lunes, 4 de octubre de 2010

El mundo de los sueños


I'm no stranger to this place
Where real life and dreams collide


--Keep the dream alive, de Oasis


Me ponía a pensar, a causa de una serie de sucesos y reflexiones pasados, en la vida en general y nuevamente en la felicidad. De igual manera, pensaba en las responsabilidades de la vida diaria, en las demandas sociales y culturales, y en formas de lidiar con los problemas. De todo ello pude sacar una idea que tendría que pulir un poco más, pero que de todas formas me gustaría poner aquí.

De chico mi familia siempre me decía (a grandes rasgos) que la vida es dura, que no tenía idea de lo que me esperaba; de más grande no sólo continuaron mencionando lo anterior, sino que también comenzaron a decirme que la vida me aplastaría si no me preparaba adecuadamente, y que debía comenzar a vivir más en la realidad. Al principio tomé estas palabras con un gran temor por el futuro, como si la vida se iniciara tras terminar de estudiar y los primeros años en el mundo no fuesen más que una etapa preparatoria para el horror por el que tendría que pasar luego. Hoy entiendo que no hay nada de malo en tener miedo, y también que no hay razón para tenerlo.

Hay mucho que me gustaría mencionar sobre todo esto, pero me concentro específicamente en la parte sobre "la realidad". Si tuviese que describirme en una palabra diría que soy soñador, y creo que gran parte de mi vida he destacado por esa característica en particular. Si bien nunca tuve un tigre como amigo imaginario siempre me ha sido muy fácil crear mundos y distintas realidades en mi cabeza, todo ello plasmado en cuentos, juegos y dibujos que básicamente me dirigen desde que tengo capacidad de pensar.

El lado parcialmente negativo de esto es que a veces suelo mezclar realidad con fantasía, siempre dentro de los límites de lo normal. A lo que me refiero es que puedo valorar el mundo real en base a ideas que quizás no se ajusten con él, ideas que pueden encontrarse en muchísimas de las cosas que llevo escribiendo en este blog y que ejemplifican lo que digo. Tal vez la mejor manera de ponerlo sea diciendo que, tras darle vuelta a todos esos temas que mencioné en el primer párrafo, no hay razón para pensar que la vida aplastará a aquellos que ocasionalmente vivimos en nuestro propio mundo. Entiendo y acepto que debemos despertar de nuestros sueños, pero si hay algo que sé especialmente bien es que nada nos impide traer un poco de ellos con nosotros. De no poder hacerlo, entonces realmente podría decirse que la vida es abrumadora.

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