Oh I love you, maybe?
And I hope it goes away
Oh, how I want you daily
Tell me now that...
-- Last drop falls, de Sonata Arctica
Ya ves, entonces, que el ángel era artífice de su propia desgracia. ¿Pero qué desgracia era esta? Aquella por la cual la primera pluma cayó a
Es por esa emoción, por ese sentimiento, que aquel ángel (que evidentemente tiene poco de ángel, si se toma en cuenta que es solo una metáfora) se vio forzado a descender de los Cielos y convertirse en un humano más del montón de humanos comunes y corrientes (sin querer ofender a nadie). El punto es que estuvo aquí, parado como lo estás tú ahora, con la mirada hacia arriba y con una expresión “cabizbaja”. Y ese punto rojo, por el que toda esta historia se desarrolla, no es más que una gota de entre las miles de gotas que cayeron de su corazón en formación. Y ahora ves que metros más adelante hay otro punto, y más allá otros más, y así por muchos kilómetros, pues su corazón, hasta donde tengo entendido (y hasta donde me he mantenido informado), aún no logra su entera conformación. Es por ello que manchas pequeñas, casi imperceptibles como la que tienes al frente seguirán pintando esta realidad; suponiendo que el “ángel” siga con un corazón incompleto.
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