lunes, 30 de junio de 2008

El espejo invisible


We've been dreaming
But who can deny
It's the best way of living
Between the truth and the lies

-- See who I am, de Within Temptation

Creo que un cuestionamiento más importante que el del sentido último de la vida es el que concierne a cada persona. Y, para ser más específico, no me refiero a la pregunta por el “nosotros”, sino por el “yo”, el “¿quién soy/eres?”

Hace ya un buen tiempo llevo teniendo una idea con respecto a esa pregunta, pero no puedo recordar si fue a mí a quien se le ocurrió o si lo leí en alguna parte (me gusta creer que es lo primero). A mi parecer, desde un primer momento cada uno es tres a la vez, el que creemos ser, el que somos en realidad y el que queremos ser; en un segundo momento, somos una infinita cantidad a la vez, pues somos lo que cada persona cree que somos; y en un tercero y último, somos uno en el pasado, uno el presente y uno el futuro, pues siempre estamos cambiando, aunque en esencia podamos seguir siendo los mismos (de lo contrario no seríamos la misma persona en cada etapa).

Es por todo ello que la pregunta por el “¿quién soy/eres?” se torna tan entreverada y confusa, pues somos tantos a la vez que es demasiado difícil determinar quiénes somos con exactitud. El ‘yo’ que creo ser no necesariamente es el ‘yo’ que conoce cada miembro por separado de mi familia; ni cada uno de mis amigos necesariamente me conoce como el ‘yo’ que en realidad soy o que fui segundos atrás. En el ámbito de lo personal, de lo concerniente a cada uno, solo deberíamos preocuparnos por los tres primeros ‘yo’, los cuales se moldean de acuerdo a nuestro pensamiento. Aunque en el caso del ‘yo’ que somos en realidad las cosas son un tanto más complicadas (al menos eso deduzco). Y, en todo caso, este sería el ‘yo’ que deberíamos explorar con más detalle, pues es el que ocasiona que nos hagamos la pregunta desde un principio. Veré qué se puede hacer.

domingo, 29 de junio de 2008

What's your advice, Mr. Beer?


You show me what is real
and I just pretend
Another perfect day
and I wonder how it all will end

-- Another perfect day, de Fates Warning



Vagando nuevamente por el cajón de los recuerdos, encontré esta pseudo-historia que, pienso, merece una oportunidad de consagrarse inmortal:

Locuras esenciales

Perdido, sabiendo adónde ir y cómo llegar, tomó caminos que nunca tomaba, se detuvo en lugares que no conocía y hasta saludó a gente que nada tenía que ver con él. No se sentía él mismo a pesar de saber que todo lo hacía por voluntad propia, pero cuando pasó la mujer a su lado entendió perfectamente qué le hizo sonreírle. Esa noche había soñado con una persona que no veía en mucho tiempo y que prefería mantener guardada en la memoria antes que tener que verla nuevamente.

El sueño había sido muy sugestivo, le había mostrado los deseos de su alma y, a pesar de eso, se negaba a caer presa de aquellos sentimientos, seguro de sus decisiones pasadas. Y es que la mujer había estado tan cerca, lo había acariciado, se había acurrucado junto a él y le había dicho palabras tan hermosas que hasta el ser más frío del universo se habría derretido ante ellas. La única condición, aparentemente, era que Perdido no podía devolver las caricias ni pronunciar palabra alguna, situación que lo hacía sentir aprisionado y con una impotencia tremenda. Era como si estuviese encadenado de pies a cabeza con ninguna posibilidad de movimiento, pero capaz de ver y sentirlo todo. Esa mujer, a la que acababa de sonreírle, le hizo recordar todo eso. En esa sonrisa se escondían un sinfín de cosas, desde las palabras más amorosas y los cosquilleos más delirantes hasta los deseos más ardientes y las fantasías más íntimas. Claro que la mujer no tenía forma de saber todo esto, pero a Perdido le bastaba con vivirlo él solo.

Continuó con su camino algo más seguro de sí mismo y no tardó en llegar a aquel lugar que lo había estado esperando desde siempre. Tomó asiento frente al mar y se dejó llevar por la oleada de pensamientos. El sueño no había sido del todo placentero, ahora recordaba. La mujer era alguien a quien una vez creyó amar, pero tantos infortunios le trajo que decidió olvidarse de ella tan fácil como nos es olvidarnos de un venda en los ojos. Era por esta razón que lo que en un principio consideró un sueño no era más que la peor de las pesadillas. El tenerla ahí, tan cerca, tan al alcance de la mano y no poder ni tocarla con las palabras hacía evidente su tortura, le daba a entender que su alma no demostraba deseo alguno, sino una sed de venganza tan increíble que estaba dispuesta a perder la vida por llevarla a cabo. En el sueño estaba la mujer junto a Perdido, pero pronto se le veía al lado de alguien más, alguien que no tenía problemas en tocarla y deslizar sus endiabladas garras por el cuerpo desnudo de la chica. Y allí estaba Perdido, inmóvil e indefenso. No me malentiendan, Perdido no es un cobarde y mucho menos un debilucho, pero traten de entenderlo. Veía a quien una vez creyó amar en brazos de otro hombre y entendía que no tenía nada que hacer allí y, sin embargo, no hacía nada por irse, pues no veía una salida. ¿Qué era lo que su mente trataba de decirle?

Perdido, sin duda, no lo sabía. Dejó que sus pies tocasen las aguas frías del océano y se sorprendió al ver que la chica a la cual le había regalado una sonrisa caminaba por las cercanías. Fue entonces cuando comprendió lo que debía hacerse. Se dirigió a ella y le dijo que varias oraciones más arriba le había regalado una sonrisa y que si por favor podía devolvérsela, pues lo había hecho sin pensarlo completamente. La mujer, nada tonta, se rehusó a dársela de vuelta y preguntó qué valor tenía para él. Perdido no dijo la verdad enseguida, pero al pensar que nada bueno resultaría con mentirle, le contó de su sueño, de la mujer que una vez creyó amar y de la tortura que le siguió. La dueña de su sonrisa rió tiernamente ante tal historia y le aseguró que le devolvería lo que era suyo si prometía acompañarla en ese día tan extraño, pues había salido de su casa sin saber adónde iba ni cómo llegar a ese lugar desconocido, pero desde que un hombre (él) pasó a su lado y le regaló una sonrisa con un sinfín de cosas escondidas en ella supo que había dejado de estar perdida en ese mundo tan lleno de vendajes y cadenas.

sábado, 28 de junio de 2008

Tatuajes de la vida


What about the life...?
It shines so bright now in my eyes!
What about the death...?
Faith I found, now life's my quest!
What about the dreams...?
There're new visions in my grief!
What about the fight...?
It graces my life!

-- Welcome back, de Lost Horizon


Rebuscando entre mis cajones de objetos olvidados, objetos que alguna vez puse ahí no para dejarlos de lado sino para volver a ellos y vivirlos nuevamente, encontré mi cuadernito verde de la locura, de esos tiempos en los que la oscuridad parecía el mejor lugar para vivir. En él encontré diferentes escritos de cuando mi cabeza no estaba del todo bien, pasajes tan absurdos o tan escalofríantes que ni yo mismo me reconozco; ya ni recuerdo qué ocasionó la mudanza de las profundidades al mundo de la luz, y menos la caída a esa “edad media” de mi vida. ¿Por qué conservar un libro con recuerdos que sería preferible olvidar antes que revivir? Mi ‘yo’ del pasado debió haber sabido la respuesta con tal recelo que mi ‘yo’ del presente no puede ni imaginarla. Tal vez se encuentre escrita en alguna oración de los párrafos más oscuros, pero dejaré que se pierda ahí, pues no me atrevo a introducirme en ese mundo nuevamente, ni siquiera en plan de turista.

