I won't forget, the way you made me feel
I won't regret, running away from here
So I say goodbye again
I won't regret, running away from here
So I say goodbye again
-- Goodbye, de SR-71
No es tiempo ya de arrepentirse de decisiones pasadas, sino de vivir plenamente con la seguridad de que las enseñanzas de tales elecciones perdurarán plasmadas en el cerebro y vendrán cuando más se les necesiten para evitar cometer nuevos errores. Pero a nadie engaño con palabras ilusoriamente optimistas pronunciadas por un ente que apenas y puede sostenerse a sí mismo por medio de mentiras que él, con agotadas fuerzas, desmitifica a medias. Es el problema de vivir con máscaras y apariencias de uno mismo, se termina perdiendo noción de quién se es y se vive la vida de alguien que nunca se será pero que secretamente se desea ser.
No pensaré en esa hermosa mujer que fallas no tuvo en cautivarme con esa venenosa belleza, pues exactamente ahí yace el aguijón, en una apariencia que de seguro ya ha sometido a centenares. Taras por montones debe tener, por lo que no me conviene de manera alguna intentar o siquiera pretender acercármele y dirigirle la palabra nuevamente, puesto que ello ya significaría una inminente caída en su telaraña traicionera; no miraré atrás ni dejaré que mis pensamientos entornen la vista en su búsqueda; seré duro como una piedra y permaneceré invulnerable al paso de las emociones.
Comienzo a sentir el enorme peso que supone andar por el mundo sin el contacto humano a pesar de haber pasado tan solo minutos, y ya veo la ardua tarea que me espera en este viaje a ninguna parte. Un momento de soledad, una paz que no se encuentra en ningún rincón del planeta, el silencio en su forma más aniquiladora y poco compasiva; callar por una semana o sobrevivir de alaridos por todo un día, las opciones que alguna vez tuve y que dejé pasar por mero capricho. Las personas solo buscan aprovecharse, conseguir algo a cambio a expensas propias y luego dejarte tirado en el basurero existencial que implica la desolación.
El problema con amar es que tarde o temprano te será arrebatado aquello que más quieres o éste se alejará de ti irremediablemente, por lo que encariñarse o siquiera formar vínculos es negocio del necio, del que ignora las verdades de la vida o que las conoce demasiado bien pero no las toma en serio. No se puede vivir con rencor en el corazón, al menos no por demasiado tiempo, y soy testigo de esa calamidad y víctima de mis propios desvaríos, aunque en absoluto culpable de esta desgracia en la que ahora me veo hundido. Queda un único motivo por vivir, uno solo por el cual agotar cada respiro restante de esta carcasa que llamo cuerpo, y no es otro que aplacar la furia incontinente que albergo en mi corazón.
No pensaré en esa hermosa mujer que fallas no tuvo en cautivarme con esa venenosa belleza, pues exactamente ahí yace el aguijón, en una apariencia que de seguro ya ha sometido a centenares. Taras por montones debe tener, por lo que no me conviene de manera alguna intentar o siquiera pretender acercármele y dirigirle la palabra nuevamente, puesto que ello ya significaría una inminente caída en su telaraña traicionera; no miraré atrás ni dejaré que mis pensamientos entornen la vista en su búsqueda; seré duro como una piedra y permaneceré invulnerable al paso de las emociones.
Comienzo a sentir el enorme peso que supone andar por el mundo sin el contacto humano a pesar de haber pasado tan solo minutos, y ya veo la ardua tarea que me espera en este viaje a ninguna parte. Un momento de soledad, una paz que no se encuentra en ningún rincón del planeta, el silencio en su forma más aniquiladora y poco compasiva; callar por una semana o sobrevivir de alaridos por todo un día, las opciones que alguna vez tuve y que dejé pasar por mero capricho. Las personas solo buscan aprovecharse, conseguir algo a cambio a expensas propias y luego dejarte tirado en el basurero existencial que implica la desolación.
El problema con amar es que tarde o temprano te será arrebatado aquello que más quieres o éste se alejará de ti irremediablemente, por lo que encariñarse o siquiera formar vínculos es negocio del necio, del que ignora las verdades de la vida o que las conoce demasiado bien pero no las toma en serio. No se puede vivir con rencor en el corazón, al menos no por demasiado tiempo, y soy testigo de esa calamidad y víctima de mis propios desvaríos, aunque en absoluto culpable de esta desgracia en la que ahora me veo hundido. Queda un único motivo por vivir, uno solo por el cual agotar cada respiro restante de esta carcasa que llamo cuerpo, y no es otro que aplacar la furia incontinente que albergo en mi corazón.
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