domingo, 29 de abril de 2012

Vuelvo por más

Fuente: archivo personal

Quizás las cosas que yo percibo, los animales, plantas, hombres,
montañas, las lucientes y fluidas aguas,
Los cielos del día y de la noche, colores, densidades, formas,
quizás estas cosas (como sin duda lo son) no sean más que
simples apariencias, y lo real esté aún por ser conocido (...)

--La duda terrible de las apariencias, poema de Walt Whitman


El miércoles tuve una clase estupenda en la que se habló de muchas ideas relacionadas con la filosofía, otra materia que me encanta pero sobre la que me considero un tanto limitado de pensamiento. Lo último que se dijo durante esa lección fue una frase bastante conocida, pero gracias a todo lo aprendido en esas dos horas pude verle un significado nuevo que ayudó mucho a entenderme mejor. La frase en cuestión era "Recordar es volver a vivir".

Revisamos ideas generales de la Fenomenología y, particularmente, a Merleau-Ponty, quien postuló que la forma en que percibimos las cosas es subjetiva y parcial. Es decir, cada vez que nos acercamos a algo, que conocemos algo, obtendremos una cantidad limitada de información; limitada en tanto nunca dejaremos de percibir cosas nuevas en ese algo y difícilmente percibiremos lo mismo que otros. Es, básicamente, un perpetuo conocer y, así, un constante revivir. La forma en que nos acercamos y vemos las cosas depende de nuestra visión, la cual ha sido construida en base a los significados que hemos ido dándole a la realidad que nos rodea. Nunca dejamos de aprehender la realidad; incluso en un libro, en una película, en una persona o en una situación encontraremos nuevos significados, sin importar cuántas veces volvamos a aquéllos. Por eso "recordar es volver a vivir", es encontrar novedad en lo ya experimentado, y sentir otra vez y otras cosas.

Todo esto me hizo pensar en mí mismo, una persona que disfruta regresar al pasado y vivir nuevamente. Como mencioné en otro post, suelo ver atrás por dos razones: para aprender de mis errores (y de mis aciertos) y porque me gusta. Remitiéndome a la discusión sobre Fenomenología, ahora entiendo que aprender es darle nuevos significados a las vivencias, la primera de mis razones; revivir lo viejo y vivir cosas nuevas a partir de ello es la segunda. Es la defensa perfecta si alguna vez debo dar argumentos de por qué pasar mucho tiempo pensando en el pasado puede resultar beneficioso en el presente y a futuro.

La idea de una constante resignificación me parece genial, también, porque demuestra cómo quien alguna vez vio el vaso medio vacío, puede verlo medio lleno en un segundo momento. Es ideal en tanto intenta rescatar una naturaleza humana posible de cambio y mejora. Y a pesar de que este cambio pueda ser para mal, siempre queda la visión original; permanece la luz al final del túnel, lo reconozca o no quien lo transita. Con todo esto dicho, no queda más que esperar otra magistral clase este miércoles. O darle una nueva revisión a los apuntes de la última.

domingo, 22 de abril de 2012

Que ría el valiente

Fuente: http://fc08.deviantart.net/fs71/i/2011/141/7/c/laughter_by_knodim-d3gucjt.jpg

I do the best that I can
I'm just what I am

--Best I can, de Rush


He escuchado muchas veces, leído en algunos libros y experimentado en ocasiones lo positivo de reírse de uno mismo, el no tomar ciertas cosas de manera tan seria, simplemente aceptar y sonreír. Por ello hoy quise mencionar algunos de mis irónicamente llamados "superpoderes", defectos como los podría tener cualquiera, y compartir un poco del humor con el que intento verlos.

Siempre he considerado que tengo una vista estupenda en tanto tengo la facilidad de notar algunos detalles que normalmente pueden ser pasados por alto. Pero suelo obviar el hecho de que tengo una miopía que con el paso del tiempo me ha ido dejando ciego; sin lentes de contacto no puedo distinguir letras, objetos pequeños y a veces ni siquiera rostros. Y por si fuese poco, hace unos años descubrí que también sufro de un leve y común tipo de daltonismo conocido como deuteranomalía, pues me cuesta distinguir entre los colores verde y rojo. Gracias a este último defecto, tengo el superpoder de ver mejor en la oscuridad, aunque probablemente nunca me elijan para desactivar bombas.

Por otro lado, mi sentido del olfato es particularmente caprichoso. Por lo general me cuesta distinguir olores, tengo que concentrarme muchísimo si quiero detectar aromas que otros podrían percibir al instante. Con olores fuertes me es más fácil, como el de las comidas, pero aquí debo destacar que soy especialmente hábil captando malos olores, y nada bueno para resistirlos. Realmente no sé a qué se deba eso, pero en mi casa le damos un buen uso, pues suelo ser el primero en notar si hay alguna comida malograda en la refrigeradora incluso sin necesidad de encontrarme en la cocina.

