sábado, 22 de noviembre de 2008

El otro lado inimaginable


Inevitably

But started to bleed

And couldn't be stopped

That's just his incredible luck

To lift and be struck

A curious thanks


-- The heretic, de The Sound of Animals Fighting



Durante esos tiempos en los que me era difícil tener una visión clara de lo que es la cordura o el pensamiento racional, decía que podía volverme invisible a pesar de que las personas que me escuchaban creyesen que buscaba llamar la atención o hacerme el gracioso. Era bastante fácil, en realidad, aunque no dependía enteramente de mí, sino también del resto de personas, en quienes confiaba para que dejasen de verme.


Es cierto, no podía desvanecerme ni mimetizarme con el entorno, pero las personas que me rodeaban sí podían causar ese efecto en mí. Tal vez lo poco de loco que pudo haber tenido la frase “puedo hacerme invisible” yacía en el hecho de que buscaba realmente desaparecer, pero la cordura nunca escapó de mis manos al entender esa invisibilidad como acto natural de aquellos que olvidaban que estaba a su lado.


La mejor manera de desaparecer es esperar a que los demás dejen de verte, dejen de sentirte, se olviden de ti. Muchas veces fui invisible al dejar de hablar y dejar de moverme; fui uno con mi entorno y tan solo dejé que mis amigos tomaran atención a otras cosas antes que a mí. Entonces, de cierta forma, no era solo yo, sino también ellos.


Me duele pensar que alguna vez tuve esas ideas en mi cabeza, pero me alegra traerlas de vuelta y darles el giro necesario que me ayudará a encontrarles las pizcas de sanidad que no pude hallar en el pasado. ¿Por qué ahora? Es una pregunta que no logro responder aún, pero pongo mi confianza en que el tiempo se encargará de ayudarme.



[Encontré la canción, pero no el video de algún concierto en el que haya sido tocada, así que solo me quedó ponerlo con esas imágenes que no tienen nada que ver con la letra.]


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