Como hace unos días, estuve esperando una hora a que el bus pasara a recogerme del mall en el que estaba. Lo pesado no es esperar, pues tenía un lugar donde sentarme y alguien con quien conversar y mantenerme distraído, sino tener que soportar el frío invernal. Algunos días hace más frío que otros, pero la mayor cantidad de días es bastante fácil lidiar con él, ya que estoy o en el trabajo o en el hotel. Solo un día casi muero congelado, con la temperatura a 4° Farenheit (no sé cuánto es eso en grados centígrados, pero sé que es extremadamente frío). Dicen que se pondrá peor en los meses por venir, pero no es realmente un problema, sino una suerte, pues de seguro nevará, fenómeno que aguardo ansiosamente.
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