Pero sí puedo osar dar una respuesta: aquello que olvidamos es aquello que dejamos de aprender. Es como olvidar que alguna vez caímos, lo cual es muy insensato; tal vez no sepamos el método utilizado para levantarnos, pero sí que nos levantamos, y eso es lo que importa en última instancia. De igual modo, dejar de lado el hecho de que alguna vez no fui tan normal como ahora proclamo ser es pretender imaginar una vida sin logros, por decir lo menos. El cuadernito verde de la locura ha regresado al cajón de donde salió, y seguramente permanecerá guardado allí otros cuatro años más hasta que vuelva a sacarlo y preguntarme las mismas cosas nuevamente. Con algo de suerte, me conoceré lo suficiente como para poder conocer al ‘yo’ que alguna vez fui. Por el momento solo estoy seguro de algo: me alegra estar de vuelta.
.

viernes, 27 de junio de 2008

Another one bites the dust


No pensé que era amor y lo dejaba correr,
iba atando mis manos,
me alejó del ayer...
Y el mar,
que antes miraba estando solo
hoy vale nada sin ti

-- No pensé que era amor, de Pedro Suárez-Vértiz

Los pensamientos se desvanecen a pleno vuelo, antes de aterrizar, como las cenizas llameantes de una fogata que saltan despavoridas y desaparecen en la oscuridad. Así desapareces tú, con las vendas que pusiste sobre tus ojos para zambullirte sin ver lo que llegase a continuación; y ahora te hundes como un ladrillo que nunca aprendió el estilo mariposa, como una dura y testaruda piedra que se lanza porque no ve otras salidas. Y para eso es la venda, mi querida pared, para dejar de ver esas otras opciones que inexplicablemente dejaste de lado, puertas abiertas y semiabiertas que ignoraste sin más. Caminas a la boca del lobo, te contorsionas y desgarras tú misma entre sus dientes y entras a ese mundo del que pocos logran salir ilesos; tú no serás la excepción, me temo.

Tal y como las piezas en un tablero de ajedrez, me encuentro en la posición que me corresponde y he hecho un movimiento acorde a las reglas del juego. El rey se abalanza contra un simple peón que amenaza a la reina, pero esta toma la acción como un acto fuera de lugar, un acto insultante que busca entrometerse en sus propios movimientos, y sigue avanzando hacia la línea de fuego, desde donde el moribundo monarca la ve unirse al bando contrario; un movimiento nunca antes visto en la historia de este juego. Solo soy el mensajero, y como sucedía en la antigüedad, he sido decapitado por presentar las malas noticias, por cumplir con un deber que cualquier otro podía haber hecho pero que prefirió no. Es en circunstancias como estas es en las que uno puede percibir quienes son los que verdaderamente están de tú lado.

Aquel que calla ante una inminente desgracia, sea por miedo o cualquier otra razón, es tan culpable de aquella como el que la ocasiona. Y qué irónica es la vida, que castiga a quienes hablamos por el bien de otros. Nuestros deslices hemos tenido, nuestros errores hemos cometido; pero las rectificaciones y disculpas no tardan en llegar al lado de consejos y advertencias que solo nos procuran el fin de todo lo que conocemos. Qué irónica, sin duda. Pero ya no es tiempo de lamentarse, sino de aprender, de esperar. La pared sigue hundiéndose en lo que parece un mar de ácido, y no podemos saber cuándo terminará de corroerse o cuándo aprenderá a nadar; lo primero parece más plausible, pero yo tengo esperanzas en lo segundo, sin importar lo poco probable que pueda parecer. Yo creo que aún hay tiempo de retroceder, de quitarse las vendas, de aprender a nadar, de reconocer los propios errores antes de que sea demasiado tarde y te quedes sin una mano que te saque del agua.

jueves, 26 de junio de 2008

Trente


Yesterday I saw a light moving fast across the sky
Now I see a glow, left and right
Stars are falling down tonight, I fear...
And the pouring rain, eating my green grass
Leaving a stain
Never healing back to be the same

-- Destruction preventer, Sonata Arctica

Silenciosamente cae dormida y tarda unos minutos en comenzar a soñar. La tranquilidad en la que se encuentra esconde el tormento que vive día a día, aunque ella misma sabe cuán exagerada puede llegar a ser si se le permite, así que poco vale cualquier descripción que se haga; caerá, como todas, en la hilera de mentiras que van apilándose para cuando deban ser usadas nuevamente. Está perdida en un paraíso personal, un mundo propio que utiliza en esos momentos que la vida comienza a serle un impedimento en la culminación de sus placeres. Y es que para ella solo existe eso: placer en su forma más bruta. Ahora tendida en la cama con los ojos abiertos y los senos al aire divaga sobre la tormenta que se avecina; sobre los problemas que van cayendo como las gotas que anteceden un diluvio; sobre los truenos que son quienes intentan ayudarla y a quienes retira con una violenta sacudida de cabeza. Ya no tiene sueño ni sueños, la vida se le pasa y lo único en lo que piensa es en cómo sobrevivirá, sola, indefensa, ¿feliz?

¿Realmente existe la felicidad o acaso es un constructo creado por el hombre como una meta por alcanzar, un eternamente inalcanzable límite? Solo podemos adivinar, o al menos opinar con ideas medianamente lógicas, pero la verdad yace demasiado alto como para poder alcanzarla; y las escaleras no sirven, solo nos alejan del suelo y hacen de nuestros pensamientos simples discursos soñadores que puede refutarse con la facilidad con que soplamos una pluma. Entonces, si apenas tenemos la capacidad de lanzar conjeturas que muy probablemente no atinarán a la verdad desde nuestra inferior posición, ¿qué otro recurso nos queda en la búsqueda de la explicación de la felicidad? Podemos referirnos a hechos, experiencias personales altamente subjetivas y no siempre muy confiables, pero una vez que hiciésemos eso perderíamos la intersubjetividad que supone la explicación de un fenómeno tan complejo. Así que debe bastarnos con creer o desconfiar, tratar de alcanzar o desistir, soñar o vivir.

Stars we have in great quantites, some bigger than others, some brighter, some worthless. Little dots which adorn that beautiful emptiness we call space, an infinite void that expands around us and, very possibly and at the same time doubtfully, inside of us. Have you ever felt there’s nothing inside you, empty? I might have, and I thinks it’s completely normal, another phase in an obsolete human being searching for greatness in the wrong places. Have you ever felt the stars move all over your stomache, that curious thing we insecurely call love? Those who consider themselves lucky enough to never have felt it are actually failing to see the wonders it produce, although they do save themselves from all the despair that love usually supposes. And have you ever felt you were destined for something bigger than what you’re aiming at? If so, it’s never to late to call to Destiny’s mobile phone and ask for a change of lanes, a change of route, a change of heart, a change of anything you desire. But changes are dangerous, so choose wisely before you venture into unknown territories. Life is unpredictable, and while this adds excitement to it, it also combines with reality to create problems; we’re never completely safe.

