And I've tried,
Maybe you deny
Words of peace
For the future of our lives
Bring to me
Something else than a broken heart
I won't wait 'till my life is wasted
Maybe I wanna die some other day
-- Make believe, de Angra
La formación reactiva, mecanismo de defensa del yo según la teoría psicoanalítica de Freud, nos habla de un intento de esconder un impulso real por medio de la acción de lo opuesto, algo así como una hipocresía inconciente, por darle un nombre más cercano a la vida cotidiana. Es como actuar como si alguien fuese querido cuando en realidad le deseamos la peor de las calamidades (todo más allá del ámbito conciente, ha de recordarse).
¿Por qué decimos odiar a las personas? ¿Porque nos hacen mal? ¿Porque tienen lo que nosotros no? ¿Porque simplemente un día nació en nosotros ese sentimiento? Sea cual sea la razón, existe y se expresa de una u otra manera. Y a veces, y solo a veces, nos dejamos llevar por esta sensación y creamos un mundo imaginario a su alrededor, tendiendo a olvidar que el odio que decimos sentir no es más que una molestia muy grande con una solución escondida.
¿Escondida? Básicamente fuera de vista, ya sea por nuestra propia negación de la verdad o porque realmente no hemos pensado las cosas como se deberían. ¿Puede alguien vivir en el odio? Puede, pero no por mucho, a mi parecer. De una u otra forma terminará matándose a sí mismo o matando el objeto de su odio; si se da lo segundo, pues nada garantiza que no haya una reacción en cadena que prosiga hasta que lo primero se dé.
Solución: si has de querer que tu formación reactiva conciente siga expresándose tal cual, aprende a controlar tus emociones o aprende a perdonar. De lo contrario, sigue actuando como si nada hubiese pasado y yo seguiré haciéndote creer que no veo a través de tu máscara hipócrita.
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