Buddy you're a boy make a big noise
Playin' in the street gonna be a big man some day
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-- We will rock you, de Queen
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Ayer estuve conversando con “Wongcito”, un gran amigo con quien comparto una serie de aficiones, desde los juegos de rol, pasando por el arte de escribir, hasta la pasión por los videojuegos, tema del que se ocupa asiduamente en su blog, tema del que quiero hablar ahora. Es posible que en post subsecuentes mencione los otros dos temas que mencioné, aunque no prometo nada.
Mi primera consola me la compró mi mamá sin que yo tuviera que pedírsela, un Nintendo, y con él el que fue mi primer juego favorito, Super Mario Bros. 3. Mi amor por los videojuegos luego encontró cabida en el Super Nintendo, del cual estuve prendado hasta ver la primera propaganda del Nintendo 64, promocionada al lado de Super Mario 64. Imploré a mis abuelos para que me lo compraran, y fui feliz con cada uno de los siguientes juegos que me compraron, como Mario Kart 64, Zelda: Ocarina of time, y 007: GoldenEye 64. Al lado de la franquicia del Nintendo, obtuve mi primera consola de Sony, el PlayStation, aunque siempre fui fanático del primero. De ahí la edad me detuvo y dejé de comprar videojuegos, pero solo hasta que mi primo tuvo la suficiente para tener sus propias consolas, como el GameCube (que actualmente se hospeda en mi casa con más de veinte juegos increíbles, incluido mi favorito, Zelda: Twilight princess) y el Nintendo Wii, en el cual encuentro mi vicio en Guitar Hero.
Todo ese resumen de mi vida desde el punto de vista de los videojuegos, más que nada sobre el Nintendo, me hace dar cuenta de que han sido parte importante de mi desarrollo, y que sin ellos no sería quien soy hoy. Existe violencia en ellos, como muchos critican, pero no diría que fuese peor que la evidenciada en la televisión, y tampoco que yo haya sido afectado en demasía por ella. Sí encuentro una que otra cosa negativa en ellos, como el hecho de que algunas personas pueden darle más importancia al jugar que al relacionarse con otras personas, pero pienso que tienen muchos más puntos positivos, como lo es el encontrar una excelente fuente de liberación del estrés.
Ya no les dedico tanto tiempo como antes, especialmente ahora que tengo responsabilidades más grandes, pero cuando encuentro un tiempo para jugarlos, no solo me siento experto en un campo que me encanta, sino que me hace regresar a esos tiempos de mi niñez en lo que todo parecía más simple. Lo que más disfruto de ellos en estos tiempos es reunirme con mis amigos y divertirnos jugando por horas, dándole todo un nuevo significado a este tipo de actividades que podrían pensarse infantiles. Cada vez salen más y más juegos y más consolas, así que hay diversión para un buen rato.
Mi primera consola me la compró mi mamá sin que yo tuviera que pedírsela, un Nintendo, y con él el que fue mi primer juego favorito, Super Mario Bros. 3. Mi amor por los videojuegos luego encontró cabida en el Super Nintendo, del cual estuve prendado hasta ver la primera propaganda del Nintendo 64, promocionada al lado de Super Mario 64. Imploré a mis abuelos para que me lo compraran, y fui feliz con cada uno de los siguientes juegos que me compraron, como Mario Kart 64, Zelda: Ocarina of time, y 007: GoldenEye 64. Al lado de la franquicia del Nintendo, obtuve mi primera consola de Sony, el PlayStation, aunque siempre fui fanático del primero. De ahí la edad me detuvo y dejé de comprar videojuegos, pero solo hasta que mi primo tuvo la suficiente para tener sus propias consolas, como el GameCube (que actualmente se hospeda en mi casa con más de veinte juegos increíbles, incluido mi favorito, Zelda: Twilight princess) y el Nintendo Wii, en el cual encuentro mi vicio en Guitar Hero.
Todo ese resumen de mi vida desde el punto de vista de los videojuegos, más que nada sobre el Nintendo, me hace dar cuenta de que han sido parte importante de mi desarrollo, y que sin ellos no sería quien soy hoy. Existe violencia en ellos, como muchos critican, pero no diría que fuese peor que la evidenciada en la televisión, y tampoco que yo haya sido afectado en demasía por ella. Sí encuentro una que otra cosa negativa en ellos, como el hecho de que algunas personas pueden darle más importancia al jugar que al relacionarse con otras personas, pero pienso que tienen muchos más puntos positivos, como lo es el encontrar una excelente fuente de liberación del estrés.
Ya no les dedico tanto tiempo como antes, especialmente ahora que tengo responsabilidades más grandes, pero cuando encuentro un tiempo para jugarlos, no solo me siento experto en un campo que me encanta, sino que me hace regresar a esos tiempos de mi niñez en lo que todo parecía más simple. Lo que más disfruto de ellos en estos tiempos es reunirme con mis amigos y divertirnos jugando por horas, dándole todo un nuevo significado a este tipo de actividades que podrían pensarse infantiles. Cada vez salen más y más juegos y más consolas, así que hay diversión para un buen rato.
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[Video con orquesta incluida de mi serie de juegos favorita.]
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[Lo que los videojuegos pueden hacer con nuestra vida; positivamente, claro. La última canción es especialmente asombrosa.]
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[Y para resaltar mi vicio, el remix de una serie de canciones de The Legend of Zelda.]
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