sábado, 6 de diciembre de 2008

Lujuria y porvenir


The walls start breathing
My mind's unweaving
Maybe it's best you leave me alone

-- It ends tonight, de The All-american Rejects

Entre puentes colgantes de los cuales la vista no se puede (ni quiere) quitar, extensos y maravillosos algunos, otros interesantes a su manera. Pero el vértigo no es enemigo fácil de olvidar, especialmente ahora que la altura es imperativa aunque variable. Y variabilidad es lo necesario para no saltar, paradójico como pueda sonar, pues mientras más cerca del cielo se está, más los acuciantes impulsos de lanzarse al olvido, todo por culpa de esos hermosos puentes que a veces quitan las ganas de vivir.

Dame dos minutos para elegir y me tomaré la vida entera, más allá de que el viento meza el único espacio en el que me siento seguro; los puentes no lo hacen fácil. Y digamos que lo que acaba verá un inicio muy pronto, tan pronto que no parece que haya un final a la vista, lo que torna borroso y hasta irrisorio el porvenir que no me dejo aceptar. Resignación, el mejor placebo para una enfermedad que ya no tiene forma de detenerse, solo de aguantarse, y soportar, y cargar sobre la espalda; y ya no aguanto más.


[Especial recomendación por parte de Pinky; aunque el video no tiene mucho que ver con el post.]

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