lunes, 4 de agosto de 2008

Tiéntame más

Oh it's the last time, it's the last time
Oh it's the last time, it's the last time
(…) And I have never met anyone quite like you before

-- Temptation, de Moby


De chicos, lo que nos prohiben puede volverse lo que más queremos; y de grandes no necesariamente cambiamos, pero sí reevaluamos la razón por la que algo se prohibe, y de acuerdo a su justicia o arbitrariedad lo llevaremos a cabo, buscaremos razones para quitar la prohibición o la acataremos. Sin embargo, hay algo que se pasa por alto y que siempre está presente: probar los límites. ¿Hasta dónde podemos empujar antes de que nos empujen de vuelta? ¿Qué tanto podemos meter la mano al fuego antes de quemarnos? ¿Cuánto tiempo podemos actuar sin que nos descubran? Y si nos descubren, ¿hasta que punto podemos mentir para salir del aprieto?

A veces los riesgos pueden hacernos creer que disfrutaremos más las cosas, y muchas personas lo sienten así, pero hay riesgos que es mejor no tomar, límites que no debemos cruzar. Y sin embargo, ante la mención de esto, dan ganas de seguir adelante en busca de esa emoción de atrevimiento, de pasar la valla y correr tan lejos como sea posible antes de ser visto y, quizás, capturado. Las recompensas pueden ser muy grandes si toman ciertos riesgos, pero las consecuencias negativas pueden serlo igualmente. ¿Cuánto estamos dispuestos a perder por ganar algo? Y, principalmente, ¿por qué?

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