Y comemos paquetes de nueve morochas sin querer darnos cuenta, tal y como pintamos el mundo con los colores de la destrucción humana. Sí, esa destrucción que osa llamarse arte, arte de los insensibles, insensibles hambrientos de poder, poder para controlar a la gente, gente que se deja llevar por las palabras, palabras que solo sirven para mentir, mentiras que todos creemos por que nos da igual; igual es, ¿no? Parece que la ceguera está de moda. Y ahora todo tiene precio, tu casa, tu carro, tus servicios, tu familia; ¿qué hay de tu cabeza? Tal vez si te esforzaras, si estudiaras tanto como te exigen, si consiguieras a la mujer de tus sueños y si tuvieses 2.7 hijos perfectos serías feliz. Pero el ‘tal vez’ es muy engañoso, y de los engaños vivimos cual ratas en la basura, nuestro Edén, nuestro paraíso hecho polvito de chizitos fiesta. Me pica la mano, me duelen las orejas, el ojo se me cae y la sonrisa ya está gastada. Podemos criticar, pero ¿quién nos critica a nosotros? Pues nosotros mismos, como debe ser, como está planeado. Sino, mira.

Yo: ¿Por qué tiene que ser así?
Yo: Porque no podemos elegir cada vez que queramos. Las cosas no siempre se nos presentarán como esperamos.
Yo: ¿Existe posibilidad alguna?
Yo: Siempre existe posibilidad, siempre hay esperanza, siempre hay espacio para el optimismo. Cuando todas las puertas parezcan cerradas, acércate a cada una de ellas; nunca se sabe si olvidaron echarle llave a alguna.
Yo: ¿La esperas?
Yo: Sí, pero he perdido noción de las razones que me impulsan esperarla. Uno no puede detener el tiempo, eso lo sé de sobra, y menos aún retrocederlo, cosa que ya ni quiero; pero sí podemos proyectarnos en el futuro.
Yo: Entonces, ¿qué propones?
Yo: El camino de la vida no es solo uno, hay tantos como tú quieras que los haya. Así que ve por uno y diviértete, experimenta. Vive, en resumen.
Yo: ¿Y el perdón?
Yo: He aprendido que aquel que no perdona espera en vano, por lo que aguardo con los brazos abiertos.
Yo: ¿Tan seguro proclamas tu inocencia?
Yo: No soy inocente de nada, ni siquiera de vivir. Pero sé cuándo cometo un error y sé cómo disculparme. Y una vez hecho eso, el resto depende del resto.
Yo: Ahora entiendo.
Yo: Es que nada es seguro, ni siquiera la reacción ante palabras nunca pronunciadas o deseos sin pedir. El tiempo pasa, al igual que las personas que nos rodean. Y, aunque no es imperativo que nos movamos con ellas, tampoco es buena idea relegarse con los sucesos del pasado. El mundo se expande frente a nosotros, y las oportunidades están ahí para aprovecharlas o, si tal no fuese el caso, para crearlas nosotros mismos. Es cuestión de no hundirse, mover las piernas y ser feliz. Porque la felicidad sí existe, al menos para aquellos que creemos en ella y que vivimos para conseguirla. Y ya sé lo que preguntarás: “¿Cuál es el sentido de la vida?” Pues déjame decirte que no hay respuesta correcta. Cada uno le da el sentido que quiere. Así de simple, así de complejo. Mírate bien, y listo.
dIROLE

miércoles, 25 de junio de 2008

Dame una razón

Why'd you ever think that you could run away from pain?
Sorry man, your tries were all in vain

-- The voice commanding you, de Angra


Un día como cualquiera quiso volar, quiso tener alas y darle un nuevo significado a la palabra ‘libertad’; pero no siempre se consigue lo que uno quiere, y la frase está tan prostituida que ni ganas dan de pronunciarla o de siquiera tenerla en cuenta. ¿Por qué no hemos de conseguir lo que queremos? ¿Por qué debemos limitarnos o dejar que nos limiten? Si queremos algo, ¿no deberíamos hacer hasta lo imposible por conseguirlo, cueste lo cueste? Más allá de tropezar con la libertad de otros, deberíamos probar cada recurso disponible en cuanto se refiera a la búsqueda de nuestro deseo más grande, de eso por lo que vale la pena vivir.

¿Qué es la libertad? ¡Diablos!, no puedes esperar que te conteste algo como eso. Apenas puedo decirte que no existe realmente a menos que la pongas en acción, pues de lo contrario sería como tener una jaula que no se usa nunca; inservible. La única libertad posible es la que está en constante uso. Do you get it? Por eso, si tienes alas, si sabes usarlas y quieres volar, no dejes que nadie te las corte y evite que emprendas el vuelo hacia el cielo que más te atraiga. No permitas que te quiten aquello que es tuyo por derecho y que tienes desde que diste el primer respiro en este mundo que a veces puede ser exageradamente arbitrario.

Así que rómpeme en pequeños pedazos, quiebra cada hueso de mi cuerpo, mátame con tus palabras, déjame indefenso y solo, pero no te lleves eso que amo tanto y que la libertad me permite volar para conseguir. Te reto a detenerme, dolor, pero te hago saber desde ya que no podrás vencerme; tal vez no pueda huir de ti, pero sí puedo hacerte frente. Aquí estoy, esperando tu mejor golpe, y no pienso ir a ninguna parte.

martes, 24 de junio de 2008

Muy tarde para el perdón


Help me if you can, I'm feeling down,
And I do appreciate you being 'round.
Help me get my feet back on the ground.
Won't you please, please help me?

-- Help, de The Beatles


Qué difícil es ser alguien para los demás, dedicarse a ayudar a personas que no se conoce (al menos al principio) y que dependen tanto de uno que el más mínimo error de nuestra parte puede suponer una tremenda calamidad (aunque, claro, es relativo). Es como ser un doctor y caminar con la calle con la bata blanca puesta; una persona se accidenta y la responsabilidad recae sobre él, al igual que todos los dedos que responden a la pregunta “¿quién puede ayudar?”. Pero esta situación también es relativa, pues no se ven muchas personas con bata blanca caminando por la vía pública, y los hay doctores que pueden hacerse de la vista gorda y pretender que el problema no les concierne y, por lo tanto, no tienen por qué ser parte de la solución.

Qué difícil es, pero muchos piensan en la enorme ventaja que se hiergue por encima del perjuicio: poder. En nuestras manos reside el bienestar de la persona, y cada uno decide qué hacer con ella entrando en juego muchos puntos, como la ética y la moral, por ejemplo. El poder para hacer algo no significa que debamos hacerlo; el tío Ben lo dejó bien en claro, y de nada sirve repetirlo. ¿Por qué existen personas que gustan de ayudar a otras, incluso cuando no hay ningún beneficio para ellas? Es extraño, y van contra la naturaleza humana (es propio de los humanos cuidarse primero de sí mismos y luego de los demás, ser egoístas), pero existen y deberían ser admiradas, no solo por el hecho de actuar de esa manera, sino porque rompen con la etiqueta de “humanos”. Si tal es el caso, tal vez sí exista un beneficio después de todo.

La mano del destino está en movimiento, y su dedo apunta hacia ti. Tú eres el indicado, el llamado a crear el cambio que pocos esperan y que todos quieren, el que convertirá esta vida en algo menos llevadero, algo más complicado, por el bien de todos. La vida es demasiado fácil de vivir, es solo que nosotros mismos la complicamos y apenas puedo atreverme a adivinar el por qué de esto. Así que complícanosla, hazla más díficil de soportar; quizás entonces aprendamos a no querer más de lo que podemos manejar. ¿Qué tienes en mente?

lunes, 23 de junio de 2008

Caso de la vida real

When you wake from your dream
do you know what is true?
Ring of a bell inside your head
is playing with your mind

-- 8th commandment, de Sonata Arctica


Ya no hay nadie que pueda decir lo contrario, nadie que pueda negarme el hecho de que el mundo está loco, patas arriba, fuera de control. Sí, puede ser, ya no vemos caballeros en armaduras brillantes, pero ahora tenemos señoras de edad que portan espadas en lugares públicos. Y de repente se me acerca un anciano, dirige la mirada cansada en mi dirección y habla como si fuese lo último que fuera a decir: “¿estoy loco o tú también las ves?” Sí, señor, está loco, tanto como el resto de personas que dicen llamarse normales, tan loco como yo y como el policia detrás de nosotros que baila La macarena con un grupo de gente frente a niños cuyas mentes aún no están lo suficientemente desarrolladas como para entender que algo está fuera de lugar, tan loco como esa hormiga que acaba de saludarnos al pasar. Curioso, ¿no le parece?

