viernes, 30 de julio de 2010

Los momentos fugaces


You can't kill my dreams
You can't kill my spirit
I was born to be free

--I walk to my own song, de Stratovarius


Hoy quise escribir a la par que una canción, dejarme llevar por la melodía y aferrarme de las emociones que fuesen surgiendo con cada sonido. Quise conseguir naturalidad, quise transformar la música en palabras, escuchar con las manos, dejar de pensar, esconderme entre las notas, y de repente detenerme unos segundos para seguir respirando. Hasta que no supe qué más oír, o adónde fui a parar.

martes, 27 de julio de 2010

¡Y vamos de nuevo!

Will you ride?
Ride with me the open road

--Legacy, de Shadow Gallery


Algunas semanas atrás, los amigos que inicialmente se apuntaron a participar del paseo en bicicleta a Cieneguilla (y que por variadas razones no pudieron ir) comenzaron a preguntarme si planeaba volver a organizar uno pronto.

En realidad, lo pensado era que ese pequeño viaje sería el primero de una serie de viajes cada vez más largos y difíciles, pues suelo ser de la idea de que cada nuevo reto debe ser mayor que el anterior, pero me dije a mí mismo que puedo hacer una excepción en este caso, dado que no ha habido ni oportunidad ni tiempo de organizar algo más grande. Además, a pesar de haber comenzado a entrenar seriamente hace poco, siento que me falta mucha práctica, así que no vendría mal repetir una ruta que ya conozco. Eso sí, con algunos cambios.

Hasta la semana pasada las cosas todavía no estaban muy seguras, y aunque todavía no hay una fecha definitiva, ahora puedo afirmar que no falta gente ni ánimos para realizar este paseo. Los posibles cambios que Charlie y yo hemos estado viendo que podemos realizar son tanto en la ruta, en el hospedaje y en la distribución de kilómetros pedaleados por día. Con relación a lo primero, planeamos añadirle un desvío, y en lugar de llegar a Surco por la carretera Panamericana, nos desviaríamos por Chorrillos, Barranco y Miraflores, lo cual sumaría unos cuantos kilómetros más a la ruta. El hospedaje todavía está en negociaciones, pero es posible conseguir una casa en Pachacamac y ahorrarnos el pago del hotel en Cieneguilla. La distribución de distancias va de la mano con el segundo punto, ya que, de descansar en Pachacamac, serían cuarenta y cinco kilómetros el primer día y veinticinco el segundo, contrario a lo que hicimos el primer paseo.

Así que por el momento solo faltan tres cosas: seguir entrenando, confirmar a los participantes y asegurar el hospedaje. Y en cerca de tres semanas se repetirá una de las experiencias más apasionantes de mi vida.

jueves, 22 de julio de 2010

Los zapatos negros

And maybe someday you will grow
Maybe someday you will know
And maybe someday you will end these fears and go

--Can't catch tomorrow (good shoes won't save you this time), de Lostprophets


Hoy desempolvé un par de zapatos negros que tengo desde hace años y que me han causado demasiados problemas tras haberlos usado muy pocas veces.

Luego de una serie de situaciones comencé a considerarlos embrujados, o que tal vez fueron hechos con la finalidad de destruir lentamente a quien se los pusiera, ya que no ha habido una sola vez en que no me hiciera alguna herida o que algo malo sucediese al tenerlos puestos. Además de llagas y ligeros cortes por los zapatos en sí, me he tropezado incontables veces, me he doblado la pierna y hasta he estado cerca de ser atropellado. Sin embargo, la prueba a la que me aferro para demostrar que están malditos es que, hace algunos años, cuando entraron a robar a mi casa se llevaron todo lo que tenía en mi armario excepto el par de zapatos relucientes que prácticamente pedían ser robados. Los ladrones deben haber visto algo que yo no noté al principio.

