Fuente: http://withering.deviantart.com/art/fast-car-101667069
Went the distance
Now I'm not gonna stop
--Eye of the tiger, de Survivor
Algo que siempre he admirado de mi papá es su manera de manejar. De chico me encantaba verlo maniobrar en el tráfico, sobrepasar a otros conductores sin reparo alguno e ir a velocidades tan altas que muchas veces sentí que volábamos. Es verdad que a veces era muy imprudente, y su cuota de accidentes lo prueba, pero nunca nada pasó en las oportunidades que tuve de ser su copiloto. Es gracias a él y a los paseos en carro que mi amor por la velocidad es tan grande actualmente.
Hace unos meses tuve la oportunidad de revertir roles, ser yo quien conducía y él sentado en el asiento del copiloto. Me causó mucha gracia su inicial incomodidad al verme manejar, expresada a través de sus críticas con respecto a mi postura, a la velocidad que mantenía y a las rutas que tomaba, pero pronto fui notando que, a pesar de todo eso, estaba orgulloso de mí.
Reviví aquella admiración y aquella anécdota mientras hoy iba tras el volante. Dos años y medio atrás, cuando recién conseguí mi licencia de manejo, me sentía extremadamente incapaz, nada merecedor de una aprobación oficial para surcar las calles en un auto. Hoy sigo lejos de ser un experto, me he pasado ya varios semáforos en rojo (nunca por apurado y siempre por distraído, valga la aclaración), he tenido dos choques leves con otros conductores, uno con la columna del estacionamiento de mi casa y decenas de "encuentros cercanos", pero poco a poco me voy acercando cada vez más a la habilidad de manejo de mi papá. Y de eso yo estoy orgulloso.