Pero está bien, ser loco no es algo del otro mundo, tampoco algo por lo que tengamos que sentirnos discriminados. Tomémoslo como la mayor bendición que la vida podría darnos, la igualdad absoluta dentro de esta variedad asimétrica que llamamos humanidad, un paso hacia la comprensión (o completa ignorancia) de cada uno como ser supremo donde la supremacía ontológica está sobrevalorada. El mundo está loco, y soy feliz, y la anormalidad es pan de cada día, pan con palta o mantequilla (depende de los gustos), y ahora se puede correr desnudo por las calles sin que murmuren en cada esquina, y ya no hay que temer gritar a todo pulmón que somos como somos porque no elegimos serlo; y soy feliz.

Otra mañana de junio se pasa sin eventos fuera de lugar; otro día como cualquier otro, aburido y sin nada que contar; salvo por las señoras armadas, todo sigue igual. ¿El soñar con un mundo mejor y diferente me hace inmaduro? Puede ser. Who knows? En busca de aventura, en busca de acción; ¿qué me ofrecen?


domingo, 22 de junio de 2008

¿Me sigues adonde todo esto comenzó?

Walked amongst the shadows
Through the chilling air of dusk
Once again, but not alone

-- Despite de waves, de Dali’s Dilemma

No puede escapar de su sombra, no importa cuánto corra o dónde se esconda, esta seguirá sus pasos como la copia negativa de su existencia, recordándole los errores que alguna vez cometió y que seguirá cometiendo. En un rincón, sentado con los brazos alrededor de las piernas y la cabeza cobijada en ellas, tararea inseguro la última canción que escuchó antes de huir de casa para siempre, para nunca volver. Y ya no tiene remedio, y lo hecho hecho está, y no sabe qué hacer, y solo piensa en quedarse allí. Y es que la única posible y escurridiza solución que existía, y que no logró encontrar, era apagar la luz.

Se fueron de vacaciones al fin del mundo sin siquiera hacérnoslo saber o, lo que es peor, invitarnos a acompañarlos. Pero las razones se entienden; puede que no sean justificables, pero se entienden. Así como podemos entender y no aceptar. Sabemos el por qué de su actuar, nos identificamos hasta cierto punto, pero lo encontramos reprobable porque en manera alguna es aceptable, ni en este mundo ni el anterior. Se fueron cabizbajos y algo risueños, como entorpecidos por este caos tropical que se siente de tanto en tanto, como esponjas a las que se les ha escurrido todo el agua. Y se entiende.

Es el espectro de colores, y nos acercamos al extremo más oscuro no para quedarnos, pero sí para decir que alguna vez llegamos hasta allí, para alardear de que alguna vez estuvimos a punto de ser víctimas de lo insospechable, de lo poco probable. ¿Escuchas los sonidos de la noche? ¿Los recojes y los lanzas al agua cual guijarros saltarines? Sí, yo también lo he vivido. Sí, yo también estoy harto. Sí, yo también lo pensé en algún momento, pero de nada sirve divagar al respecto cuando se ha hablado sobre eso hasta más no poder, incluso en el zoológico (si sabes a lo que me refiero). ¿Qué?

sábado, 21 de junio de 2008

Habla con mi mano

Tell me that you're torn asunder
From how we fail to learn
And tell me if the Earth goes under
Where's your anger now?

-- The human stain, de Kamelot


Je ne comprende pas. ¿Por qué se nos anima desde pequeños a pensar en finales felices si la vida nos muestra una realidad distinta? Los únicos finales a los que tendríamos que enfrentarnos están relacionados a la muerte, si es que ese es el verdadero final y no el comienzo de algo más grande, por lo que lo que se nos muestra en dibujos animados, series televisivas y películas podría estar algo fuera de lugar: familias que se reencuentran, parejas que viven felices para siempre, amigos que superan obstáculos, protagonistas que aprenden de la vida. Todo eso es coherente, pero no son los finales de por sí, más allá de que se nos quiera contar una historia o enseñar una moraleja. A veces pienso que esos personajes aparantan ser felices porque en realidad no lo son, que solo muestran una apariencia para inculcarnos cosas que no necesariamente son vividas por ellos mismos, y que finalizada la historia pueden dejar de actuar. Pourquoi?

Esa es solo una de las miles de maneras de demostrar que existe una idea de engaño en el mundo, la ya mencionada idea de un desfile de disfrazes; y las frases “nada es lo que parece” y “las apariencias engañan” no podrían decirse en mejor momento. Podría culpar a la Sociedad, a nosotros mismos como grupo, pues nos dejamos llevar por lo que se nos dice y muestra sin pensarlo ni meditarlo como se debería; pero hay algo más en todo esto, hay algo que no cuadra como debería; ¿acaso ustedes no lo notan?, ¿están satisfechos con lo que saben?, ¿con lo que se les dice es verdad? Pas moi. A manera de ejemplo podría utilizar lo expresado por Platón en su Alegoría de la caverna, cómo las sombras pasan enfrente de nosotros y las tomamos como lo único y verdadero cuando en realidad existe mucho más.

Let’s take the blindfold from our eyes and see reality as it actually is; the world depends on it!

viernes, 20 de junio de 2008

Alguna vez me hablaron de un mundo sin miedos


Life for you has been less than kind
So take a number, stand in line
We’ve all been sorry, we’ve all been hurt
But how we survive, is what makes us who we are

-- Survive, de Rise Against

No es del tipo que se deja vencer tán fácilmente, no puedes derrotarla con tan solo un intento; e incluso cuando crees que la tienes a tus pies se levanta con un movimiento casi imperceptible y te sorprende de mil maneras. Es en el momento en el que la subestimas cuando toda oportunidad de reclamar victoria se ve ineludiblemente perdida para siempre, y en ese instante lo sabes, y lo sientes en lo profundo de tu corazón (si es que tienes uno en funcionamiento), y lo saboreas como el último manjar rancio que probarás en tu vida. That’s life, so ruthless and merciless you don’t have a chance, not even from the start of this non eternal strain. You can only stand there and withstand every blow, because that’s what you’re getting, that’s what we all get, no matter who we are or what we’ve done. That’s life.

But there’s a positive side to this dark and never-more-real story, like there’s always. Con cada golpe aprendemos a esquivar, con cada caída entendemos la necesidad de levantarnos, con cada desacierto mejoramos la puntería y con cada frustración descubrimos de qué estamos hechos. Con todo esto en mente la vida parece menos agresiva de lo que parece, y en verdad es así, es solo que cuando las cosas comienzan a salir mal sin que podamos manejarlas, sin que podamos tener control alguno sobre ella, el camino se emsombrece de tal manera que tropezamos con todo obstáculo que se nos presenta y que podríamos haber evadido de haber mantenido una actitud más optimista.