A veces me preguntaba por qué no me deshacía de ellos. Quizás porque son el único accesorio de vestir caro que tengo, o tal vez porque a pesar de los problemas que ha causado son muy elegantes; en realidad no lo sé. Pero hoy decidí ponérmelos por última vez. Y tras haber sufrido otro de sus usuales perjuicios, me los quito para siempre y me digo a mí mismo que es hora de conseguir zapatos mejores. Y más compasivos.

miércoles, 21 de julio de 2010

Paraíso

A new land full of secrets
Where once I feared to cross
I don't hide anymore
I found what I have lost

--Liberty, de Aquaria



Varios años atrás me enseñaron cómo ser libre, o al menos cómo conseguir cierto grado de libertad. Es un pequeño truco que utilizo de vez en cuando, generalmente en momentos en los que siento que me es difícil sobrellevar ciertas situaciones o cuando el día a día se torna especialmente ajetreado.


Para que dé resultado, para obtener el máximo beneficio, al menos desde lo que he ido probando, son necesarias dos cosas: que nadie sepa dónde estamos y que nos olvidemos por completo del tiempo. Lo primero, la parte sencilla, implica ir a algún lugar donde ningún conocido pueda encontrarnos deliberadamente, y ello también significa perder comunicación con el mundo de manera temporal, es decir, apagar el celular. El segundo punto es lo que causa mayor problema. La idea sería vivir en el momento, olvidarse de lo que tenemos que hacer después o cuánto tiempo podemos permitirnos usar.

Con esas dos cosas puestas en acción, el resto ya depende de cada uno. A mí, por ejemplo, me encanta echarme sobre el césped en algún parque, cerrar los ojos e imaginar que el sonido de las ramas siendo remecidas por el viento son las olas del mar reventando contra la orilla. O ir a la playa cuando sé que hay poca gente y escuchar música sentado en la arena con el agua mojando mis pies. Y así cada quién tiene su propia forma de relajarse, de encontrar un momento de paz en sus vidas en el que no sientan que el mundo se viene encima.

viernes, 16 de julio de 2010

El "yo objetivo"

Taking in the view from the outside,
Feeling like the underdog

--As I am, de Dream Theater


Muchas veces he tratado de descifrar por qué suele ser más fácil dar consejos a otras personas sobre cómo solucionar sus problemas que utilizarlos nosotros mismos para aplicarlos en la resolución de los nuestros. Una de las respuestas más evidentes que he conseguido es, por ejemplo, que cuando se trata de las consecuencias que recibirán los demás por lo que nosotros les aconsejamos que hagan repercutirán con mayor fuerza en ellos, es decir, quienes se arriesgan son los otros. Caso contrario cuando es uno mismo quien debe lidiar con la situación.

Sin embargo, llevo un tiempo pensando en la posibilidad de que también puede deberse a lo que llamo "yo objetivo". Es muy difícil sustraerse emocionalmente cuando el problema lo tenemos nosotros, y son en buena parte las emociones las cuales definen nuestro pensar y actuar. Y debido a ello es que muchas veces cuesta tanto ver las cosas con claridad, pues estamos sesgados por nuestra propia persona, por lo que sentimos, por nuestras actitudes, por experiencias pasadas. Es así como entra en juego el "yo objetivo", esa parte de nuestro ser que se eleva por encima de la situación y ve todo desde fuera, de tal manera que es más fácil decidir el curso de acción sin temor a prestar mucha o poca atención a aspectos cruciales que el "yo subjetivo" no discierne.

Lo que pienso es que ese "yo objetivo" está mucho más presente cuando aconsejamos a otros, aunque no sin la compañía del subjetivo, presente de manera variable según la cercanía que tengamos con la persona o con la situación. La verdad es que no he investigado mucho al respecto, así que cabe la posibilidad de que ya alguien haya descrito este fenómeno y lo haya nombrado de otra manera. El punto, en todo caso, es pensar en lo siguiente: ¿sería posible aumentar la fuerza con que actúa el "yo objetivo" cuando se trata de resolver nuestros propios problemas, o no hay forma de eliminar o siquiera reducir el papel que juega el "yo subjetivo?

jueves, 15 de julio de 2010

El mensaje entre líneas zigzagueantes

Unattainable heights they tower above
Drive the bravest man to give up
We know it has been scaled before but how
Can you tell me - do you comprehend?

