lunes, 17 de agosto de 2009

Chupasangres


There's blood on the blankets and I'm scared

Someone's beside me

But nobody's there, I sit and I stare

At shadows on the wall

Shadows on the wall

--Blood on the blanket, de 3


Unos días atrás leía una de mis tiras cómicas favoritas llamada PvP en la que el autor critica con humor la serie de novelas Twilight y cómo se ha cambiado drásticamente la manera en la que vemos a los vampiros, "de villanos a emos". Aunque me parece un tanto exagerada esta afirmación, sí puede haber algo de verdad.

Desde que vi la película Entrevista con el vampiro (basada en la novela del mismo nombre escrita por Anne Rice, la cual leí inmediatamente después) le encontré un gusto muy grande a estas criaturas de leyenda, aunque siempre guiándome por la naturaleza que esta autora les daba, una más cercana a la humana antes que a la de un monstruo. Cuando años más tarde apareció Twilight, me animé a darle una leída a la primera novela, pero quedé decepcionado al encontrarme con otra clase de vampiros, una que no se acerca completamente a los nacidos de mitos y viejas historias, sino que poseen características seguramente inventadas por la autora para diferenciar su obra de otras. Quizás, acostumbrado a los anteriores, me fue difícil aceptar este cambio. O quizás el cambio no ha sido para bien.

Cualquiera sea el caso, es el cambio más drástico que he visto en lo que es literatura (sin contar los cuentos infantiles) y ahora también en lo que es cine. En realidad siempre he pensado que son muy pocas las películas de vampiros que pueden decirse verdaderamente buenas, y aunque Twilight ha tenido su buena pegada, siento que ha dejado de lado el famoso estereotipo de vampiro solo para volverse comercial, para ver algo nuevo y acercarse a un nuevo público. De cualquier forma, a pesar de que mi prima me vaya a odiar por estas pequeñas críticas, cada uno elige qué le gusta y con qué se queda, y así todo el mundo contento.

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