jueves, 25 de diciembre de 2008

Estrellas y sueños fugaces


Dancing on the path and singing, now you got away
You can reach the goals that you have set from now on, every day
There is no way you would go back now, oh no, those days are past
Life is waiting for the one who loves to live,
And it is not a secret?

-- Victoria’s secret, de Sonata Arctica


Ha pasado un buen tiempo desde que llegué a este país, y hay algo que ha rondado mi cabeza desde que puse el pie sobre el aeropuerto de Miami antes de viajar a Pensilvania: no he visto a ninguna chica (ni una sola) que pueda considerar despampanante, hermosa o siquiera de esas que te dejan lelo por un buen rato. Lo cierto es que no vine aquí por eso, a conseguirme una rubia y regresarme a Perú, pero al menos me gustaría ver a alguna chica que me demuestre que este país es mejor en cuanto a féminas se refiere.

Para empezar, en el trabajo, el prototipo de mujeres jóvenes es gordita, rubia y con lentes (a veces hasta con piercings; en la oreja), siendo muy pocas algo simpaticonas. Las dos más bonitas son delgadas y con cabello marrón, una alta y una baja, pero ninguna de ellas es especialmente hermosa, sino que sobresalen de entre las otras por ser diferentes. Las demás mujeres varían en altura, contextura y color de pelo, pero sobrepasan los cuarenta años.

El día que llegué a Pensilvania me llevaron directamente al trabajo para fotocopiar mis documentos y me presentaron a algunos de los empleados con los que trabajaría. Una de las primeras personas que conocí me deslumbró por su mirada, por sus ojos verdes, y luego por su manera tan alegre de saludarme y sonreírme, sin olvidar que parecía tener un muy buen cuerpo. La vi apenas por unos minutos, pero fue suficiente para recordarla durante días, hasta hoy, que la vi nuevamente después de casi dos semanas, y reconozco que no era tan bella como me pareció en un principio, aunque sí me parece atractiva.

Fuera del trabajo no he visto ninguna que salga de lo común o que sobrepase el apelativo de <>, aunque siempre prevalece el hecho de que no salgo mucho del área donde está mi hotel y apenas he ido a la ciudad una vez, por lo que sacar conclusiones sería muy apresurado. La única solución a este superficial problema es esperar y seguir viendo; ya veré a alguna belleza, como dos de mis amigos, que hace dos días fueron a uno de los restaurantes de por aquí y se toparon con la actriz Megan Fox. Los envidio.


[El mejor grupo.]

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