Tell me, how you
Live from day to day
--Blind faith, de Dream Theater
Quería añadir al tema de las perspectivas una idea que va de la mano con la religión, un sistema de creencia que se asienta en la fe, en una verdad no demostrada. El punto aquí sería que puede o no existir una verdad objetiva, pero lo crucial no es descubrirla, sino identificar cuánto apoyo se recibe de la subjetiva, en la que cada uno cree.
En realidad tengo mucho que criticarle a las religiones y, especialmente, a la Iglesia, pero como ya había mencionado antes, este no es el espacio para hacerlo y pienso que toda persona tiene derecho a creer en lo que desea sin ser juzgado por ello. Lo que importaría sería notar si eso en lo que uno cree es de ayuda, si la fe que se tiene en algo puede asistir en encontrar un significado a la vida de cada uno o si tiene la capacidad de hacernos mejores personas. El problema aquí es que, como mencionaba en la primera parte del post, uno puede pensar que su fe es la correcta, que lo ha convertido en un mejor ser humano, y a pesar de todo estar equivocado.
Creo que el tomar la religión como una verdad absoluta es la forma más rápida de caer en el error. Es, también, la más peligrosa, pues uno cierra los ojos y niega todo lo que no quiere ver, todo lo que sucede a su alrededor y que decide no tomar en cuenta porque va en contra de sus creencias. Lo mismo sucedería con quienes no creemos en una, podemos asumir que nuestra verdad es la correcta, que somos mejores que aquéllos que creen en un dios, pues tenemos los ojos abiertos; pero al ver más, es también más fácil ver de más.
Yo diría que no está mal creer en un Cielo, incluso si su existencia no está demostrada, siempre y cuando cumpla la función de dar esperanza a aquellos que creen en él. De igual manera, elegir no tener fe en una religión es optar por creer en algo diferente, lo cual no significa que sea la verdad o que sea mejor. La idea es que cada uno esté satisfecho con lo que cree, que se acepte la existencia de creencias diferentes a las propias. Es decir, lo importante no es determinar quién está en lo correcto o quién está más cerca de la verdad, sino cuánto me motiva y satisface mi necesidad de un sentido aquello en lo que creo.