So don’t take this as mere insignificant words from a stranger who sees the world with different eyes, but from a potential friend who is waiting for some sort of signal, something that’ll tell him what he has to do in this world. Maybe it’s already happening, maybe leaving grains of sand in each people is what I’m here for, to teach what I’ve learned and being there for those who need someone to lean on; maybe that’s it. But I can’t be sure, and it’s possible that I’ll never know; yet I’m still searching for the ultimate answer to (at least) my existence, y no pienso rendirme después de tan solo un intento.

jueves, 19 de junio de 2008

I guess it's over



Don't you forget what I've told you
So many years
We are hopeless and slaves to our fears
We're an accident called human beings

-- End of the world, de Blackfield

Tal vez ahora pueda descifrar el acertijo que me plantearon varios años atrás, uno que me hace entender que la vida es una enorme pregunta, pero hay algo extraño sucediendo en mi cabeza, algo que no comprendo y hasta me aterra, pero el placer es inmenso y pocos son los osados que rechazan las tentaciones. Puedo seguir intentando pensar en cómo superar esta maldición que ha caído sobre nosotros, y que denominamos humanidad con una conformidad casi aberrante, o puedo dejarme llevar por lo que sé es incorrecto, por lo que terminará de corromporme y volverme tan humano como cualquiera. El mundo de las posibilidades puede ser un tanto desinterasado de vez en cuando.

Pero no se dejen engañar, mis palabras no intentan presentar este tema de manera burlesca, sino con toda la seriedad que soy capaz de manejar. Entonces, si realmente es asi, ¿por qué considero que los humanos somos una maldición?, puede que se pregunten. Es cuestión de revisar no solo la naturaleza humano sino también su historia, como muchos otros antes que yo lo han dicho, sin duda acertadamente. No somos mejores que cualquier otro animal que camine o haya caminado en este mundo que de a poquitos (cada vez más grandes) vamos aniquilando; como dije alguna vez, es cuestión de superar el concepto de humanidad, es cuestión de levantarnos por encima de él y no solo re-nombrarnos, sino re-hacernos. De nada sirve seguir cometiendo los mismos errores una y otra vez, pues aunque no todos lo saben, existe un límite que algunos ya logran avistar. What sould we do?, pregunto.

miércoles, 18 de junio de 2008

Edificio inhabitable


A lonely foggy place
A small deserted space
Abandoned barren lost in slum
A closet full of dump

-- Lamplighter, de Mechanical Poet

Estos son los sonidos de la noche; los sonidos de cada gota al acariciar el suelo sobre el que cae en busca de descanso perpetuo; los sonidos de las hojas que bailan y se rozan al son del viento que viene y se va, que viene y se va, que se va; los sonidos que no suenan a nada, esos tan misteriosos que se arrastran por los suelos y que levantamos porque sí. El punto es romper el silencio, decir lo que sea por el simple hecho de pronunciar palabras; absurdas, sin sentido, pero palabras al fin y al cabo, oraciones que nos dicen muy poco y que de nada sirven. Pero la gente hace uso de su boca a diestra y siniestra, y ¿quiénes somos nosotros para impedírselo?

Mis zapatos de papel comienzan a ensuciarse, pero no importa. Solo debo seguir caminando hacia delante, con la vista en alto y la panza llena; todo buen nadador sabe cuándo dejar de respirar, sabe cuándo dar el último aliento. Y no somos más que pequeños granos de arena perdidos y a la deriva en un mar agridulce, no somos más que consecuencia de un pensamiento originario que dejó de existir milésimas de segundo después de haberse creado; pero nosotros seguimos aquí, tan vivos que no nos damos cuenta. La vida es infinita, pero a la muerte no le gusta jugar con inmortales, y nada podemos hacer. Y ante la pregunta, respondió lo siguiente: “No, ya nadie vive ahí. Solo estamos nosotros y el mundo entero”.

martes, 17 de junio de 2008

Azar de los azares (segunda parte)


On wings of destiny
through virgin skies
to far horisons I will fly

-- Wings of destiny, de Rhapsody of Fire
.
Cada elección que tomamos conlleva a una situación, y cada situación a una nueva serie de elecciones, por lo que la gama de posibilidades es increíblemente variada. Con esto en mente, estoy convencido de que a las personas las conocemos por alguna razón en particular, más allá de que nuestras acciones, y en correlación nuestro destino, nos hayan llevado a ellas. Mírenlo de esta manera, si regresaran en el tiempo y alteraran algunas de sus decisiones, lo más seguro es que el presente sea muy diferente, tal vez no completamente, pero sí en varios ámbitos. Y es muy probable que muchas de sus elecciones los hayan llevado a conocer a determinadas personas, personas que nunca habrían conocido de haber optado por seguir un camino diferente.

Este es el punto en el que existe una refutación esencial: si no se conoció a la persona A, entonces no hay ningún tipo de angustia o preocupación, pues no se pensaría en ella y, muy probablemente, se conocería a la persona B, o C, o D, y así hasta el infinito, dando a entender que ninguna persona sería especial en sí misma (espero estén entendiéndome). Si no se conoce a uno se conoce a otro, o si no se conoce a uno en determinado momento, posiblemente se conocerá en otro. Esta refutación es muy cierta y tiene mucho sentido, pero su error recae en el hecho de que se le da demasiado peso racional a un fenómeno que trasciende la lógica y que se genera a partir de las experiencias.

Cada persona es especial en sí misma, cada persona que conocemos está ahí porque nosotros, ella y el resto del mundo tomamos determinadas elecciones que de una u otra manera nos hicieron encontrarnos. Y fue en un momento determinado y no en otro por alguna razón que va más allá de nuestra capacidad de razonar. Me explico: ¿qué pensarían si les dijera “cada acto, cada palabra, por más pequeño que sea tiene la facultad de dar o quitar vida”? Es una idea loca, pero si tenemos en cuenta que cada ser humano está interconectado uno con otro por medio de las acciones entonces se entenderá que nuestros actos impactan de una u otra forma en los demás. A modo de ejemplo, tal vez un poco extremo: José sale de su casa y sube a un microbús que, minutos más tarde, es parte de un accidente en el que cuatro personas estuvieron a punto de morir de no ser por José, quien ayudó en su rescate, acción que no habría podido realizar de haber salido de su casa cinco minutos más tarde y haber tenido que tomar un microbús diferente.

El mundo es un lugar más extraño de lo que queremos creer, es un lugar que, a pesar de estar perdiendo sus misterios con cada nuevo descubrimiento, aún guarda secretos. Es por ello que pienso que cada uno de nosotros, con nuestras elecciones interconectadas con las de los demás, conocemos a quienes conocemos en determinados momentos y no en otros porque el destino así lo quiere y porque así, por alguna razón que escapa a mi entendimiento (y que por eso me fascina tanto), debe ser. Cada persona es especial, lo queramos creer o no. Pero esta solo es mi opinión, tan refutable como cualquiera.

lunes, 16 de junio de 2008

Azar de los azares


Throughout the years I have struggled
to find the answer that I never knew
It strucked me like a million lightnings
and here I am telling to you.

-- Destiny, de Stratovarius

Llevo unos cuantos años replanteándome la pregunta acerca del destino, y hasta el momento ya tengo una idea moderadamente firme al respecto. Estoy al tanto de una que otra teoría filosófica que podría explicarlo, pero este es un tema que, a mi parecer, no puede ser razonado, sino única y completamente sentido. En esta primera parte haré una breve mención de su naturaleza y en la siguiente pasaré a hacer un comentario acerca de uno de mis fenómenos favoritos con relación a él.

