viernes, 24 de septiembre de 2010

Una mano, quizás dos


All in all there's something to give
All in all there's something to do

--All I need, de Air


Un tema que me interesa y llama mucho la atención es lo relacionado a las conductas de ayuda, como alguna vez escribí, y estas últimas semanas le he dado algunas nuevas vueltas tras leer un texto de mi clase de Motivación y Emoción. En el post anterior me hacía la siguiente pregunta: ¿Existe gente altruista allá afuera o solo personas que hacen el bien con la idea de conseguir algo a cambio? Y, tras leer aquel texto, puedo responder que existen ambas, y que incluso se diferencia un altruismo genuino (movido por la empatía) de uno egoísta (en el que se busca un beneficio propio).

En varias ocasiones algún desconocido me ha pedido que cuide sus pertenencias mientras se ausenta por unos minutos, lo cual hago sin molestia, pero suelo quedarme con las ganas de preguntarles "¿por qué piensas que puedes confiar en mí?". Es decir, ¿qué les hace pensar que soy una persona honrada y no un potencial ladrón que se llevará sus cosas apenas las pierdan de vista? De seguro uno se fija tanto en el contexto (el lugar, la cantidad de gente alrededor, el tiempo que se ausentará) como en la persona (edad, vestimenta, pulcritud, lo que está haciendo, si tiene algún puesto de autoridad o incluso en su raza) antes de dejar sus pertenencias, pero siempre perdura un hecho que se explica con la siguiente frase: "la oportunidad hace al ladrón".

Otro ejemplo es el que me comentaba mi amigo Nelson. Una chica había sido manoseada por el hombre que estaba sentado junto a ella en una combi, así que decidió cambiarse de asiento (luego de hacer un llamado al cobrador del vehículo, quien no hizo mucho por remediar el asunto). Tenía tres lugares donde sentarse, todos con otro hombre (uno de los cuales era mi amigo), y tras mirarlos a cada uno decidió sentarse junto a Nelson. ¿Por qué? Hasta él se hace la pregunta. Este y el anterior ejemplo irían más de la mano con un tema relacionado a la confianza, aunque de todas formas estarían relacionados a prestar (o no) ayuda.

Meses atrás me topé con el blog "Year of Giving", en el cual un hombre detalla cómo se propuso regalarle diez dólares a un desconocido diferente por cada día del año y escribe sobre la experiencia que tiene con estas personas. Más allá de las motivaciones que este hombre pueda tener, la idea me pareció muy buena y, como el mismo escribe, puede que no le cambie la vida a nadie, pero es un acto de ayuda que puede inspirar muchos otros. Y me inspiró a mí. No tengo suficiente dinero para donar diariamente (y soy de la idea de que la mejor ayuda que se puede prestar no es monetaria), así que estoy considerando seriamente entrar a la Cruz Roja Peruana (dado que no cuento con la altura mínima para ser bombero), aunque siempre dándole prioridad a mis estudios; tan altruista no soy. Quizás entonces tenga más ejemplos para dar.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Siempre es necesario dar un poco de uno a los demas.. no solo nos satisface, o nos llena sino que a la vez uno empieza a dejar esa huella que al fin al cabo es lo que vale en esta vida prestada

dIROLE dijo...

Dejar la huella que mencionas es lo que suele impulsarme a realizar varios tipos de actividades, como escribir en este blog, por ejemplo; sólo que yo lo llamo "dejar un granito de arena", que aunque pequeño, siempre hace una diferencia.

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