viernes, 4 de marzo de 2011

Las piezas del rompecabezas humano (tercera parte)


It seems to me
I could live my life
I lot better than I think I am

--Working man, de Rush


Hace poco más de un año escribí un par de posts (post 1, post 2) en los que hablaba sobre las decisiones y cómo éstas definen el camino que tomaremos y, en definitiva, el tipo de personas que seremos. Ahondé, específicamente, en lo difícil que es prever qué elección es la mejor, en cómo no es posible tener un panorama completo de lo que depara cada acto que elegimos llevar a cabo. Y (semi) concluí que ante aquella imposibilidad, lo ideal es tomar con seriedad cada una de las decisiones que puedan ocasionar cambios importantes en nuestra vida, y que no por tomar un camino queda eliminada la posibilidad de tomar uno diferente más adelante.


Esta vez quería añadir una idea que va ligada al último punto del párrafo anterior. Uno suele oír de gente que estudió determinada carrera y terminó desempeñándose en algo distinto, y por lo general se toma esto como advertencia, como un aviso de lo importante que es estar seguro de lo que se elige. Pero creo que hay otra manera de verlo, una más positiva.

Ver o escuchar a tantos "indecisos" no tendría que dar cuenta de solo lo crucial que es una elección, sino de la enorme capacidad que existe para el cambio a futuro. No todos aquellos que se desenvuelven en actividades distintas para las que se prepararon deben ser considerados inseguros o "poco convencidos", pues los hay quienes eligen trabajar en algo ajeno a lo estudiado debido a que han encontrado su "lugar en el mundo", eso que les gusta hacer. Tal vez erraron en su primera elección (esa que debe hacerse, por lo general, a una corta edad), pero qué valentía para decidir dejar de laborar en algo que no los satisface. El poder encontrar aquello que los hace sentir bien, y tomar las medidas necesarias para ponerlo en acción; eso me parece un punto que resalta mucho más que la idea de una posible falta de seguridad.

Por supuesto, quienes le atinaron en la primera vuelta llevan cierta ventaja, pero no por ello se debe quitar valía a quienes les tomó un poco más de tiempo hallar lo que realmente desean y pueden hacer. Son, a fin de cuentas, ejemplo vivo de que nunca es tarde para detenerse, replantearse una decisión pasada y elegir algo diferente, relacionado no sólo con el trabajo, sino con cualquier ámbito de la vida.

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