sábado, 21 de marzo de 2009

No hay vuelta atrás



Don't
Tell me what's in
Tell me how to write
Don't tell me how to win this
Fight
Isn't your life
It isn't your right
To take the only thing that's
Mine
Proven over time
It's over your head
Don't try to read between
The lines
Are clearly defined
Never lose sight of something
You believe in

--As I am, de Dream Theater



Hoy encontré algunos de mis viejos libros de inglés del colegio, de tercero y cuarto grado, cuando tenía la mitad de vida que tengo ahora. Es extraño, las carátulas de un par me hacen tener una sensación de estar coloreando, y las imágenes de otro me recuerdan a una de mis profesoras, aunque su nombre debe estar un tanto más escondido dentro de mi memoria, ya que no lo recuerdo.


Me pregunto qué estaría pensando en esos años, si tuviese alguna mínima noción de dónde estaría o quién sería hoy. Sé que no pensaba en nada más que preocupaciones del día a día, preocupaciones no más grandes que el saber que comería algo que no me gusta en la cena o que tengo un examen al día siguiente. Algo de ese estilo de vida me tienta, me hace querer volver a él y revivirlo, pero sé que es mi niño interior el que desea afanosamente dar pasos hacia atrás por miedo a descubrir lo que yace adelante.

Desde hace muchos años, probablemente desde esos días en el colegio a los diez años de edad, he querido volver al pasado, revivirlo todo de nuevo, pero con el conocimiento adquirido a través del tiempo y las experiencias. Mi propósito nunca ha sido ser un genio o destacar de sobremanera, sino evitar cometer los errores que alguna vez cometí, o realizar las preguntas correctas, o llevar a cabo los actos que me he arrepentido de no hacer, etc. Sé que mi futuro sería distinto si cambiara el pasado, pero ¿cuánto puede cambiar una vida si los cambios son pequeños y las satisfacciones grandes?

Ya hace mucho, también, me resigné a aceptar que no puedo retroceder el tiempo, que muy probablemente nunca nadie podrá (al menos no mientras yo viva), y ello me causa cierto pesar, pues sé que he desaprovechado demasiadas oportunidades y tomado decisiones equivocadas la mayor parte de las veces. Pero, como creo haber dicho incontables veces, el punto no es mirar atrás sino el ahora, lo que después será el pasado, el momento que somos capaces de transformar para no tener arrepentimientos en tiempos por venir. Suena tonto, especialmente porque en el futuro es posible que pensemos que hay cosas que podríamos haber hecho mejor, pero creo que eso solo nos tendría que hacer ver que no nos satisface nada.

A pesar de todo, a pesar de la realidad y de mis palabras que buscan hacerme sentir mejor y a todo el que se sienta igual a mí, quiero regresar a donde todo era más simple, a la vida en la que ser castigado es la peor calamidad de todas, a la vida en la que comer dulces es equivalente a obtener la felicidad de manera extrema. No digo querer ser niño de nuevo, ni confieso sutilmente haber perdido mi niñez, sino que inmaduramente pido tener cero responsabilidades. Y luego me digo, 'imposible'. Siempre es bueno soñar, pero no vivir en sueños. La vida, la vida.


[El sonido no está muy bueno, pero se acepta]


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