatos y luego pasaba a otras más elaboradas, como el hacer mi cama, ir de una habitación a otra y hasta montar bicicleta (esta última con consecuencias desastrosas). Me di cuenta que me era imposible, me frustraba demasiado rápido y que, de alguna vez quedar ciego, sufriría mucho.

Pude sentir parte de ese sufrimiento, intensificado enormemente, en las palabras del hombre al que entrevisté. Sentía su rendición ante la vida, me indignó el trato que comentaba que recibía por parte de otros e incluso de su propia familia, y quería entender esa sensación general de estorbo y carga, de desesperación ante un mundo visual arrebatado, pero aunque la forma en que se expresó fue muy clara y abierta, sé que no podría ni acercarme a imaginar cómo es realmente no poder ver. Digamos que la conversación que tuve me abrió los ojos a vivencias y experiencias sobre las que no tenía ni idea. Y me quedé con lo que espero sea una frase (su frase), que no olvide nunca: "No esperes a ser ciego para aprender a hacer todo lo que te dio flojera hacer cuando podías ver".

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