--Bohemian rhapsody, de Queen
En un post anterior mencioné haber tomado una decisión, la cual he llevado a cabo ayer y sobre la que hablaré hoy.
Estuve debatiendo conmigo mismo si debía o no escribir al respecto en este blog, que tal vez se trataba de un tema demasiado personal y que por ello era mejor mantener en privado, o que quizás no iría acorde con el resto de cosas que llevo anotando aquí. Pero luego de meditarlo concluí que justamente de este tipo de cosas es que se trata este espacio, de experiencias de la vida real, asuntos que no solo me permiten encontrar desahogo y hasta otro tipo de mirada al escribirlos sino que también pueden ayudar de alguna manera a quienes lo leen. Y creo que eso es básicamente lo que busco al escribir en este blog, tratar de hacer la diferencia en la vida de al menos alguien a través de mis aciertos y errores, casi como tratando de enseñar con mi ejemplo, si es que tiene sentido.
Hace casi un mes mi mamá apareció de vuelta en mi vida luego de nueve años de ausencia. Ella, de una forma u otra, ha sido una gran influencia para mí, y el que hubiese vuelto supuso un choque emocional tremendo, tanto así que literalmente me desconecté de la realidad por un buen tiempo. Si mis días ya estaban algo complicados, su llegada los enredó aún más, hizo que me planteara asuntos para los que no me sentía listo. En resumen, me tomó por sorpresa y posiblemente en el peor de los momentos. Lo que hace de esto un tema serio es que ella no se ausentó por motivos de viaje, ni encarcelamiento ni nada que de pudiese evitar acercarse a mí de forma alguna, sino porque ella misma lo decidió así sin que yo ni nadie le diésemos razones para ello. Y he ahí el problema.
¿Qué es más grande que el amor de una madre por sus hijos? Esta pregunta, para mí, tiene como única respuesta lo siguiente: NADA. Nada se compara con ese tipo de amor, nada de lo que alguna vez haya escuchado, visto o vivido. Por eso me hace plantear otra incógnita: ¿Por qué mi madre me abandonó, siendo el amor de una madre el más grande amor que conozco? Lamentablemente, incluso con ella de vuelta, no puedo encontrar solución a esto, no hay explicación que pueda ni acercarse a definir qué hizo que mi mamá se alejara por tanto tiempo (y no por primera vez). Hay muchos detalles que omito, vivencias, problemas anteriores y relatos de mis otros familiares que podrían como mucho despejar un poco las dudas, pero la verdad es que nunca pueda realmente responder esa pregunta, y admito que cada día va importándome menos.
Mi decisión, en definitiva la decisión más difícil que alguna vez haya tomado, no fue simple siquiera de considerar. Mi error fue que desde un principío quise hacer lo correcto, pero luego de conversarlo con algunas personas cercanas comprendí que este asunto no tenía nada que ver con lo correcto, sino con lo mejor. Me costó un poco notar la diferencia, pero al final entendí que por dejar de hacer lo correcto no estaría haciendo nada malo, no estaría escapando de mis problemas, sino que estaría haciendo lo mejor para mi, lo mejor para vivir feliz. Entonces llegó la parte más complicada, el llevar a cabo esa decisión, no solo tomarla, también hacerla acto. Y fue así como ayer le comuniqué a mi mamá que lo mejor sería que cada uno tome su propio camino y viva su vida por separado.
Cuando la vi después de tantos años surgió en mi una inmensa cantidad de sentimientos, muchos que no había experimentado antes y otros que no habían surgido de manera tan fuerte anteriormente. Miedo, nerviosismo, ansiedad y muchísimos otros más, pero los que no aparecieron y que brillaron por su ausencia fueron odio y amor. La falta de odio me hizo entender que no sentía ningún tipo de rencor hacia ella, que las cosas que hizo o que dejó de hacer, a pesar de haberme marcado tanto de manera negativa, no se las echaba en cara, es decir, no la culpaba. Es por ello que la perdoné, que no buscaba compensación alguna. Con relación al amor me tomó más tiempo reflexionarlo, pero después de pensarlo largamente comprendí que, a pesar de ser mi madre, a pesar de haberme concebido, para mí no era más que cualquier otro desconocido, un ser humano más en el mundo hacia quien no sentía ningún tipo de lazo. Esta fue la razón principal de mi decisión.
Mi mamá ha cometido muchos errores en su vida, y el abandonarme no es el peor, pero sí uno del que yo puedo ver arrepentimiento de su parte. Lo que quise desde un principio era decirle que la quería de vuelta en mi vida, abrazarla, pedirle que se quedara conmigo y que recuperáramos el tiempo perdido, que no era demasiado tarde para su acercamiento, que toda persona merece otra oportunidad. Pero todo ello solo era mi niño interior hablando, recordando la imagen que tenía de ella antes, muy diferente a la que tuve una vez que estuvo frente a mí luego de nueve años. Esta idea de reiniciar la relación madre-hijo parecía la correcta, requeriría esfuerzo pero sería lo mejor. Sin embargo, no lo es. No es justo ni para ella ni para mí, puesto que yo no siento nada hacia ella, no la considero realmente mi mamá, y porque sé que no ha cambiado, sé que volverá a alejarse de mí sin explicación alguna, quizás no mañana ni pasado ni en uno o dos años, pero como ya ha sucedido en más de una ocasión, un día desaparecerá de la faz de tierra nuevamente. Me gustaría pensar que no es así, pero solo estaría engañándome.
Y es por todo ello que ayer me despedí, con una enorme dificultad pero seguro de que estaba haciendo lo mejor. Toda esta situación me ha hecho plantearme muchísimas preguntas, he reflexionado como nunca antes y he aprendido montones de cosas, no solo de la vida en general, sino de mí y de dónde vengo. Como dije antes, no dudo de que hay personas que la deben estar pasando mucho peor que yo con problemas cien veces más difíciles con los que lidiar, pero esto para mí ha sido la experiencia de mi vida, de toda una vida, y me alegra saber que estoy más cerca de solucionar muchos de mis problemas, y no digo que ya están solucionados porque sé que esto todavía no termina. Este es apenas uno de los obstáculos que tendré que pasar en lo que me queda de existencia, pero se siente bien saber que nada es imposible; que lo bueno, cuando se consigue, se saborea mucho mejor luego de pasar por lo malo. Como un post demasiado largo que al fin encuentra término.
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[Cierro otro capítulo de mi vida con, posiblemente, una de las mejores canciones alguna vez compuestas.]