miércoles, 21 de enero de 2009

Coincidence?


Hace unos días fui al cine con dos amigos limeños (Luis y Juvenal) y con uno de aquí (Scott), quien nos llevó. La salida fue interesante en varios aspectos.

Primero, no pude resistir mis urgencias consumistas y compré otro par de juegos de Xbox en una de las tantas tiendas del mall al que fuimos, pero no fue eso lo que causó la impresión necesaria para merecer estar escrito aquí. Coincidentemente, una chica pelirroja bastante familiar también se encontraba en esa misma tienda, del mismo mall, en el mismo momento que nosotros, una chica que luego identifiqué como la mesera del restaurante que está a menos de veinte pasos del hotel en el que me hospedo, una chica bastante simpática que me impresionó la primera vez que la vi. No me atreví a decirle nada, ni siquiera saludarla y esperar algún tipo de reconocimiento de su parte (me ha atendido al menos tres veces que he ido al restaurante) porque estaba acompañada por quien parecía ser su enamorado. No le he dado muchas vueltas al asunto, pero presiento que algún significado debe haber, así que veré si paso por el restaurante uno de estos días.

Segundo, tuve la impresión de haber estado en ese mall antes, a pesar de nunca antes haber venido a Pensilvania. Era como un "deja-vu" que se prolongó más de los pocos segundos que suele tomarse en percibirse, y no dejé de sentirme familiarizado con el lugar hasta que entramos a una zona con tiendas de mujeres. Es posible que la arquitectura o variedad de tiendas sea la misma o muy parecida a la del mall que visité en Orlando (cuando viajé allí, hace cuatro años), aunque no sé con exactitud de qué se trata. Lo que sí decidí es que volveré por mi cuenta en otro momento, no solo para tratar de experimentar el mismo sentimiento nuevamente, sino también para ver la gran cantidad de chicas simpáticas que vi ese día y que no he visto en otros lugares de Pittsburgh.

Tercero, y más significativo, fue el mensaje que encontré dentro de una galleta de la fortuna que compré. Algo que añadió asombro a lo que leí fue que no compraba una de esas galletas desde hacía ocho años, Estados Unidos igualmente, y también tenía una frase que se relacionaba muchísimo con mi futuro cercano, aunque realmente no recuerdo de qué se trataba. El mensaje de la galleta de hace unos días decía lo siguiente: "There is a way to everything you want". Sé que suena bastante genérica, que podría aplicarse a prácticamente cualquier circunstancia o experiencia, pero ese día tenía la cabeza cubierta con ideas de cómo conseguir ciudadanía para poder obtener un pasaporte americano y poder viajar a cualquier parte del mundo, por lo que recibir un mensaje como ese me dio esperanzas y me alegró la semana. Espero recibir buenas noticias pronto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Oh ya lei tu blog, al fin, me parece interesante.. vayas cronicas de tu viaje, sobretodo esta.. ah la debilidad de diego el cabello de fuego

.... alguien kien conspira para jugar Dnd en tu ausencia xD

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