domingo, 28 de septiembre de 2008

Vendas al aire


Is this the real life?
Is this just fantasy?
Caught in a landslide
No escape from reality
Open your eyes
Look up to the skies and see

-- Bohemian rhapsody, de Queen

Dejándonos llevar por el siempre presente efecto de las miradas, habrá de tomarse en cuenta una que salió de entre una multitud, un rostro perdido entre tantos miles de ellos, un par de ojos que sobresalen y se dirigen hacia una sola cosa, hacia una sola persona. Pero es fácil dejarse engañar, especialmente cuando se es especialmente propenso a los engaños y cuando la debilidad es característica intrínseca en la personalidad en cuestión. Una mirada, una oportunidad, un deseo; la cucharada de azúcar que malogró el saborcito de un café medianamente bien hecho.

Y de nuevo, como quien no quiere la cosa, un encuentro casual propiciado por la misma multitud que sirvió en un principio como engendradora de caos; superficial, pero caótica en naturaleza finalmente. De nada sirve. Y es que parece que todo debe tener una utilidad, todo es visto en términos de funcionalidad y beneficio, como si los humanos fueran máquinas de placer; vil mentira del que todo lo quiere y nada lo puede. Vil mentira. Apenas queda un rayito de esperanza, verde como les gusta pintarlo, verde como el recuerdo lo sabe bien.

Pero se piensa dos veces, quizás tres, pero no cuatro. Si hay una señal más clara de que el mundo brillará nuevamente, no está a la vista por el momento, pero es necesario advertir que en medio de la oscuridad ya le es difícil ver al hombre promedio, así que un corto de vista se ve en mayores complicaciones. No desesperes, no desesperes. Porque la desesperanza parece el mejor aliado en tiempos de opacidad, y la niebla en su mayor potencia es amiga de cualquiera, pero las apariencias siempre engañan, y apariencias nos rodean a todos.


Abre los ojos al nuevo mundo, nuevo pero que siempre ha estado ahí. Aunque, ¿acaso no es nuevo lo que alguien nunca ha visto? Deja que las caricias del universo te embelesen otra vez y permítete asomar una sonrisa como las de antaño, a pesar de que la antigüedad nunca las haya sentido. Caos en su totalidad, caos como nos lo piden, caos porque sí. Y ya es hora, ya, de levantar vuelo y surcar los aires en busca de la libertad; hoy te toca a ti. Mañana es otra historia.

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