Y así tan de pronto como te sacaron a golpes vuelves con el rabo entre las patas como el tremendo animal arrepentido que eres, como el imbecil que muchos aborrecemos y hasta compadecemos y no sin razón. Has causado males a diestra y siniestra; has dañado demasiado y lo sabes perfectamente bien; has maltratado a quien no merece más que amor, y no el tuyo, sin duda, no el de alguien tan poco valioso como tú. ¿Qué haces aquí de nuevo, qué asqueroso plan tramas para herirla esta vez, qué falsas promesas regalas?
¿Por qué no regresas al fétido agujero del que saliste, inmundo intento de persona? Parecerás cambiado, pero solo eres el mismo imbecil de siempre; bañado y arreglado por fuera, pero un desastre de ser humano por dentro, esencialmente una calamidad en potencia. Puede que tu destino no resida en mi poder, puede que no tenga control alguno sobre ti, pero tu vida está encaminada al desastre, naciste solo para mostrarnos que efectivamente el mundo puede ser un lugar peor. Pero sí tengo capacidad de evitar que destruyas a una maravillosa persona obnubilada por tus engaños y sucios trucos, tengo capacidad de desenmascararte y mostrarle al universo la mierda que eres. No permitiré que me quites a quien quiero tanto; no estoy listo para rendirme; no estoy listo para dejar de amar.
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