El destino es esa fuerza misteriosa que nos rodea siempre, que define nuestro actuar y que posee el poder de hacernos felices. No obstante, este no se presenta de manera arbitraria ni nos obliga a tomar el camino que está decidido para nosotros, sino que tenemos la capacidad de optar, existe un libre albedrío. Suponiendo que esto último sea cierto, la idea de un destino se torna borrosa, lo sé, pero las personas suelen pensar en absolutos la mayor parte del tiempo, siempre moviéndose entre los polos opuestos y olvidan los puntos medios: el destino es la fuerza que nos lleva hasta el lugar, hasta el momento, hasta la situación, y nos dice “el resto depende de ti”.

Con esto quiero decir que el libro de la vida está escrito con lápiz, que es posible escapar de nuestro destino o, en todo caso, que es posible elegir lo que nos depara, al menos hasta cierto punto. Las decisiones que tomamos determinan nuestro curso de vida, y el destino se moldea a nosotros de acuerdo a esta; es solo cuestión de saber qué elegir y atenerse a los riesgos y consecuencias que aquella elección supone. Hay una frase que me encanta y que resume lo que siento: “En el camino de la vida lo importante no es llegar al otro lado, sino perderse entre las posibilidades del 'durante' ”.

domingo, 15 de junio de 2008

Reductio ad absurdum?


Soon we will come to the end...
Mankind's madness failed once again
We are caught in a trap
Soon it's too late!

-- Sign of truth, de Dionysus
.
Prometeo, por más que el habla popular quiera desmentirme, sigue encadenado en el Cáucaso y su hígado sigue siendo devorado día a día por esa insaciable águila. Heracles en realidad no lo liberó como algunos nos cuentan, ese supuesto día tuvo que aparecerse en el set de Xena: La princesa guerrera; no se dejen engañar. Pero olvidemos el castigo por un momento y pensemos en el acto por el que fue castigado. Gracias a él tenemos el fuego (la luz) que Zeus nos quitó en uno de esos arranques de capricho que suele tener cuando pelea con Hera y esta le reprocha su actitud de mujeriego empedernido; gracias a él podemos iluminar no solo el mundo, sino también los rincones oscuros en donde la verdad anda escondida por voluntad propia. ¿Por qué querría esconderse?, me pregunto.

Nada es cien por ciento cierto hasta que sucede; nada nunca es obvio, solo posible; nada puede preverse hasta que se da; y nada es absolutamente verdadero hasta que se comprueba. La verdad que tratan de imponernos, la que nuestros ojos evidencian y creemos indudable, es solo una parte de la mentira que es este mundo; pero ‘mentira’ es una palabra muy fuerte, y la contundencia, a pesar de ser característica obligatoria en esta afirmación, no busca presionar a nadie a creer en mis propias verdades, por lo que será mejor quedarnos con ‘engaño’, ilusoriamente más leve. ¿Por qué debemos creer en quienes dicen haber encontrado la verdad en esos oscuros rincones? Prometeo no robó la luz para hacer de cada uno de nosotros un pequeño humano ávido de poder y diseminador de falso conocimiento; la humanidad ha perdido su propósito, ha descuidado la verdadera búsqueda.

Y llora no por el excruciante dolor que el animal inflinge en sus entrañas al devorarlas con delicia, sino al ver cómo aquellos por los que ahora sufre una condena eterna luchan por grandeza, se asesinan por dinero y mienten por amor. Mira a los cielos y da un último grito antes de perder las fuerzas y caer rendido ante el dolor: “Oh gran dios del cielo y del trueno, haz a un lado toda la ira que tienes hacia mí y busca un espacio para la misericordia; perdóname, señor del Olimpo, ¡pues he cometido un error!" El mundo no está listo para el fuego. Alguna vez lo estará?

sábado, 14 de junio de 2008

Nunca, never, jamais


Stunned and amazed by what we are
We celebrate and name the stars
Expand, aspire, don't look ahead
The more we grow the less we see
The less we see the more we'll find
The light that blinds is darkness to our eyes

-- Paramount, de Sieges Even
.
Con el viento azotando mi rostro, con los carros que zumban al pasar por mis flancos, con las piernas adoloridas pero ansiosas por más, con los transeúntes que me ven pasar con miradas desdeñosas, con el tiempo en mi contra y cinco oportunidades más para no estrellarme cuando mi mente decida desinteresarse de la emoción por unos segundos; todo eso me basta para sentirme vivo al menos unas horas. Es peligroso, sin duda lo es, y no intento mostrarme intrépido ni arrogante, pero esa sensación de potencial choque y desastrozo final es lo que me impulsa a vivir la experiencia cada vez que me es posible; ¿por qué sobrevivir en la comodidad cuando podemos vivir en el riesgo?

No puedo reducirme a ser un simple creyente de la realidad, no puedo quedarme tranquilo con lo que otros afirman es lo cierto y eternamente verdadero. ¿Y si se equivocan? No creo en una verdad absoluta, y a pesar de que el relativismo sea contradictorio me apoyo en él y lo hago columna vertebral dentro de mi idea de lo que es el mundo. A veces sucede que dejamos de lado aquello que no comprendemos por miedo a lo desconocido, y es así como se pierden oportunidades de descubrir maravillas; ahí donde el mundo evita mirar suelen esconderse los tesoros más maravillosos, y no me refiero a dinero o joyas; es mucho más que eso. ¿Por qué somos tan ignorantes? Y ¿por qué, conociendo nuestra ignorancia, no buscamos mejorarnos? Es la comodidad del que cree saber lo necesario, la comodidad del ser humano pasivo e irreflexivo; nunca aprenderemos. Me corrijo: nunca aprenderán.

viernes, 13 de junio de 2008

Nunca digas nunca


Invisible airwaves crackle with life
Bright antennae bristle with the energy
Emotional feedback on a timeless wavelength
Bearing a gift beyond price, almost free...

-- Spirit of radio, de Rush
.
Who was the smart guy who invented days of the week? And why seven? Why not eight, or nine, or six? Probablemente se lo debamos a un antiguo egipcio borracho con sueños de grandeza y fetichismos con el número siete. Ojalá las cosas fueran como ese excelente capítulo de Doug que vi hace millones de años, en el que la semana consistía en ocho días, siendo 'divermingo' el octavo; el nombre podría cambiarse, y no tendría por qué ser un día de juegos y celebraciones, sino también de un descanso más revitalizador que el del domingo. Ojalá las cosas fuesen así. Pero no lo son, y tenemos que acostumbrarnos a un orden que no todos hemos decidido y al que billones de personas se adecuan cual autómatas descerebrados, por decirlo de la manera más sutil posible.

Y así podría continuar, cuestionándome no sobre el sentido de la vida sino sobre las actitudes y acciones de los seres humanos que me rodean, sean estos familiares, amigos, conocidos o desconocidos en general. Hay cosas inexplicables desde ciertos puntos de vista (actos, en su mayoría), cosas que muero por saber pero que por una u otra razón, que escapan a mi entendimiento, no consigo descifrarlas, no logro aprehender ese saber tan escurridizo. Y, como llevo diciendo ya varias veces, es extraordinario cómo las personas pueden sorprendernos tan cariñosa o desastrozamente, personas que creemos conocer hasta el hartazgo pero que de un segundo a otro nos son completos extraños. Right now all I can say is “what a disaster!”

jueves, 12 de junio de 2008

¿Qué puedo decir?


My dreams and reality
Are worlds which collide
Confusion, illusion, are dancing side by side

-- Dreams and reality, de Kotipelto

Hoy aprendí que no se puede esperar que un espejo dé las respuestas que uno mismo no logra conseguir; hoy aprendí que los profesores también son personas como tú o yo; hoy aprendí que una sonrisa es tan poderosa que borra recuerdos y puede hacer tropezar a la gente; hoy aprendí que no importa cuántas veces mire a cada lado de la pista, siempre habrá un carro que saldrá de la nada y que querrá atropellarme (fallidamente, felizmente); hoy aprendí que la vida me quiere vivo, y de ello deduzco que alguna tarea tiene para mí, aunque no se me ocurre cuál.

