martes, 17 de junio de 2008

Azar de los azares (segunda parte)


On wings of destiny
through virgin skies
to far horisons I will fly

-- Wings of destiny, de Rhapsody of Fire
.
Cada elección que tomamos conlleva a una situación, y cada situación a una nueva serie de elecciones, por lo que la gama de posibilidades es increíblemente variada. Con esto en mente, estoy convencido de que a las personas las conocemos por alguna razón en particular, más allá de que nuestras acciones, y en correlación nuestro destino, nos hayan llevado a ellas. Mírenlo de esta manera, si regresaran en el tiempo y alteraran algunas de sus decisiones, lo más seguro es que el presente sea muy diferente, tal vez no completamente, pero sí en varios ámbitos. Y es muy probable que muchas de sus elecciones los hayan llevado a conocer a determinadas personas, personas que nunca habrían conocido de haber optado por seguir un camino diferente.

Este es el punto en el que existe una refutación esencial: si no se conoció a la persona A, entonces no hay ningún tipo de angustia o preocupación, pues no se pensaría en ella y, muy probablemente, se conocería a la persona B, o C, o D, y así hasta el infinito, dando a entender que ninguna persona sería especial en sí misma (espero estén entendiéndome). Si no se conoce a uno se conoce a otro, o si no se conoce a uno en determinado momento, posiblemente se conocerá en otro. Esta refutación es muy cierta y tiene mucho sentido, pero su error recae en el hecho de que se le da demasiado peso racional a un fenómeno que trasciende la lógica y que se genera a partir de las experiencias.

Cada persona es especial en sí misma, cada persona que conocemos está ahí porque nosotros, ella y el resto del mundo tomamos determinadas elecciones que de una u otra manera nos hicieron encontrarnos. Y fue en un momento determinado y no en otro por alguna razón que va más allá de nuestra capacidad de razonar. Me explico: ¿qué pensarían si les dijera “cada acto, cada palabra, por más pequeño que sea tiene la facultad de dar o quitar vida”? Es una idea loca, pero si tenemos en cuenta que cada ser humano está interconectado uno con otro por medio de las acciones entonces se entenderá que nuestros actos impactan de una u otra forma en los demás. A modo de ejemplo, tal vez un poco extremo: José sale de su casa y sube a un microbús que, minutos más tarde, es parte de un accidente en el que cuatro personas estuvieron a punto de morir de no ser por José, quien ayudó en su rescate, acción que no habría podido realizar de haber salido de su casa cinco minutos más tarde y haber tenido que tomar un microbús diferente.

El mundo es un lugar más extraño de lo que queremos creer, es un lugar que, a pesar de estar perdiendo sus misterios con cada nuevo descubrimiento, aún guarda secretos. Es por ello que pienso que cada uno de nosotros, con nuestras elecciones interconectadas con las de los demás, conocemos a quienes conocemos en determinados momentos y no en otros porque el destino así lo quiere y porque así, por alguna razón que escapa a mi entendimiento (y que por eso me fascina tanto), debe ser. Cada persona es especial, lo queramos creer o no. Pero esta solo es mi opinión, tan refutable como cualquiera.

No hay comentarios.:

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails