I always wondered, when a butterfly leaves the safety of its cocoon, does it realize how beautiful it has become? Or does it still just see itself as a caterpillar?
-- The Air I Breathe (2007)
Camina por un paisaje desolado, un desierto de almas consumidas por el egoísmo. No tiene un rumbo fijo ni un lugar al que ir, solo camina porque sabe que debe haber algo más allá de toda esa soledad que ya comienza a abrumarla y a comérsela de a poquitos. Además, no escapa a su atención que el hecho de ser la única allí es extraño, y que no es tanto por azar sino por una causa concreta que escapa cada vez que intenta aprehenderla; apenas entiende que está ahí y no en otro lugar porque así debe ser, pero no por qué. Seguirá caminando, hacia el horizonte que no parece querer acercarse a pesar de ir hacia él por ya tantos años, y mientras tanto pensará qué hacer con su vida en adelante. Tiene tiempo para hacerlo.
Casi tan curioso como decir que que la vida tiene un significado, que estamos aquí por razones que desconocemos en un principio pero que más adelante vamos descubriendo conforme vamos realizando actos que determinan nuestra existencia. Es algo así como vivir para servir, no como seres instrumentales que solo servimos para cumplir un propósito, sino como agentes del cambio en tanto nuestras acciones repercuten en el resto y dan sentido a la vida, una serie de sucesos desencadenados por nosotros mismos para el mundo. Es difícil pensar en un vida que solo sea “estar”, pero sí, definitivamente es más difícil aún imaginar una que sea “compartir”.
I wish I could be a thought, or the first word in a thousand-year old book lost to mankind. One might say everything has a meaning, everywhere you look, every action that is done both by you and others, every word that is spoken, even every thing that is not present and hasn’t come to pass. Living in a world of meanings is like tasting every single ingredient by itself in, say, a chocolate cake: it’s the deciphering of all codes in order to understand what surrounds us, which, as you may already have thought, is incredibly exhausting; that’s why so few people do it. But, the fact that so many don’t doesn’t mean there isn’t any meaning engraved in each and every thing. We just have to look closer.
Las personas ya no usamos paraguas, acostumbrados a la lluvia que limpia muy poco caminamos casi sin darnos cuenta del agua que cae como alguna insana indirecta. Pero el paraguas también nos esconde, y al escondernos evita la “purificación” de nuestros cuerpos. La lluvia debe tener álgún simbolismo de pureza (al menos eso creo), ¿por lo que el paraguas podría cosiderarse algo así como un ente impurificador? Absurdo. ¿Pero cierto?
Yo: La tormenta parece haber acabado antes de lo esperado.
Yo: Así parece, pero nunca es sensato dejarse llevar por las apariencias.
Yo: Entonces, si debemos desconfiar de ellas, ¿tenemos que perder confianza en el mundo?
Yo: En las personas. Pero no de la manera que piensas.
Yo: ¿Cómo, entonces?
Yo: El que una persona realice una acción cualquiera puede tener más significados de lo que otros puedan creer. Imagina a un ladrón genérico. Es evidente que si te roba te sentirás amenazado y solo pensarás en ti mismo, y olvidarás las razones por las que esta persona te robó en un principio, lo cual es normal.
Yo: ¿Tengo que pensar en los sentimientos del ladrón?
Yo: No, en sus motivos. La apariencia aquí es que te quiso hacer un mal, cuando pudo haberte robado por necesidad, porque necesita dinero para comprar comida, para mantener a su familia. Claro que también puede ser para cosas un tanto más reprobables.
Yo: Vale, ya te entendí.
Yo: Pero las apariencias están en todas las personas, incluso en aquellas que se presentan de la forma más abierta posible y sin ningún secreto. No digo que no podamos confiar en nadie, sino que es necesario evaluar nuestras primeras apreciaciones antes de siquiera juzgar o dar una opinión.
Yo: Las cosas no son lo que parecen.
Yo: Más que nada las personas.
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