Un tercer y último superpoder, de los muchos más que tengo, es el de sudar en exceso. Es tal y como se lee, tiendo a sudar más de lo normal, a veces hasta sin hacer mayor esfuerzo físico. La mejor explicación que puedo darle a esto, tomando como referencia mi asombrosa habilidad para sonrojarme con extremada facilidad y notoriedad, es que mis vasos capilares se encuentran muy cercanos a la superficie de mi piel, lo que ocasiona que se expandan con mayor sencillez, permitan un mayor flujo de la sangre y se deshagan del calor sin mayores problemas. El resultado es un chico sudoroso que toma al menos dos duchas frías al día y consume desodorantes a una velocidad olímpica.

Mientras escribía los párrafos anteriores trataba de pensar qué de bueno podrían encontrarle aquellos que los leyesen, y concluí que, muy probablemente, casi nada. Pero prevalece la idea con la que inicié este post: mirarnos y reírnos de las cosas que vemos, especialmente de las que más problemas pueden traernos, es la manera perfecta de aceptarnos tal y como somos, pensar "soy así; ¿y qué hay de malo con ello?" o "me pasó tal cosa; qué gracioso debió haberse visto mientras me sucedía". Suele ser más difícil hacerlo cuando se trata de cuestiones más profundas o que llegan a ser preocupantes, pero en el resto de casos creo que no hace ningún daño (por no decir que hace mucho bien) ser objeto de nuestras propias sonrisas y carcajadas.

domingo, 15 de abril de 2012

Los nuevos comienzos

Fuente: http://fc01.deviantart.net/fs15/f/2007/076/1/3/Sunrise_by_AdonisWerther.jpg

He's got to make his own mistakes
And learn to mend the mess he makes

--New world man, de Rush


Hoy me puse a pensar en los nuevos comienzos, en cómo la vida nos presenta con incontables situaciones nuevas que dan lugar a novedosas experiencias. Sin lugar a dudas, cada comienzo no está exento de significados, no damos inicio algo con la pizarra en blanco, sino que llevamos con nosotros todo un bagaje de vivencias y pensamientos; la naturaleza de cada principio no nos es del todo desconocida, y es gracias al conocimiento que tenemos de ellas que podemos elegir cómo vivirlos. Me explico.

Cada nuevo comienzo nos da la oportunidad de mejorar todos aquellos aspectos que en veces anteriores nos causaron dificultades; empezar de nuevo, incluso en una situación diferente, es como recibir una segunda oportunidad, nos permite seguir avanzando teniendo cierta idea de cómo no volver a fallar en lo mismo. Empezar en un colegio nuevo, diez años atrás, me abrió las puertas a un universo de inmensas posibilidades de cambio; lo mismo al matricularme en una academia pre-universitaria y en cada curso que he llevado en la universidad. No tanto por el lado académico y sí en el tema de las interacciones sociales, mi "talón de Aquiles" por buena parte de mi vida.

Cada comienzo en esos lugares me permitía ser quien yo quisiese, dar la mejor impresión posible y agradar a todo el que pudiese, con el riesgo de llegar a ser un gran hipócrita y de perder noción de mi identidad. No fue sino hasta mis primeros ciclos en la universidad que pude romper con el terrible defecto de querer complacer a los demás, un poco por ganar enemistades y perder amistades debido a mi tonta actitud, pero más que nada por una cuestión de madurez y una mejora en la visión que tenía de mí mismo.

Hoy entiendo que es normal querer mostrarse lo mejor posible a los otros, pero cambiar de acuerdo a las expectativas ajenas es llegar al límite. Ser uno mismo puede ser difícil, especialmente si uno no se siente a gusto con quien se es o si los demás presentan razones para dudar de nuestra valía; pero al final del día, incluso si se trata de un día especialmente largo, saber que nos somos fieles es recompensa mayor que la aceptación de aquellos que buscamos impresionar. Por todo ello, los nuevos comienzos son la ocasión perfecta para probarnos que podemos ser mejores sin dejar de ser quienes somos.

domingo, 8 de abril de 2012

Proyecto Pinhole Verte MirArte

Fuente: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=357325557644116&set=a.177934455583228.36770.177820945594579&type=3&theater

Glancing at beauty's brightness
Dancing until you're whole
Breaking light waves on the surface
reaching your deeper soul

--The size of light on Earth, de Subsignal


Desde hace ya un tiempo estoy involucrado en el proyecto fotográfico Verte MirArte, el cual ya lleva más de un año introduciendo a chicas y chicos del distrito de Villa María del Triunfo en el concepto y la práctica de la fotografía pinhole. La creadora de este proyecto, la fotógrafa Pilar Pedraza, busca transmitir a través de aquél la idea de que los materiales para expresarnos y desarrollarnos se encuentran a nuestro alrededor, y que en ese sentido todos somos capaces de sacar un enorme provecho de lo que tenemos, por más poco que pueda parecernos.