No quiero pensar que se me va la inspiración, porque, honestamente, no suelo escribir bajo sus influencias; pero las oraciones se me van acortando y las palabras ya no salen como deberían, no significan lo que mi cabeza pretende que signifiquen. Me gusta imaginar que el fenómeno llamado “writer’s block” es justamente lo que me empuja a redactar, no por un afán rebelde ni con ganas de ser contradictorio, sino porque no me gusta rendirme ante la idea de un ‘algo’ que pretenda detenerme solo porque detiene a muchos otros.

Un día ya no es suficiente, pasa tan rápido que toda actividad planeada se ve reducida a un instante, un espacio de tiempo insignificante. A veces creo que dormir es una pérdida de tiempo, que es una distancia temporal a la que podría dársele un mucho mejor uso; pero luego recuerdo que si no quiero volverme loco debo dormir al menos las cuatro horas que siempre le dedico al sueño. ¿Insomnio? No, solo unas enormes ganas de seguir despierto, y de seguir viviendo, si quieres.

miércoles, 11 de junio de 2008

I'll miss you, my little guinea pig-girl

You cannot imagine the pain it gives
When you stand there alone and powerless
You need someone to lean on
Now I've been looking for the solution to this crime
This time we shall stand our cause and remember why we fought

-- Ultimate sacrifice, de Circus Maximus

El mundo da vueltas y vueltas, y ya no hay nada que pueda hacer o decir, los dados han sido lanzados y el resultado lo contempla desde la distancia, inmutable en apariencia; pero sabe que debajo de esa cubierta gris se revuelve un mar tempestuoso, y es mejor dejarlo así, es mejor caminar de espaldas, es mejor callar e irse. La pena le hace esa tan necesaria compañía que perdió por hacer lo que creyó correcto, pero eso ya no importa, lo que prevalece es la idea del “siguiente”, el momento que viene a continuación, la etapa en la que se siente el vacío incontenible en las entrañas y que conoce demasiado bien; entrañablemente bien, if you follow me.

Pero no es tiempo de bajar la mirada en busca de un suelo sobre el que caminar, sino de mirar al cielo e intentar alcanzarlo con esas ganas que deben ser recuperadas, especialmente en estos tiempos tan oscuros que parecen llegar al lado de nubes cargadas de esa adorada llovizna que nos limpió el alma a muchos. Sigo esperando ese fin del mundo que me prometieron días atrás, sigo preparado para afrontar cada adversidad con la calma que me caracteriza; solo necesito el empujoncito inicial y el resto será cosa de mantener el equilibrio. El mundo da vueltas y vueltas, y qué lugarcito eligió esta vez para detenerse.

martes, 10 de junio de 2008

Lo lamento


El peor día del año y nadie puede desmentirme; y así están las cosas, desordenadas a lo largo y ancho de esta habitación que ya es muy pequeña para seguir añadiéndole desastres. El arito negro de la felicidad se convierte en la cara triste que adorna el umbral que apenas y saluda a todo aquel que desea cruzarlo y convertirse en parte de este mundo sin color, sin sonidos, sin ganas. La realidad de la situación aún no cala en mi ser, no siento nada, al menos nada con la fuerza suficiente para lanzarme al suelo y lastimarme; no por el momento. Y las palabras que anhelaba pronunciar no lograron llegar a ti. El peor día del año, pero sigo en pie.

lunes, 9 de junio de 2008

"Volvámonos invisibles"


¿Por qué algunas preguntas tienen la capacidad de dejarnos helados, de tomarnos por sorpresa y silenciarnos en el acto, o de hacernos decir cosas medianamente ciertas y algunas veces fuera de lugar? Concentrándonos en las que admiten respuestas variadas, notamos un marcado matiz de libertad, una oportunidad de opinar como se quiera; no obstante, pocos son los que se atreven a responder sinceramente a pesar de que no exista consecuencia alguna mas que el saber como saber. Hay quienes responden para otros cuando preferirían responder para sí mismos, pero el peso de la opinión ajena suele ser significativo, por lo que el verse bien ante los ojos de los demás suele priorizarse por encima de lo que en realidad se quiere, sea egoísta o no.

¿Qué cambiarías del mundo dada la posibilidad de hacerlo? Existen miles de formas de contestar esto, miles de millones, cada una tan válida como la anterior, y no critico ninguna de las respuestas que me han sido dadas (algunas muy creativas, muchas que no había imaginado, varias verdaderamente poco significativas pero válidas al fin y al cabo), sino que las fusiono para crear una propia: la erradicación total del dinero. Un mundo sin dinero es un mundo de libertad ilimitada y caos en toda dirección, pero un mundo desestigmatizado de un orden mal manejado, un orden desbalanceado que ahora es visto como la fuente de las oportunidades y la llave a la muy codiciada felicidad. El dinero, el materialismo que acarrea, es uno de los mejores inventos creados por el hombre y a la vez el peor mal de sociedades como la nuestra y como otras no tan parecidas; eso cambiaría. ¿Qué opinas?

domingo, 8 de junio de 2008

Enmarañado en tu locura verde


Nada es lo que parece, incluso eso que tomas por lo más seguro del mundo; rodeado de ilusiones, promesas efímeras, palabras lanzadas al viento que nos llegan como susurros y nos dejan como lamentos. El desfile de máscaras llega cada día a cada hora de parte de cada persona, y no lo notas, pues te encuentras sumido en mentiras de quienes no deberían decírtelas, personas en las que confías demasiado y que crees conocer tanto como a ti mismo. Pero déjame preguntarte algo: ¿tu alma es suficientemente pura como para distinguirte de los enmascarados, o eres uno más en ese descabellado teatro que osa llamarse amistad?

Así que vuélvete loco, solo eres otro tonto que ha caído víctima de sus tentaciones y vicios, de sus deseos y pedidos; no siempre se consigue lo que uno quiere, a veces sí, pero la mayoría del tiempo no; por más esfuerzo, dedicación, ganas y/o constancia que le metas, la vida te conoce más de lo que crees y sabe lo que es mejor para ti. Y en este punto entra algo que tendrías que considerar bastante bien antes de perder la cordura: ¿acaso todo lo que queremos es bueno para nosotros; acaso todo lo que buscamos lo buscamos por las razones correctas; acaso todo lo que obtenemos es necesario? Think about it, daño no te hará.

sábado, 7 de junio de 2008

Carta para un imbecil crónico



Y así tan de pronto como te sacaron a golpes vuelves con el rabo entre las patas como el tremendo animal arrepentido que eres, como el imbecil que muchos aborrecemos y hasta compadecemos y no sin razón. Has causado males a diestra y siniestra; has dañado demasiado y lo sabes perfectamente bien; has maltratado a quien no merece más que amor, y no el tuyo, sin duda, no el de alguien tan poco valioso como tú. ¿Qué haces aquí de nuevo, qué asqueroso plan tramas para herirla esta vez, qué falsas promesas regalas?

