martes, 24 de marzo de 2009

Detrás de la sombra


Look at the stars
Look how they shine for you
And everything you do
Yeah they were all yellow

--Yellow, de Coldplay


Hace muchos años que no usaba lentes de sol, un poco por falta de necesidad y otro poco por no tener ganas de salir a comprarme unos. Pero unas cuantas semanas atrás conseguí un par de ellos que ahora no dejo de usar a menos que no haya sol, y comencé a descubrir algunas particularidades al usarlos, o al menos creo haberlo hecho. Sé que puede sonar tonto lo que diré a continuación, y tal vez lo sea, pero también es por eso que lo escribo.

Los lentes de sol no son ningún tipo de corona o título que nos den algún tipo de superioridad o de rango, pero pareciera que las personas nos viesen diferente al pasar. A veces me gusta sensación, pero otras me hace recordar cómo me siento cuando veo a alguien con ellos puestos, y lo cierto es que no siento nada particular, así que todo eso me hace concluir que el usar lentes apenas y nos enaltece un poquito, y solo para nosotros mismos (todo desde mi propia perspectiva, claro).

También siento que me desenvuelo mejor en ciertas ocasiones. Esto lo trato de explicar como si los lentes fuesen algún tipo de antifaz que esconden nuestra identidad, por lo que sería más fácil hacer o decir cosas que sin ellos no se podría o costaría más. Es curioso, pues lo único que se cubren son los ojos, el resto del cuerpo queda al descubierto (con ropa, pero al descubierto), y aún así persiste la idea de no ser identificado, como si los ojos realmente fuesen ventanas al alma y, por lo tanto, reveladores de secretos.

Por último, siempre he tenido la idea de que solo cierto tipo de gente utiliza lentes de sol, gente con la que la mayor parte de mi adolescencia nunca me llevé bien, los típicos "playeritos" o personas así. Esto podría decir mucho de mí y de cómo me veo en relación a los demás, y alguna vez leí en un libro muy interesante (cuyo nombre no recuerdo) que uno nunca será como lo que odia o lo que no le gusta. Supongo que por eso es que nunca usé lentes de sol pasada mi infancia, porque nunca me identifiqué y nunca tuve relaciones llevaderas con el tipo de gente que menciono. Extrañamente, uso lentes ahora y no me siento para nada como ellos. Caprichos de la adolescencia, de seguro.

Me causa gracia todo lo que un pequeño objeto como ese puede hacerme pensar y sentir, cómo define a las personas que me rodean y cómo cumple otras funciones además de aminorar la exposición de los ojos a la luz. Todo esto abre un enorme campo de discusión no solo con relación a los lentes, sino con todo invento humano que puede guardar mayores significados que aquellos para lo que fueron creados. Investigaré al respecto.

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