He said life's a lot to think about sometimes
When you keep it all between the lines
--The road I'm on, de 3 Doors Down
Ayer, mientras montaba bicicleta por rutas nuevas, descubrí una calle que a simple vista no difería de ninguna otra, no tenía nada de especial. Sin embargo, conforme fui avanzando por ella fui teniendo una sensación extraña, muy parecido a un deja-vu en tanto creía ya haber vivido ese momento, aunque la experiencia se acercaba más a la idea de haber pasado por ese lugar antes, muchos años atrás. De alguna manera me hizo pensar en algo que llevo deseando durante la mitad de mi vida, y hasta probablemente desde antes.
Muchas veces he querido enormemente poner un alto a mi vida y volver a vivirla desde el comienzo, aunque con todo el conocimiento que tengo en este momento. Siempre que lo pensaba nacía de un afán por resolver problemas, revivir experiencias agradables y tomar caminos nuevos, pero ayer vi esta idea de una forma totalmente inédita, me puse a pensar en algo que no había cruzado por mi cabeza nunca. Cambiar el pasado evidentemente alterará el futuro, pero nunca imaginé un escenario en el que dejaría de vivir lo bueno, lo divertido y lo que mayor felicidad pudo traerme. Siempre se trató de obviar lo negativo, nunca de saltarme lo positivo.
Lo complicado viene a continuación. Sé que con cambios en el pasado nuevas experiencias (buenas y malas) llegarán a futuro, ¿pero cómo me sentiré al compararlas con las que ya tuve? He ahí el punto al que quería llegar. Dado que la vida es lineal, cada una de nuestras decisiones nos llevan por un camino y no por otro, de tal manera que no podemos probar cada opción, debemos quedarnos sólo con una alternativa y vivir con ella. Entonces, así tratemos de imaginar qué hubiese pasado de haberse dado la otra situación, nunca lo sabremos y tendremos que contentarnos con lo que nos tocó (o, en todo caso, con lo que elegimos que nos toque). Pero si se da la oportunidad de volver a elegir, y optamos por lo que dejamos de lado la primera vez, compararemos ambas experiencias y le daremos mayor valor a una. Y así, en el mejor de los casos, la otra perderá significado; en el peor, nuestro arrepentimiento ante la nueva elección será increíblemente mayor, puesto que sabremos exactamente lo que nos perdimos.
La idea anterior la asocié mucho con las personas que he conocido a lo largo de mi vida y que la han marcado de cierta manera; sin ellas no sería quien soy hoy. Ya antes había escrito lo esencialmente importantes que considero a mis amigos, así que llegué a la conclusión de que rehacer mi vida no vale la pena si existe la más mínima posibilidad de arriesgar una amistad. Siempre aparece el argumento de que conoceré a otras personas igualmente valiosas, pero siguiendo con mi planteamiento anterior, vivir sabiendo a quiénes dejé de conocer es un peso que definitivamente no me atrevo a cargar.
Por todo ello decidí deshacerme del viejo deseo del que llevo hablando. Principalmente por mis amigos, pero también por algo que debí haber notado mucho antes: hasta el momento he tenido una vida muy gratificante y feliz; y con la medida adecuada de desazones, sí, pero nada que no haya podido enfrentar. Así que no veo la necesidad de cambiar nada.