Lo que me agrada muchísimo del proyecto, en primera instancia, es la combinación de dos de mis más grandes intereses: el arte y la psicología. Si bien no soy yo quien toma las fotos, he aprendido bastante sobre las cámaras pinhole y sobre el relevado, pues los mismos chicos me enseñan sus propias técnicas de fotografiado y me cuentan sobre el proceso; luego de un año de iniciados en la fotografía, muchos de ellos son realmente unos expertos. Por momentos tengo la oportunidad de asesorarlos sobre cómo obtener las mejores tomas posibles, pero por lo general me guío mucho de una de las ideas principales del proyecto: dejar que ellos tomen sus propias decisiones, que tengan completo control creativo, y que así puedan sentirse orgullosos al ver que son realmente capaces de obtener resultados impresionantes.

El factor psicológico recae en el trabajo con los chicos y chicas en sí. Mientras los veo tomar fotos me acerco a conversar con ellos, pregunto por sus gustos y disgustos, e intento pensar en formas de mantenerlos motivados. Después de todo, lo que se busca con el proyecto no es hacer de ellos unos fotógrafos profesionales (aunque, dadas sus capacidades, pueden serlo si así lo quieren), sino que a través de este arte puedan sentirse dueños de sí mismos; que desarrollen diferentes competencias, como lo son la paciencia y el poder trabajar en equipo. Además, el proyecto funciona también como un grupo de apoyo social donde los chicos se hacen amigos unos con otros, se sienten parte de algo más grande y los ayuda a definirse a sí mismos.

Varios de ellos ya gozan de becas en institutos de arte e idiomas, o se encuentran en medio de la grabación de un disco musical; y todos comienzan a recibir cada vez mayor reconocimiento en Lima (y pronto internacionalmente) gracias a su participación en concursos (algunos de los cuales han ganado) y exposiciones. Ayudarlos a descubrir que son capaces de alcanzar tales metas y muchas otras más es lo que hace del proyecto todo un éxito. Por mi parte, encuentro muy gratificante poder ser parte de todo esto, pues cada semana se reafirma la sensación de que la ayuda que brindo es importante, y que estoy exactamente donde debería estar.

domingo, 1 de abril de 2012

Nada personal

Fuente: http://th03.deviantart.net/fs71/PRE/i/2010/226/e/f/perception_confusion__1_of_4_by_evalovinlucy.jpg

It's how you see the world
Don't you worry yourself
You're not gonna get hurt

--How you see the world, de Coldplay


Unas semanas atrás conversaba con una amiga sobre cómo las personas a veces podemos tomar ciertas situaciones de manera muy personal a pesar de que tengan poco que ver con nosotros. Me contó acerca de un recuerdo de su niñez que afectaba de sobremanera su relación con un familiar, y al compartir conmigo la manera en que solucionó dicha situación entendí algo muy importante.

Estar en el lugar y momento equivocados puede convertirnos en blanco de palabras o actos hirientes lanzados por alguien que sólo busca desahogarse: el jefe que ha tenido una mala noche y aparenta estar molesto con sus empleados; el amigo que responde de manera cortante porque ha discutido con sus padres; el papá que reprende en exceso a sus hijos porque está cansado, por dar algunos ejemplos. La forma en que recibimos los mensajes de otros define nuestra actitud hacia ellos y la manera en que nos sentiremos. Así, notar al jefe molesto puede hacernos creer que hemos hecho un mal trabajo; el amigo puede parecer no estar interesado en lo que le decimos; y el papá que nos castiga tan fuerte puede llevarnos a pensar que no nos quiere. Y como éstas, hay muchísimas situaciones más.

En los ejemplos anteriores, se estaría asumiendo que somos causa del comportamiento de otros, estaríamos tomando las cosas de forma muy personal. Pero, tal y como mi amiga dijo, daría igual si nosotros o alguien más recibiese las palabras, actos o actitudes hirientes; puede ser la persona A, B o C, de cualquier manera habrá una palabra, un acto o una actitud lanzada. Entonces, dado que no podemos cambiar de lugar con otro mientras somos blanco de lo hiriente, sí podemos elegir tomarlo de la mejor manera posible.

En lugar de asumir de inmediato que se trata de un error nuestro, podemos hacer el esfuerzo de dar una mirada más objetiva. Es válido defenderse luego de ser atacado, pero a veces hay hechos más profundos detrás de las acciones de los demás, causas que nada tienen que ver con nosotros pero que, justamente por ser quienes recibimos los "golpes", hacemos nuestras. Algo que me ha ayudado mucho a enfrentar situaciones como ésta es comprender que hasta la persona que aparenta estar más molesta puede, también, ser la que más triste se siente.

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