--Message from the mountain, de Frameshift


K: ¿Nunca te ha sucedido que conversas con alguien sobre diversos temas y, a pesar de pasar horas hablando, ninguno llega a entenderse en lo absoluto?
L: No, nunca.
K: A lo que voy es que ambos pueden estar comunicándose de la misma manera, estar refiriéndose a exactamente lo mismo dentro de un tema específico, y aún así no llegar a un punto en común.
L: No, sigo si entenderte.
K: Es como si estuviesen hablando en un segundo nivel, cada uno tratando de ponerse en la perspectiva del otro respecto a lo que uno mismo está diciendo.
L: No me estás poniendo las cosas más claras.
K: Imagina que ambos quieren averiguar la postura del otro acerca de algo particular, pero ninguno la da de forma abierta, sino que prefieren dar opiniones que, luego de interpretadas, podrían llevar a descubrir aquella postura.
L: ¿Y por qué tanto problema para decir algo si al final lo van a decir con otras palabras?
K: Porque no se trata de la forma en la que se manda el mensaje, sino de probar el suelo antes de darlo.
L: Entonces, nadie quiere dar el primer paso.
K: A nadie le gusta ponerse en una situación de vulnerabilidad.
L: ¡Qué complicadas son las personas!
K: Tú lo has dicho.

domingo, 11 de julio de 2010

¿Una realidad distinta?


I found a fatal flaw 

In the logic of love

And went out of my head



--Gone for good, de The Shins


Es bastante curioso cómo las personas buscamos cierto grado de control en nuestras vidas y en las diferentes situaciones que la componen. Este control se debe a variados factores, y creo que uno de ellos podría ser el poder de predecir cómo se desenvolverá determinado evento, de tal manera que sea más fácil encontrarnos prevenidos para afrontar o evitar las consecuencias correspondientes.

Un espacio en el que se da muy a menudo esto es en el relacionado a la diferencia de género y los diversos "secretos" sobre el actuar y pensar femenino y masculino, específicamente en el ámbito sentimental. Tanto hombres y mujeres usamos o conocemos "secretos" y "trucos" para conquistar al sexo opuesto o para entenderlo mejor, pequeños pedazos de valiosa información que vamos adquiriendo por experiencia o recogiendo por consejo de otros. Y aunque a veces parecen acertar en la práctica, lo importante es que no siempre lo hacen. Nuestros intentos por predecir la conducta de otros están limitados por el falso hecho de que estos conocimientos servirán con cualquiera o se aplicarán a todos los casos. Existen puntos en común, es verdad, características del comportamiento humano que hallaremos en muchos, pero es ingenuo pensar que todos reaccionamos igual, según un patrón específico.

No creo estar diciendo algo que no se haya dicho antes, pero el tema me pareció curioso debido a otra cosa. Si, de alguna manera llegamos a esta conclusión de que esas técnicas y secretos no se aplican a todos, ¿por qué permanece la esperanza de que cumplirán su cometido en una siguiente ocasión? Mi opinión es que se trata de la búsqueda por control que mencionaba en un principio. Porque, incluso si es contradictorio diseñar estrategias específicas para predecir el comportamiento ajeno cuando sabemos que todos somos distintos, siempre existirá la posibilidad de que nuestra predicción se cumpla. Y cuando lo hace, el resto deja de importar.

lunes, 5 de julio de 2010

Me confundo


Oh I take my mind and try to turn, turn around the world

See the places where I want to go all around the world

--Dreams, de Derdian



"En los sueños las emociones resultan abrumadoras."

Ayer volví a ver la película "La ciencia del sueño", del director Michel Gondry, una historia de amor en la que el protagonista, Stephane, se pierde entre la realidad de su vida y lo que sueña, y toma, hasta cierto punto, a ambos como verdaderos. Podría decirse mucho de este filme, especialmente porque está abierto a muchas interpretaciones además de la referida a la historia en sí, pero en esta oportunidad sólo quería tomarlo como referencia para otra idea, los sueños.

Me sentí muy identificado con Stephane y con el hecho de que confundiera sus sueños con la vida real, aunque su caso es, sin duda, mucho peor que el mío. Si bien puedo diferenciar cuál es cuál, hay veces en las que me embarga la sensación de que ciertas escenas de mi infancia nunca llegaron a suceder y que en verdad solo fueron sueños que asumí como vivencias reales. El asunto no es del todo grave, dado que no sucede con recuerdos recientes, solo con aquéllos en los que tenía cuatro años o menos, y muy raras veces siendo un poco mayor. Noté esta curiosidad hace unos años, relataba una pequeñísima anécdota de cuando tenía menos de un año de nacido, la cual, según entiendo, es imposible que haya podido recordar. Creo que ése es el problema con los recuerdos, lo que nos queda de ellos son sólo imágenes, fragmentos, muy fácil de ser "extraviados" o "mezclados", en este caso, con lo soñado.