¿Por qué no regresas al fétido agujero del que saliste, inmundo intento de persona? Parecerás cambiado, pero solo eres el mismo imbecil de siempre; bañado y arreglado por fuera, pero un desastre de ser humano por dentro, esencialmente una calamidad en potencia. Puede que tu destino no resida en mi poder, puede que no tenga control alguno sobre ti, pero tu vida está encaminada al desastre, naciste solo para mostrarnos que efectivamente el mundo puede ser un lugar peor. Pero sí tengo capacidad de evitar que destruyas a una maravillosa persona obnubilada por tus engaños y sucios trucos, tengo capacidad de desenmascararte y mostrarle al universo la mierda que eres. No permitiré que me quites a quien quiero tanto; no estoy listo para rendirme; no estoy listo para dejar de amar.

viernes, 6 de junio de 2008

Una flor marchita y un poema por cantar



Ten years ago I started a plan, a series of ideas that would ultimately lead to self-perfection, even though I knew such thing could never be achieved; but the point is not always to get what we strife for, but to get as far as possible, as high as our hearts let us. With that in mind, goals should be set as high as one can in order to accomplish greater things in life. It might seem like an impossible feat, a complicated task made only for those willing to suffer and make sacrifices; nonetheless, that’s nothing more than a mere illusion, a penetrable barrier made by our minds to stop us, to prevent us from being harmed by the struggles along the way. “With each step we grow stronger, and with added strength we become wiser”.

My last goal was the highest I had ever strived for, and that which I were to receive was by far the greatest treasure one could imagine. I must say I didn’t got it, I wasn’t very close either, and I’m farther away from it than I was when all of this started; thanks to my actions, which I’m not very proud of, I’ve pushed back that which I loved the most, that which made me happy like nothing else could, that which knew me better than anyone but still stayed beside me. What I did was for the best, I’m sure, but it cost me something so wonderful I still cannot believe I've lost it. But I can’t let myself be torn by tragedies, no matter how much it hurts; life’s horizon expands all around me and waits for me to discover new marvels, to savor new experiences and to find new ways to self-perfection. Hoy toca ser feliz.

jueves, 5 de junio de 2008

Suddenly, everybody's gone...



Miró por el rabillo de sus ojos y no consiguió avistar a nadie; no era lo que esperaba. No obstante, en algún rincón de su corazón albergaba la incipiente idea de que él mismo había ocasionado aquella soledad que comenzaba a manifestarse, la idea de que algo había hecho mal con el único propósito de hacer bien, de ayudar a quienes lo necesitaban a pesar de no saberlo. Quería equivocarse, deseaba intensamente equivocarse, pues un hecho como ese no podía ser cierto, no cabía posibilidad alguna de que fuese realmente así; y, aunque lo dudaba, no era así.


Las personas nos dejan de acuerdo a las circunstancias, y las circunstancias se determinan a través de los actos, sean nuestro o de quienes nos abandonan. Hay situaciones que son inevitables, completamente fuera de nuestro control, pero las que sí podemos manejar son justamente las más frágiles, las que se amoldan a nuestros pensamientos y acciones, las que ocasionan esos momentos que nuestra memoria raras veces acepta olvidar; este es el ámbito de los errores y aciertos, de los cuales dependemos tanto y tantos.

Es en aquel ámbito donde buscamos el mejor resultado, sea provechoso o no para otros, y el peor desacierto es pretender beneficiar a otro y terminar por perjudicarlo no solo a él, sino también a uno mismo. Lo que es correcto para uno no siempre lo es para otro, sin olvidar que lo correcto es tan fácil de identificar como la razón por la que no siempre hacemos lo que debemos, incluso sabiéndolo.

Pero él hizo lo correcto, a pesar de que esa pequeña parte de su corazón empezase a confundirlo con ideas nada simples de refutar. Hizo lo correcto, sí, pero el perjuicio llegó de una u otra forma; ¡absurdas excepciones!

miércoles, 4 de junio de 2008

El puente de los deseos condenados a la heladez de la madrugada más fría del año



Qué curiosa puede llegar a ser la vida, despreocupada la mayor parte del tiempo y, tan de repente que no hay tiempo ni de pensar en ello, tan complicada el resto. El camino se veía despejado, pero en un parpadear de ojos quedó rebosando de conflictos y problemas; qué curiosa la vida, que decide ponernos los pesos sobre la espalda todos de una sola vez. ¿O es que somos nosotros mismos quienes nos sometemos a este trajín? Sin duda la respuesta debe residir entre ambos polos, en medio de la relatividad, como toda explicación que pretenda presentarse como coherente.


Las sonrisas ya no las crea el rostro mismo, sino que deben comprarse o coserse o pegarse, simularse, finalmente. Y a las personas no las conocemos hasta que verdaderamente las conocemos; e incluso entonces, cuando creemos que sabemos todo de ellas, cuando pensamos que las entendemos casi a cabalidad, podemos llegar a un punto en el que nos soprenden cariñosa o desastrozamente. Un festival de máscaras, disfrazes de todo tipo, música que revienta tímpanos y mutitudes que no tienen nada mejor que hacer que mentirse a sí mismas por ningún buen motivo (¿existe algún buen motivo para mentir?).


“Las paredes no se rompen a puñetazos,” me digo. “La sangre no limpia las frustraciones,” me digo. Y es cierto, más allá del sentido común que no todos compartimos y del conocimiento cuasi-secreto de lo correcto. Siempre es hora de hacer algo, o de que algo nos haga a nosotros; pero nunca es tiempo de actuar como es debido, me temo, por más que queramos, por más que lo deseemos con una fuerza que sobrepase nuestra vitalidad. El descanso que nunca llega es el descanso del que siempre tiene algo en mente; ¿y no todos tenemos siempre algo en mente? Qué vida para más curiosa.

martes, 3 de junio de 2008

Mírame; ¿ves lo mismo que yo?



Conversando con mi Yo del pasado medianamente cercano:


Yo: ¿Qué piensas hacer ahora que el frío amenaza con helar sus corazones?

Yo: ¿Qué puedo hacer? ¿Qué puede hacer cualquiera?

Yo: ¿Te rendirás sin siquiera haber soñado, sin siquiera imaginar el otro lado?

Yo: ¿Quién dice que no he soñado? ¿Quién dice que no imagino el otro lado, un mundo donde la luna nos ilumina con más fuerza que el sol, un mundo donde la palabra “miedo” existe solo en mitos, un mundo donde cada uno emana luz propia?

Yo: ¿Cuándo dejarás de ser así, amante de las ilusiones? ¿Es qué no te preocupa lo que digan los demás?

Yo: ¿Cuándo es ‘cuándo’? ¿Cuándo nos ha importado lo que otros puedan pensar o decir o hacer? ¿Cuándo pensaste que me conocías mejor de lo que yo te conozco a ti?

Yo: ¿Vivir en el futuro me volverá así de despreocupado?

Yo: ¿Por qué preguntas por respuestas que aún no estás listo para saber?

Yo: ¿Realmente esperas que te conteste eso, adorador de sueños, cuando tú mismo ya lo sabes?

Yo: ¿Qué puedo esperar si en lugar de emprender mi marcha hacia lo que vendrá te tengo a ti para detenerme?

Yo: ¿A quién preferirías?

Yo: ¿Es demasiado problema pedir ver lo que me depara el destino, tal y como tú lo ves en este momento? ¿Es demasiado inconveniente pedir una vida sin lamentos, sin errores, sin mentiras? ¿Es demasiada osadía pedir amor?

Yo: ¿Qué se yo?

Yo: Lo cierto es que sabemos lo necesario, solo la cantidad justa para tomar el camino adecuado, y el resto depende del resto; podemos pedir el mundo, pero es el mundo en última instancia quien decide si acude o no a nuestro llamado. Podemos soñar y amar cuanto queramos, pero nunca debemos olvidar hacerlo mientras vivimos; y eso es lo que sé.

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