jueves, 26 de marzo de 2009

Cara de yoyó


Don't call me passed eleven pm, it won't happen again
Happened once, it happened twice, it happened three times, maybe four times,
Maybe five times, maybe, maybe it happened six times, but it won't happen seven times
No no no no no no...

--Sweet ballad, de Munchausen by Proxy (ft. Zooey Deschanel)


Dicen que las segundas oportunidades suelen utilizarse mejor que las primeras, que son estas últimas las que se desperdician o se usan como prueba y error, que a la segunda las cosas suelen ir mejor y bla bla bla. ¿Qué me dices de las terceras oportunidades, y eso de que a la tercera va la vencida? ¿A quién se trata de vencer, al poco juicio? No sería como seguir intentando algo que, se sabe, no se es bueno para conseguir, ¿eh? ¿O preferirías esperar a la oportunidad n+1?, tal vez en esa resulte.

¿Por qué atarnos al 0,001% cuando resta ese apetitoso e inexplorado porcentaje restante? Porque la estupidez es más fuerte, porque la conexión tiene un cableado sin rojos ni verdes, solo monotía grisácea, y los dedos meñique se hallan entrelazado de tal manera que más fácil sería romper los huesos que intentar desenredarlos, tremenda maraña de sentimientos derretidos. Qué desastre.

Te pregunto de nuevo, ¿de qué sirve la rapidez de tus piernas si la única utilidad que le encuentras es huir? No podría esperar una respuesta de tu parte, entiendo tus fantasmas mentales, sin olvidar mencionar que soy uno de los demonios debajo de tu cama y he visto los huesos en tu armario, así que de más está decir que tu locura es justificada; sólo no trates de refugiarte en ella y explicarte en base a ella. 

Y sin anuncio, una respuesta. El yoyó que regresa a su estado previo, que descansa abajito todo movedizo y excitado, pero que vuelve para ser lanzado de vuelta a donde comenzó. Qué bonito el maltrato, qué bonita la cuerda alrededor de tu cuello que aprieta despacito, de a poquitos y despacito. ¿No vendría bien una tijera en este momento? Afilados lados capaces de poner fin a la leve aflicción que podría encontrar curación por medio de métodos un tanto más ciéntificos y menos cavernícolas, ¿no crees?

El agua encontró su pozo, que no es tu boca, que no eres tú, y la sed te embarga, casi perdido en un mar de agua dulce, podría decirse nadando, tal vez ahogándote, sumergido por completo, pero el agua encontró su pozo, y no eres tú. ¿Cuánto cuesta ir a la tienda y comprar una botella de litro y medio, si quieres de dos? Te ahogas en tu propia saliva, yoyó, no olvides tragar, asqueroso como suene, más aún como sepa.

Baja del techo, ya es de noche. Lo último que faltaría es que caigas, y nadie quiere eso. ¿Me equivoco? Hoy una almohada, mañana un pan con mantequilla y el día por delante, carreras por ganar, gente por conocer, oportunidades por perder. Qué buena vida.


[¡Zooey Deschanel! Punto.]


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