Y otra cosa en la que me hizo pensar esta película, que se evidencia de forma muy clara en ésta, y que va de la mano con lo que escribí en un post anterior, es cómo algunos sueños tienen la capacidad de afectarnos emocionalmente cuando se refiere a otras personas, cómo agregan características que no necesariamente están presentes en la otra persona. El tener un sueño molesto sobre un amigo, por ejemplo, y al día siguiente estar de mal humor al tratar con él. De igual manera, soñar algo muy positivo sobre la persona que nos atrae y pasarnos el día siguiente sin dejar de pensar en ella. También podría tomarse como una confusión entre lo soñado y la realidad.

Como dije en un principio, la película tiene muchas formas de interpretarse y muchos lugares de los cuales sacar pequeñas reflexiones o datos curiosos, por eso, y por el hecho de que me identifico mucho con varias ideas presentadas, la considero una de mis favoritas.

domingo, 4 de julio de 2010

Prototipo


There are very many things

I would like to say to you,

But I've lost my way
And I've lost my words

--The weight of my words, de Kings of Convenience



Hace poco trataba de descifrar qué es lo que me ayuda a escribir, qué me impulsa. Y ahora creo tener la respuesta.


Hace años noté que cuando estaba deprimido solía escribir más seguido, pero esta era apenas una parte de la historia. Hoy sé que ocurre lo mismo cuando me encuentro de muy buen humor, aunque tendría que hacer un análisis riguroso de todo lo que escribo para poder evaluar en qué estado de ánimo lo hago mejor. Al saber todo esto, puedo comenzar a responder parte de la incógnita: escribo dependiendo de cómo me sienta, y esto se ve reflejado justamente en lo que anoto. Hasta aquí no hay sorpresas.

Lo que noté unos días atrás, luego de hacer una revisión de mis pasados estados de ánimo tanto antes como después de escribir algo, es que, incluso si comienzo con una actitud neutra, terminaré sintiéndome muy emotivo, así haya conseguido escribir tan solo una frase o nada en lo absoluto. Estoy seguro de que no soy el único al que le pasa esto. Es más, a los escritores (y creo que a los artistas en general) se les llama sensibles justamente porque están en contacto con sus emociones, así que aquí tampoco estaría diciendo nada nuevo.

La verdadera novedad, el pequeño descubrimiento que me motivó a escribir este post, es la idea que se me ocurrió como explicación para la falta de inspiración, al menos en mi caso. Si lo que hago para mejorar la fluidez de mis ideas y poder escribir mejor, consciente o inconscientemente, es buscar conectarme con mis emociones, entonces sería lógico concluir que al no conseguir una conexión (o al obtener una imprecisa) me estaría faltando inspiración. Pienso que también tendría que deberse a otros factores, pero creo que éste es el crucial.

Lo cierto es que la mayoría de veces comienzo escribiendo con ganas de transmitir algo pero no siempre seguro de qué, como si la inspiración, el contacto con las emociones, ya estuviese ahí. Y, en estas ocasiones, es que dejo que las ideas sean las que me guíen, en lugar de ceñirme a algún tipo de plan, simplemente anoto lo que va llegando a mi cabeza y voy armando párrafo tras párrafo, hasta conseguir una de tres cosas: un producto con mucho valor a nivel personal aunque sin sentido para el resto, uno que pueden entender otros además de mí y uno que se entiende por todos pero que guarda significados más profundos que hasta yo mismo ignoraba en un principio.

Aquello que me impulsa a escribir, lo que me mantiene unido a las letras, es la búsqueda por alcanzar el tercero de esos productos, un escrito que, de acuerdo a todo lo que llevo diciendo, me lleva a concluir que es la mezcla perfecta de actitudes iniciales con la conexión ideal con mis sentimientos; un escrito que he obtenido sólo una vez, pero que pienso posible volver a conseguir.


LinkWithin

Related Posts with Thumbnails